Desde Amigos de la Tierra consideran este anuncio como "un aviso para otras empresas, como Monsanto, Syngenta o Bayer", a las que animan "a seguir el ejemplo"
Amigos de la Tierra
"BASF asume el fiasco de su patata transgénica y renuncia a vender transgénicos en Europa". Así interpretan desde Amigos de la Tierra el anuncio hecho ayer por parte de la multinacional química alemana, por el que abandonan el mercado europeo de semillas transgénicas. "La decisión de BASF es un aviso para empresas como Monsanto, Syngenta o Bayer", afirma la organización ecologista
La multinacional química alemana BASF anunció ayer su decisión de abandonar el mercado europeo de semillas transgénicas, reconociendo la "falta de aceptación en muchos lugares de Europa por parte de la mayoría de consumidores, agricultores y políticos". Esto supone la retirada de la patata transgénica Amflora aprobada hace tan solo dos años, de la que se han cultivado apenas unas decenas de hectáreas y que, tras múltiples escándalos de contaminación, ha supuesto otro gran fracaso para la industria de los transgénicos.
La decisión de BASF se produce después de intensos años de lobby por parte de esta multinacional para introducir sus cultivos transgénicos en Europa.
La patata transgénica Amflora fue el primer cultivo aprobado en la Unión Europea tras 12 años, y supuso una de las primeras y polémicas apuestas del Comisario de Salud y Consumo John Dalli.
"La decisión de BASF es un aviso para empresas como Monsanto, Syngenta o Bayer, que siguen presionando para introducir cultivos transgénicos en Europa. El ejemplo de BASF demuestra que forzar la voluntad de los consumidores y de la gran mayoría de agricultores, ni siquiera es rentable económicamente" afirmó David Sánchez, responsable de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra.
Las tácticas de la industria de los transgénicos para la introducción de sus productos en Europa están cada vez más al descubierto, con protestas formales de Gobiernos Regionales como el de Azores por la injerencia de la Embajada Estadounidense por la reciente prohibición de estos cultivos. O las presiones de la industria y la Embajada de EEUU en España que revelaron los cables de Wikileaks, y que confirmaron porqué España es el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala.
"Animamos al resto de la industria de los transgénicos a seguir el ejemplo de BASF y reconocer que el futuro de la agricultura y alimentación en Europa y en el resto del mundo, pasa por un modelo social y sostenible, en el que cada vez está más claro que las semillas modificadas genéticamente no jugarán ningún papel" añadió Sánchez.