Los mercados agrícolas necesitan políticas de estabilización
Asaja
El aceite de oliva y la aceituna de mesa, cultivos industriales como el algodón y la remolacha, proteaginosas y cultivos herbáceos como los cereales están hoy en pérdidas, por lo que es absolutamente necesario que la nueva PAC contemple instrumentos de regulación de mercados.
El aceite de oliva y la aceituna de mesa, cultivos industriales como el algodón y la remolacha, proteaginosas y cultivos herbáceos como los cereales están hoy en pérdidas, por lo que es absolutamente necesario que la nueva PAC contemple instrumentos de regulación de mercados.
Esta ha sido una de las conclusiones a las que se ha llegado hoy en Sevilla en la jornada titulada "El futuro de la PAC tras el 2013. Repercusiones en la Agricultura Española", organizada en Sevilla por la Fundación Biodiversidad y la Asociación Española FAO, con el apoyo de ICAM y la colaboración de ASAJA-Sevilla, la Fundación Caja Rural del Sur y el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Andalucía.
La jornada inaugurada por el director adjunto de la Fundación Biodiversidad, Miguel Ángel Pérez, y por el presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, Jaime de Vicente, ha contado con la participación del secretario general de ASAJA-Sevilla, Miguel Afán de Ribera, quien ha destacado el hecho lamentable de que "por primera vez en los últimos 50 años todos los productos agrarios están vendiéndose a pérdidas, y la renta agraria está congelada al nivel en que estaba en el año 93".
Este dato pone de manifiesto la gravedad de la crisis integral que padece el sector agrario y de la que la crisis económica general no es la única ni la principal responsable, en opinión de Afán de Ribera, "esta situación es directamente achacable al abandono en que han dejado al campo gobiernos e instituciones, incluida la Comisión Europea, que ha ido desmantelando todos los mecanismos de protección de mercado y cediendo cuotas de soberanía alimentaria de manera vergonzosa en todas y cada una de las rondas de las negociación de la Organización Mundial de Comercio, mientras firmaba en paralelo acuerdos de librecomercio con países cuyos productores no cumplen ningún tipo de normativa".
Tal como sostiene Afán de Ribera "esta indefensión unida al desequilibrio actual de la cadena alimentaria, en el que los grandes compradores operan en situación de oligopolio e imponen precios y condiciones ante la inacción de la Comisión Europea y los Gobiernos, acaba de rematar la situación".
"En estas circunstancias sobrevivir es un milagro. Pese a todo creo que no estamos muertos, y aún ahí lugar para la esperanza", así los datos del último Eurobarometro, publicado por la UE el pasado mes de marzo, ponen de manifiesto que los ciudadanos europeos consideran a la PAC prioritaria y quieren una PAC fuerte. A juicio de Afán de Ribera "esta es una de las mejores noticias que nos han llegado en los últimos tiempos y una prueba de que no estamos solos en esta lucha, y son mayoría los ciudadanos que aprueban y reconocen nuestra labor y el papel estratégico de este sector".
Por todo ello, sostiene Afán de Ribera que la Comisión debería hacer un ejercicio de autocrítica antes de abordar la redacción de de la nueva PAC, para evitar repetir los errores del pasado y para ello deben ser conscientes de que los agricultores europeos queremos seguir siendo competitivos y no estamos dispuestos a hacer una agricultura de subsistencia.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Española-FAO y Catedrático de Economía de Producción Vegetal de la UPM, Pedro Urbano, analizó la evolución de la producción agraria desde 1990 a 2008. Con dos períodos claramente diferenciados, entre el 91 y el 2003, esta experimenta un crecimiento constante, pero a partir del año 2003, tras la aplicación de la última reforma de la PAC, empieza el declive de las producciones en paralelo al decrecimiento de la renta media de los agricultores. Mientras que los inputs experimentan una tendencia creciente en todo el periodo que va desde 1990 hasta 2008.
En este periodo las ayudas tienen un peso cada vez más importante en las explotaciones, y suponen un porcentaje mayor de la renta a medida que descienden los ingresos por la venta de las producciones.
Urbano apostó en su exposición por una PAC que reconozca el papel tan relevante que desempeña la agricultura, como sumidero de CO2, y por una PAC más exigente con las producciones procedentes de terceros países.
El catedrático Producción Vegetal de la Universidad de Córdoba, Luís López Bellido, destacó la pérdida de valor de los cultivos en secano, y la homogeneización de cultivos a la que nos ha llevado la PAC lo que supone una amenaza para la biodiversidad. Puesto que cultivos tan emblemáticos y tan propios de la agricultura mediterránea como las leguminosas están hoy en franco retroceso. De los 6,7 millones de hectáreas de secano que se cultivan en España menos de un 4% se dedica a las leguminosas grano.
Del mismo modo los vaivenes de la PAC y su falta de rumbo han dado al traste con cultivos que tenían un peso agronómico, económico y social importante, como la remolacha, el algodón o el trigo duro, que han perdido superficie de manera notable.
López Bellido coincidió también en que "las reformas de la PAC han debilitado los instrumentos de regulación de los mercados, y los mercados agrícolas necesitan políticas de estabilización al igual que los mercados financieros necesitan medidas de regulación".
Por último López Bellido indicó que la PAC no ha contribuido a implantar sistemas agrícolas sostenibles en el sur de Europa, por lo que son necesarias nuevas estrategias para incrementar la productividad y la competitividad, nuevas variedades y mejora de la tecnología del cultivo para incrementar el potencial de los rendimientos, el desarrollo de nuevos cultivos y aprovechamientos y la apuesta por la agricultura del carbono, fundamental para dar vida a los secanos.
Por su parte, el presidente de la D.O. Estepa, José Loring, analizó la evolución del sector del aceite de oliva y la aceituna de mesa y se remontó a inicios de los años 90, cuando España ingresó en la Unión Europea, lo que supuso un auténtico revulsivo para el sector del olivar. Así, "cuando ingresamos en la UE había una organización común de mercado (OCM) con precios de garantía, restituciones a la exportación, ayudas al consumo, ayudas a la comercialización… una OCM que ha permitido que en España se plantarán más de 500.000 hectáreas de olivar, potenciando aún más este sector en nuestro país".
Sin embargo, tal como explicó Loring "tras las últimas reformas de la PAC esta OCM ya no existe y los olivareros se enfrentan inermes a las fluctuaciones del mercado. Con la desaparición de los mecanismos de mercado los precios se han hundido mientras que en los últimos 25 años los costes de producción no han parado de crecer por lo que en este momento los precios de mercado no cubren los costes de producción y han comenzado ya el arranque de los olivares menos competitivos".
El fuerte crecimiento de la producción, junto con el debilitamiento de los mecanismos de intervención ha provocado el hundimiento mundial de los precios. Este hundimiento se ha visto agravado por la crisis internacional y la concentración de la gran distribución.
Ante esta situación Loring opina que es necesario contar con una PAC mucho más fuerte que la actual. En la que las nuevas ayudas tengan en cuenta criterios objetivos y las ayudas del pago único se establezcan en función de la productividad de cada comarca y de las singularidades de cada cultivo.
Asimismo, para evitar la fuerte volatilidad de los precios en el sector del aceite es necesario contar con redes de seguridad a precios rentables. Los precios del almacenamiento privado deben actualizarse, no es posible que se haya fijado un precio en el año 2003 que es aún menor que el precio de intervención que fijaba ya la CE en 1995.
Es necesario también que se establezca un régimen contractual con contratos tipo que garanticen precios mínimos, así como que se ponga en marcha un importante plan de reconversión que mejore la competitividad del olivar.
Por su parte, el gerente de la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne, Javier López, recordó que la UE es estructuralmente deficitaria en vacuno de carne desde el año 2003 y criticó duramente el Chequeo Médico de la PAC, que el denominó "Chequeo psiquiátrico", porque nadie sabe hacia donde nos lleva y además multiplica las exigencias y establece nuevos objetivos con el mismo dinero.
Javier López puso también el acento en las zancadillas que pone la Comisión Europea a sus propios productores y que redundan en la pérdida directa de competitividad frente a las grandes potencias de MERCOSUR que no están sujetas a ningún tipo de norma o limitación mientras que los ganaderos europeos deben cumplir con más de media centena de normas de bienestar animal, sanidad animal y otras exigencias con implicaciones medioambientales que restan competitividad a nuestras producciones. Así la diferencia de competitividad por la imposición de esta normativa entre las producciones de la UE y las que nos llegan de fuera está entre un euro y 1,5 euros kg/canal. Lo que sitúa a los productores fuera de la rentabilidad.
Por último, clausuró el encuentro el presidente de ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, quien destacó el alto nivel de todos los ponentes y la necesidad de que este debate se traslade a la calle y la opinión pública sea consciente de cuanto se juega. Pues una PAC fuerte es una garantía para todos, pero fundamentalmente lo es para los consumidores y los ciudadanos europeos.