El precio medio percibido por el agricultor durante esta campaña es de alrededor de 3,87 €/kg, un 25% por encima de los precios del año pasado
La Unió de Llauradors
La Unió de Llauradors advierte que los precios que percibe el agricultor por la almendra, a pesar de haber subido en relación a la pasada campaña, todavía se sitúan por debajo de los costes de producción. Desmienten así lo que califican como "rumores interesados de algunos de que la almendra está muy cara".
El precio medio que ha recibido esta campaña el productor es de alrededor de 3,87 €/kg de almendra en grano, lo que supone un 25% más de lo que percibió la campaña pasada, pero inferior en un 8% al precio medio del coste de producción que se sitúa en torno a los 4,18 €/kg.
A principios de este mes de noviembre se rompió una tendencia al alza que se arrastraba desde septiembre y que llevaron a alcanzar máximos de más de 4 €/kg en la segunda semana de octubre. LA UNIÓ de Llauradors considera que este escenario no se debe a una situación estructural sino al encarecimiento de la almendra americana por la fuerte demanda de los países asiáticos y que llegó a situarla casi a 5 €/kg a principios de octubre, casi 1 €/kg más cara que la española.
La producción de esta campaña ha sido similar a la de la campaña pasada que ya fue baja en cosecha, en porcentajes ha resultado un 40% inferior a la producción media de las últimas once campañas. De este modo a pesar de repuntar los precios las pérdidas por hectárea para los agricultores rondarán la cantidad de 227 euros por hectárea.
LA UNIÓ desea desmentir las afirmaciones o rumores, como por ejemplo de los turroneros, en relación a que el precio de la almendra es muy caro porque la realidad demuestra que los agricultores siguen perdiendo dinero por producir este cultivo. En este sentido apunta que las causas de la actual crisis de precios del sector son la carencia de calidades uniformes como consecuencia de la heterogeneidad de nuestras plantaciones, la poca o nula rentabilidad de nuestras explotaciones debido al minifundismo y la orografía montañosa que han dificultado la mecanización del cultivo, junto a la predominancia del secano. La nula intervención del agricultor en la industrialización y comercialización de la almendra ha impedido así mismo que el productor perciba parte del valor añadido que genera la almendra. Pero sobre todo la escasa concentración de la oferta ha dejado al productor sin armas para contrarrestar a los especuladores.
LA UNIÓ indica que en la medida que se corrijan estos problemas estructurales, que el agricultor se conciencie que parte de la solución pasa por la concentración de la oferta, que la administración ayude y no ponga impedimentos y que los especuladores no impidan permanentemente cualquier avance, podremos entre todos dar un futuro al cultivo del almendro en nuestro territorio.
José Juan Cano, responsable del sector de frutos secos de LA UNIÓ, señala que "las Administraciones deben apoyar más un cultivo económico, social y medioambientalmente muy importante para muchas zonas y los consumidores han de comenzar a apreciar nuestra almendra y desechar otras, de peor calidad, importadas de otros países".