Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Las cooperativas agrícolas y la igualdad de género

De la serie de informes temáticos de la FAO en conmemoración del 2012 como Año Internacional de las Cooperativas

FAO

Las mujeres rurales desempeñan una función fundamental en las actividades agrícolas y en aumentar la seguridad alimentaria y nutricional, en calidad de agricultoras/productoras, trabajadoras y empresarias. Sin embargo, tienen menor acceso que los hombres a los recursos y oportunidades que necesitan para ser plenamente productivas en la agricultura

Las cooperativas agrícolas y la igualdad de género

La agricultura es la principal fuente de empleo e ingresos en las áreas rurales de los países en desarrollo, donde viven la mayoría de las personas pobres y hambrientas del mundo. Las mujeres rurales desempeñan una función fundamental en las actividades agrícolas y en aumentar la seguridad alimentaria y nutricional, en calidad de agricultoras/productoras, trabajadoras y empresarias. Sin embargo, las mujeres rurales tienen menor acceso que los hombres a los recursos y oportunidades que necesitan para ser plenamente productivas en la agricultura y garantizar la seguridad alimentaria, la nutrición y el bienestar de sus familias y de las futuras generaciones.

Por ejemplo, debido a las limitaciones legales y culturales que afectan a la herencia, la propiedad y el uso de la tierra, en todo el mundo menos del 20 por ciento de los propietarios de tierras son mujeres.1 Para cada indicador de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) del que existen datos disponibles, los resultados de las mujeres rurales son peores que los de los hombres rurales y que los de hombres y mujeres urbanos (Grupo de acción interinstitucional sobre la mujer rural, 2012: 36).

Comparadas con los hombres rurales, las mujeres rurales tienen:

  • Mayores cargas de trabajo y limitaciones de tiempo tanto para las actividades productivas como para las domésticas: en conjunto, las mujeres del África subsahariana dedican aproximadamente 40.000 millones de horas al año a la recogida de agua (UNIFEM, 2009).
  • Mayor aislamiento sociocultural y físico, por lo que tienen peor acceso a la información, a las comunicaciones, a la infraestructura y a los mercados.
  • Acceso reducido a la capacitación y educación: datos sobre los hogares de 42 países muestran que las niñas rurales tienen más probabilidad de no estar escolarizadas que los niños rurales, y dos veces más probabilidad que las niñas urbanas (ONU, 2010);
  • Menor acceso al conocimiento, las habilidades, las innovaciones tecnológicas, el espíritu empresarial, el liderazgo y la toma de decisiones; 
  • Grandes limitaciones en el acceso al empleo decente y al trabajo productivo: las mujeres tienen más probabilidad que los hombres de desempeñar empleos con baja remuneración, a tiempo parcial, de temporada y vulnerables (FAO, 2011b).

La desigualdad de género en la producción de alimentos tiene un coste para los países en desarrollo, tanto en términos económicos como sociales, así como a nivel nacional, local y del hogar. Si las mujeres tuvieran las mismas oportunidades que los hombres, podrían aumentar el rendimiento de sus explotaciones agrícolas. De este modo la producción agrícola total en los países en desarrollo podría aumentar y se reduciría el número de personas hambrientas en el mundo (FAO, 2011b: 6).

Las cooperativas desempeñan una función importante para superar las barreras a las que se enfrentan las mujeres y apoyar a los pequeños productores agrícolas. Existen datos que muestran que las cooperativas eficientes tienen la capacidad de empoderar a sus miembros económica y socialmente y de crear empleo sostenible a través de modelos empresariales equitativos e inclusivos que sean más resistentes a las crisis.

El modelo SEWA para la promoción del empoderamiento social y económico de la mujer en la India

La Asociación de Mujeres Trabajadoras Autónomas (SEWA, Self-Employed Women’s Association en inglés) fue fundada en 1972 como un sindicato para mujeres pobres en situación de autoempleo en el sector informal.

El modelo SEWA para la promoción del empoderamiento social y económico de la mujer en la India

SEWA es una combinación de sindicato de mujeres y organizaciones cooperativas y servicios de apoyo. SEWA comenzó entre la población urbana pobre de la ciudad de Ahmedabad en el Estado de Guyarat, India, y posteriormente extendió sus actividades a las zonas rurales. En las últimas tres décadas, SEWA se ha convertido en una red de organizaciones de mujeres que reúne a 1,24 millones de mujeres de 17 distritos de Guyarat y otros nueve estados de la India; el 75 por ciento de sus miembros actuales se

encuentra en zonas rurales. El sistema de SEWA incluye distintos puertos de entrada y múltiples intervenciones que proporcionan a las mujeres los instrumentos necesarios para cambiar y para dirigir sus propias vidas. Este proceso implica organizar a las mujeres en grupos, ayudarles a identificar y abordar sus necesidades y obtener acceso a activos productivos,

así como desarrollar sus capacidades para poseer y gestionar sus organizaciones y ser autosuficientes. SEWA posee vínculos con organizaciones de mujeres y con proveedores de servicios públicos y privados. Cuando no existen los servicios públicos necesarios a nivel local, SEWA ayuda a las mujeres a crear organizaciones que proporcionen tales servicios.

SEWA también facilita la asociación con gobiernos locales, regionales y nacionales para garantizar que las mujeres se beneficien de los planes del gobierno y ejerce presión política a nivel local, regional y nacional para promover políticas y reglamentos que reconozcan a las mujeres trabajadoras y tengan en cuenta sus necesidades e inquietudes (FAO, 2011a).