Avances I+D
Buscan las claves para combatir al "dragón amarillo" en aminoácidos del jugo de las naranjas
El greening de los cítricos o HLB es posiblemente la enfermedad más grave que afecta a este tipo de cultivares en el mundo
Los aminoácidos presentes en el jugo de las naranja podrían revelar información útil que nos ayude a conocer mejor los mecanismos de infección del patógeno causante de la grave enfermedad del greeening o enverdecimiento de los cítricos, también conocida como "enfermedad del dragón amarillo". Una grave plaga que se expande peligrosamente y para la que actualmente sigue sin existir una cura
El greening de los cítricos (o "enverdecimiento") es una de las enfermedades más graves que pueden afectar a este tipo de cultivos. Un mal de origen bacteriano que es también conocido por las siglas HLB, que derivan del término Huanglongbing, "enfermedad del dragón amarillo" en chino mandarín. Se trata de una enfermedad que provoca una fatal pérdida de rendimiento en prácticamente todos los tipos de cítricos, llegando incluso a matar a la planta afectada. Y lo peor es que una vez que Candidatus Liberibacter asiaticus (microbio causante de la variante más extendida de la enfermedad) se introduce en un árbol, éste ya no tiene cura.
Y esto es precisamente lo que pretende corregir un equipo de bioquímicos californianos del ARS, a través de un "nuevo enfoque eficaz y amigable con el medio ambiente", como lo califica la agencia del USDA: Comparar la composición de los aminoácidos presentes en jugos de naranjas procedentes de plantas infectadas por el HLB a través de la espectroscopia de resonancia magnética nuclear para así conocer mejor sus mecanismos de infección, una información que puede ser empleada para hacer frente a esta grave amenaza para la producción mundial de cítricos.
El HLB aún no ha sido detectado en Europa, a día de hoy una de las pocas regiones del planeta libres de esta plaga. Brasil, México y el sur de Estados Unidos, los más afectados en América
En el estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista ′Journal of Proteome Research′, se establecieron tres perfiles distintivos en función del origen de la fruta, en los que se compararon hasta 11 tipos de aminoácidos presentes en su jugo: fruta producida en árboles sanos; fruta sin síntomas pero producida en árboles infectados con HLB; y fruta con síntomas y producida en árboles infectados. El químico del Centro de Investigación de la Región Occidental del ARS en Albany, Andrew P. Breksa III , coautor del estudio junto a la profesora Carolyn M. Slupsky de la Universidad de California en Davis, destaca que, con más estudios, estos perfiles podrían proveer "un indicador fiable, temprano y rápido de la presencia de HLB en un naranjal".
Teniendo en cuenta la extrema gravedad de esta enfermedad, para la que no hay cura más allá de su control, podemos entender la gran importancia de contar con mecanismos de detección temprana. Pero los resultados de esta línea de investigación pueden aportar pistas sobre los mecanismos de ataque de la bacteria Candidatus Liberibacter, "el principal desconocido", como apunta Breksa. Saber cómo afecta esta infección a la capacidad de los arboles para producir, usar y reclicar los distintos aminoácidos puede aportar pistas a los investigadores para desarrollar una cura. Así, los bioquímicos descubrieron que el jugo de naranjas procedentes de árboles infectados con HLB presenta concentraciones significativamente más altas de fenilalanina, uno de los 11 aminoácidos analizados, lo que sugiere que el microbio causante de HLB podría impedir la capacidad del naranjo de convertir la fenilalanina en ácido cinámico, "un precursor de compuestos que podrían tener un papel importante en el sistema de defensa del árbol", explica el ARS.
La furia del dragón amarillo
El greening es una de las peores enfermedades que afectan a los cultivos de cítricos, debiendo tal nombre a las frutas verdes y deformes que producen los árboles infectados, amargas y prácticamente incomestibles. Uno de sus principales síntomas es la aparición de un moteado difuso en las hojas, así como el amarilleo de los brotes. A medida que avanza la enfermedad se secan los brotes y las ramas, perdiendo el árbol cada vez más follaje. Unos síntomas que pueden ser confundidos con carencias nutricionales de zinc o manganeso, pero que finalmente acaban revelándose fatales para la planta. Sólo en el sur de los Estados Unidos el HLB ha provocado la muerte de millones de árboles, especialmente en el estado de Florida, pese a su reciente eclosión en esta zona del mundo (2005).
Fue en el año 1929 cuando se documentó por primera vez esta grave enfermedad de los cítricos y, a diferencia de lo que se suele creer, no ocurrió en el continente asiático, sino en las regiones sudafricanas de Transvaal y Natal (1). Fue tres años después cuando se documentó la enfermedad en las provincias chinas de Guandong y Guangxi (1932), aunque lo cierto es que el mal del Huang Lung ya era conocido (y temido) por los agricultores de aquellas zonas del sudeste asiático desde mucho antes.
En la actualidad se reconocen dos variantes de esta enfermedad (2), precisamente cada una de las señaladas arriba. La variante Ca. L. africanus, a diferencia de la asiática, presenta la peculiaridad de ser termosensible: sus síntomas no se desarrollan con temperaturas superiores a los 30º C. La otra gran diferencia entre ambas variantes es su vector: mientras que Ca. L. asiaticus es transmitida por el psílido Diaphorina citri Kuwayama, la variante africana lo hace a través de otro psílido, Trioza erytreae. (3)
La amplia difusión de estos insectos ha provocado que tan grave enfermedad se haya ido expandiendo por amplias regiones tropicales y subtropicales del mundo: las distintas versiones del HLB actualmente están presentes en casi toda África, Asia y, en el caso de Diaphorina citri, las islas del Pacífico y América. Los países de la Península Arábiga ostentan el dudoso privilegio de tener que luchar contra ambos psílidos y sus correspondientes varientes del HLB. Como es bien sabido, Diaphorina citri llegó al cono sur americano hace años, documentándose por primera vez en Brasil, aunque no fue hasta el año 1998 cuando se detectó por primera vez al sur de Florida. Varios años después, ya en 2005, se produjo el primer caso de la enfermedad en este estado, expandiéndose desde entonces por las principales regiones productoras del sur de los Estados Unidos y las costas caribeñas de México, entre otros. Hace menos de un año, en abril de 2012, se detectó el primer árbol infectado en California, lugar del estudio.
Notas:
1) Aubert et al., 1980. Citado por el CIDISAV / INISAV de Cuba (enero de 1999)
2) En el año 2004 se documentó una tercera variante en Brasil, para la que está propuesta la nomenclatura de Candidatus Liberibacter americanus.
3) Ambas especies de psílidos pueden ser portadoras de las distintas variantes de la enfermedad