El Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura hace esta petición formal a través de una nota técnica enviada a los ministros del ramo
IICA
La Agricultura no figura en la agenda oficial de la Conferencia pero, a juicio del Director General del IICA, debe ser tomada en cuenta en las discusiones de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible que está a punto de iniciarse en Brasil. Un tema fundamental que, como destacan desde el IICA, "guarda estrecha relación con los dos grandes temas que serán analizados"
Aunque no esté explícitamente en la agenda de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), la agricultura guarda estrecha relación con los dos grandes temas que serán analizados en la cita mundial que se llevará a cabo del 20 al 22 de junio: el desarrollo sostenible y la economía verde.
Bajo esa premisa, el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor M. Villalobos, envió una nota técnica a los ministros de Agricultura del hemisferio. "Las delegaciones de nuestros países a la Conferencia deberían tener en cuenta en el papel de la agricultura en las deliberaciones que tengan en Río de Janeiro".
El IICA estará presente en la Conferencia con una delegación encabezada por el gerente de su programa de Agricultura, Manejo de Recursos Naturales y Cambio Climático, David Williams.
El Director General de esta agencia especializada sostiene que la agricultura contribuye significativamente al desarrollo sostenible de las economías nacionales en tres grandes ejes:
Agricultura sostenible, recursos naturales y economía verde;
Agricultura y cambio climático; y
Seguridad alimentaria y agricultura familiar
La agricultura sostenible busca la adopción de prácticas en armonía con el ambiente, que garanticen la estabilidad y rentabilidad de la producción a largo plazo. Para eso, debe formentarse la inversión pública en los bienes comunes que garanticen la conservación y el uso racional del agua, suelo, biodiversidad y la energía relacionada con la producción agropecuaria. Deben fortalecerse, también, los mecanismos financieros que recompensan el valor de los servicios ambientales y que promueven el uso de energía limpias, uno de los factores fundamentales de la economía verde.
Con respecto al cambio climático, incluir la agricultura en el debate permite plantear soluciones como el manejo eficiente de los suelos agrícolas y la recuperación de los suelos degradados, el uso eficiente del agua para riego y otros sistemas productivos agropecuarios, el apoyo técnico y financiero para definir un mecanismo de monitoreo, reporte y verificación, la priorización de los subsectores agrícolas de mayor impacto en la generación de emisiones de gases de efecto invernadero, entre otras.
La agricultura familiar, por su parte, está estrechamente ligada con la seguridad alimentaria, al ser responsable de más del 50% de los productos alimenticios consumidos. Por ello, el fortalecimiento de la agricultura familiar puede contribuir al bienestar rural creando mejores oportunidades económicas, educativas y de salud, reduciendo la tasa de migración a los centros urbanos e impulsando el desarrollo sostenible de las comunidades productoras.
Con base en los argumentos como los anteriores, en su comunicación a los Ministros, Villalobos recalcó que la Conferencia Río+20 representa la oportunidad precisa para incluir el papel indispensable de la agricultura para el desarrollo sostenible.
"En el Borrador Cero de la Declaración, que constituirá la base de las con¬clusiones y recomendaciones que se producirán en Río+20, será importante que las dele¬gaciones propongan textos que resalten el papel preponderante del sector agrícola en los temas de seguridad alimentaria, agua, energía, cambio climático, bosques y biodiversidad y degradación de la tierra y la desertificación", afirmó el Director General del IICA.