Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Jóvenes: el futuro de las cooperativas agrí­colas

De la serie de informes temáticos de la FAO en conmemoración del 2012 como Año Internacional de las Cooperativas

FAO

Los jóvenes constituyen un porcentaje considerable de la población rural y a menudo se encuentran en situación de desempleo o subempleo, a pesar de la necesidad de mano de obra en la agricultura. Las cooperativas agrícolas1 (CA) han demostrado ser un mecanismo eficaz para atraer a las personas jóvenes a la agricultura, a la vez que aumentan las oportunidades de empleo juvenil

Jóvenes: el futuro de las cooperativas agrí­colas

Existen aproximadamente 500 millones de pequeñas explotaciones agrícolas en todo el mundo. Estas pequeñas explotaciones producen aproximadamente el 80 por cierto de los alimentos que se consumen en Asia y África subsahariana (FIDA, 2011). Los jóvenes constituyen un porcentaje considerable de la población rural y a menudo se encuentran en situación de desempleo o subempleo, a pesar de la necesidad de mano de obra en la agricultura. Los jóvenes rurales no perciben la agricultura como una profesión bien remunerada o prestigiosa y mientras no encuentren oportunidades económicas significativas y entornos atractivos en las zonas rurales, continuarán migrando a zonas urbanas. Esta tendencia no solo contribuye al fenómeno emergente de la rápida urbanización y el aumento del desempleo en zonas urbanas, sino que también se espera que afecte a la producción alimentaria mundial. Invertir en las personas jóvenes que viven en zonas rurales es por tanto fundamental para aumentar la productividad agrícola y la seguridad alimentaria y estimular las economías rurales.

Jóvenes: el futuro de las cooperativas agrícolas

Las cooperativas agrícolas (CA) han demostrado ser un mecanismo eficaz para atraer a las personas jóvenes a la agricultura, a la vez que aumentan las oportunidades de empleo juvenil a través de actividades en las explotaciones agrícolas y fuera de ellas. Como se destacó con motivo del Día Internacional de las Cooperativas 2011 con su tema “Los jóvenes, el futuro de la empresa cooperativa”, las CA equitativas y eficientes desempeñan una función fundamental al ayudar a los jóvenes agricultores a superar determinados desafíos para involucrarse en la agricultura. A través de la provisión de una serie de servicios a sus miembros, los siguientes ejemplos ilustran cómo las CA pueden facilitar el acceso a los recursos naturales y la gestión de los mismos, tales como la tierra y el agua, mercados de insumos y de producción, servicios financieros e información, comunicación y conocimiento.

Pertenecer a una cooperativa permite asimismo desarrollar la seguridad en uno mismo, el espíritu empresarial, la acción colectiva y el capital social de sus miembros. Las cooperativas pueden fomentar la participación de los jóvenes agricultores en el diálogo político de manera que aumente la probabilidad de elaborar políticas que tengan en cuenta a los jóvenes. Los jóvenes son un activo importante de las CA, no sólo porque garantizan el relevo generacional de sus miembros, sino también porque poseen mayor espíritu empresarial y capacidad de innovar, están más dispuestos a trabajar con nuevas tecnologías y, por lo general, cuentan con mayores niveles educativos que los agricultores de más edad.

La participación de los jóvenes en las cooperativas: desafíos y éxitos

Los jóvenes se enfrentan a limitaciones específicas a la hora de afiliarse a una cooperativa. Los estatutos de algunas cooperativas estipulan determinados requisitos para la afiliación, como la propiedad de la tierra y el pago de cuotas de participación, que a menudo los jóvenes no pueden cumplir. Los jóvenes, y especialmente las mujeres jóvenes, no suele poseer tierras (en cantidad suficiente) y carecen de los medios para abonar las cuotas de participación. Para abordar este problema, algunas organizaciones latinoamericanas han introducido el concepto de participación familiar, con lo que garantizan que otros miembros de una familia, aparte del cabeza de familia que posee la tierra, puedan participar en la organización (MIJARC/FIDA/

FAO, 2012). Las cooperativas también cuentan con un papel importante a la hora de facilitar a los jóvenes el acceso a la tierra. Por ejemplo, algunas cooperativas de Burkina Faso han negociado con los jefes de aldea para convencerles de que concedan tierras a mujeres jóvenes de sus comunidades. Cuando los jóvenes constituyen sus propias cooperativas suelen tener que hacer frente a procesos engorrosos y complicados para poder registrarlas.

Las organizaciones exclusivamente formadas por jóvenes o las mixtas (que cuentan tanto con miembros jóvenes como de más edad) se enfrentan a distintas limitaciones a la hora de representar a los jóvenes. Las organizaciones constituidas exclusivamente por jóvenes suelen ser informales y carecer de recursos humanos y económicos. Por otra parte, aunque los jóvenes constituyen un porcentaje elevado de los miembros de las organizaciones mixtas, no suelen estar bien representados y se ven excluidos de los procesos de toma de decisiones. 

La limitada participación de los jóvenes en las organizaciones también debilita su capacidad de participar en procesos políticos fuera de la organización. La participación de los jóvenes en las cooperativas también se ve complicada por la existencia de culturas y tradiciones caracterizadas por unas relaciones jerárquicas en que las personas jóvenes deben obedecer a los miembros de más edad de la comunidad. Una vez más, las mujeres jóvenes se enfrentan a desafíos adicionales a la hora de hacer oir sus voces. Sin embargo, cada vez se reconoce más la importancia de garantizar la adecuada representación de las personas jóvenes en las cooperativas y su participación activa en la toma de decisiones. Como resultado de ello, muchas cooperativas han aumentado el número de sus miembros para incluir a personas jóvenes, mediante el establecimiento de secciones juveniles en la organización y la promoción del liderazgo de los jóvenes.