Avances I+D
Un estudio del ARS busca soluciones contra el amarilleo de las cucurbitáceas (CYSDV)
El Virus del amarilleo y enanismo de las cucurbitáceas afecta especialmente a melones y pepinos, aunque también al calabacín y otros
Científicos del Servicio de Investigación Agrícola de los Estados Unidos desarrollan un proyecto para combatir al "Cucurbit yellow stunting disorder virus", más conocido por sus siglas en inglés, CYSDV. Esta enfermedad que afecta gravemente a la productividad de las explotaciones es de sobras conocida en España, detectándose por primera vez en zonas de California y México en el año 2006.
Un equipo de investigadores norteamericanos de la Estación de Investigación Agrícola de Salinas, California, y dependiente del Servicio de Investigación Agrícola de los Estados Unidos (ARS) está desarrollando un proyecto encaminado a combatir los efectos provocados por el Virus del amarilleo y enanismo de las cucurbitáceas, más conocido por sus siglas en ingles, CYDSV ( Cucurbit yellow stunting disorder virus).
Esta enfermedad se trasmite a través de la mosca blanca (Bemisia tabaci Genn), llegando a afectar gravemente a la productividad de las explotaciones infectadas, especialmente en el caso de melones y pepinos, aunque también puede afectar a un gran número de cucurbitáceas, como es el caso de los calabacines. Según recoge la Red española de Moscas Blancas y Virosis, " este virus afecta fundamentalmente a cultivo protegido, siendo más importante en pepino que en melón". Citando a la misma fuente, la sintomatología de esta enfermedad es similar a la presentada por el Beet pseudo-yellows virus: Comienza con un ligero moteado amarillo en áreas internerviales que va avanzando hasta que toda la hoja queda amarilla manteniéndose los nervios verdes. En relación a la propia partícula viral, el organismo dependiente del Ministerio de Educacion y Ciencia indica que se trata de una partícula flexuosa de entre 825 y 900 nanómetros de longitud, confinada en el floema de las plantas afectadas. También indican que existe "cierta similitud" con otro virus, el Lettuce infectious yellows virus, aunque aclaran que se trata de organismos distintos.
Este virus, originario de Oriente Medio, tiene grave repercusión en diversas partes del mundo, y es especialmente conocido por los agricultores de España, Portugal, Marruecos, Líbano o Emiratos Árabes. Desde el año 2006 también se ha detectado en diversas regiones de América del Norte, tanto en California como en Sonora, ya en México. El primero en identificar el virus en los Estados Unidos fue el equipo de investigadores dirigido por el patólogo Bill Wintermantel, miembro del ya citado centro de investigación de Salinas. En aquella ocasión se encontraron plantaciones de cucurbitáceas afectadas por el CYDSV tanto en el Valle Imperial de California como en la cercana ciudad de Yuma (Arizona), incluyendo cultivares de melón dulce y de cantalupo. Como ya hemos apuntado, esta grave problemática traspasó las fronteras de los USA, detectándose también en regiones de la mexicana Sonora.
Peor aún se presentaba la situación cuando, apenas un año después (2007), la enfermedad se detectó en la Costa Atlántica de los Estados Unidos, concretamente en melonares del Estado de Florida. "Aunque no está claro cómo el virus se propagó a California y Florida, muestras recogidas en las dos regiones indican que se trata de cepas esencialmente idénticas genéticamente", afirma Wintermantel.
Un equipo del ARS, liderado por el investigador Jim McCreight, desarrolla desde entonces líneas encaminadas a conseguir variedades de melones resistentes al CYSDV. "En el 2006, McCreight descubrió una fuente de resistencia en un melón de la India durante pruebas para determinar el nivel de resistencia del mismo melón a otra enfermedad", indican desde el propio ARS. "Después de evaluar más de 400 muestras de melones de la India en pruebas de campo, McCreight identificó diversas variedades que parecen ser prometedores en cuanto a resistencia al virus".
Las pruebas realizadas por el equipo de McCreight indican que la eficacia de campañas y tratamientos contra el virus pasan por el control de la propia Mosca Blanca, agente propagador de la enfermedad. Según McCreight, "cientos de las moscas blancas alimentándose en las plantas aseguran un nivel alto de infección con el virus", algo en lo que coinciden las investigaciones previas ya existentes en España, como la realizada por el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) del Centro Superior de Investigaciones Científicas. "En España, los síntomas de amarilleos causados por CYSDV se observan con frecuencia en el 100% de las plantas de los invernaderos afectados, resultando en pérdidas económicas graves debido a las importantes reducciones ocasionadas en los rendimientos de las cosechas". Como se recoge en la descripción de la solicitud de patente realizada por el propio CSIC, (clic para ver), "indudablemente la mejor opción para el control de CYSDV sería el uso de cultivares portadores de resistencia genética al virus. Sin embargo, por el momento sólo se ha descrito una posible fuente de resistencia natural a CYSDV y se trata de una variedad de melón filogenéticamente muy alejada de los melones normalmente cultivados". No sabemos si se trata de la misma variedad de melón de la India estudiada por el Centro de Salinas.
Como indica el equipo de investigación estadounidense, "los melones producidos por las plantas infectadas con el virus pueden tener una apariencia normal, pero a menudo tienen niveles reducidos de azúcar y por consiguiente poco valor en el mercado". La alimentación continuada de las moscas blancas, añaden desde el ARS, particularmente en los melones sembrados en las altas temperaturas del verano, debilitan aún más las plantas. "El resultado a menudo es una pérdida total de los rendimientos y la calidad de la fruta, incluso la muerte de la planta".
Hasta siete familias de plantas diferentes de las cucurbitáceas
Los estudios liderados por McCreight y Wintermantel han identificado algunas malas hierbas locales, incluso importantes cultivos alternativos, que también pueden desarrollar la enfermedad. Mejor dicho, y tal como apuntan desde el ARS, "hospedar al CYSDV", ya que estas plantas, a diferencia de cucurbitáceas, parecen presentar algún tipo de resistencia natural al virus que impide la aparición de los síntomas del CYSDV, "y por consiguiente el virus no afecta sus rendimientos".
Se trataría de hasta siete familias de plantas distintas a la cucurbitáceas, entre las que se incluyen importantes cultivos como la lechuga y la alfalfa.
Sin lugar a dudas cualquier avance encaminado a controlar y erradicar esta grave enfermedad, capaz de afectar al 100% de las plantaciones infectadas, será bienvenido por los productores de uno y otro lado del Atlántico .
Para saber más acerca de este importante estudio del ARS, puedes consultar la edición de marzo del 2011 de la revista Agricultural Research.