Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Una empresa de Jaén diseña una trampa específica para la Drosophila suzukii en cultivos frutícolas

Esta pequeña mosca del vinagre se ha extendido por Europa con una velocidad de expansión de 1.400 kilómetros al año

Fundación Descubre

La empresa de Jaén Semiotrap, especializada en ofrecer soluciones ecológicas para el control de plagas, ha diseñado una trampa que detecta la presencia de la Drosofila de alas manchadas (Drosophila suzukii), una mosca pequeña del vinagre que supone una de las plagas invasoras más dañinas para los cultivos frutícolas por su capacidad de reproducción y expansión.

Muestra del potencial de expansión de esta mosca es que, en Europa, se ha extendido a razón de 1.400 kilómetros al año a través de frutas ya afectadas transportadas por los humanos, según un estudio de la Universidad de Barcelona.

Dos son las novedades que aporta la trampa desarrollada por Semiotrap respecto a otras utilizadas para atrapar a estos insectos: el líquido atrayente y la incorporación de una placa engomada que asegura la captura de la mosca sin que ésta llegue a entrar en contacto con el líquido.

Ejemplar macho de Drosophila Suzukii

Ejemplar macho de Drosophila Suzukii

Ejemplar macho de Drosophila suzukii. Aunque en la imagen las alas aparezcan ovaladas (debido al ángulo de la toma), en realidad son alargadas. Fotografía del Doctor Gary Steck, (Florida Dept. of Agriculture & Consumer Services, Division of Plant Industry, Gainesville, US).

De esta forma se resuelve el mayor problema al que se enfrenta el agricultor: la identificación precoz de la especie. Su escaso tamaño - entre 2 y 3 milímetros- impide que sea fácilmente reconocible, excepto por un detalle: unas manchas oscuras en las alas del macho que, en caso de que éste caiga en el líquido, quedarían ocultas.

La trampa, que se comercializa bajo el nombre de Drosophila suzukii Kity tiene una efectividad de unos 30 días, está formada por un recipiente de plástico con el borde superior multiperforado. El diámetro de estos agujeros oscila entre los 4 y 5 milímetros ya que un tamaño mayor permitiría la entrada en el recipiente de otros insectos que dificultarían la identificación de la mosca de alas manchadas.

En el interior se vierte un líquido que actúa como atrayente. Al tratarse de una plaga invasora recientemente descubierta, aún no se ha descrito ninguno que sea específico para esta especie, aunque lo habitual es utilizar vinagre puro de manzana.

Sin embargo, los investigadores de Semiotrap han formulado un nuevo atrayente también líquido y efectivo tanto en zonas de almacenaje de fruta como en campo.

"A diferencia de otras especies del mismo género que actúan cuando la fruta está dañada, la Drosophila suzukii se caracteriza por atacar a la fruta sana durante su proceso de maduración. Por eso es importante localizarla antes de la recolección del fruto. Este líquido aún siendo genérico, está especialmente indicado para detectar la plaga en campo abierto", explica el asesor científico de la empresa, Antonio Ortiz.

Identificación temprana

Además del atrayente, el otro elemento que se coloca dentro del recipiente es una placa cubierta por una especie de goma a la cual quedan adheridas las moscas, evitando que éstas se impregnen totalmente del líquido.

Junto a la mosca de alas manchadas, otras especies de moscas del vinagre van a sentirse atraídas por las trampas. Por tanto, hay que diferenciarlas. El único distintivo de los machos de las moscas son dos manchas circulares negras en las alas y dos bandas oscuras en las patas frontales. "Si el insecto cae en el líquido, éste cubre las manchas y es mucho más difícil distinguir la especie que nos interesa. La placa asegura que esto no ocurra", continúa el investigador.

La identificación se hace por tanto sobre los machos. En el caso de las hembras, que no tienen manchas, es necesario examinar el órgano que utiliza para depositar los huevos (oviscapto) para encontrar aquél que tiene forma de sierra característico de la especie.

Este oviscapto les permite hacer incisiones en la piel de los frutos y poner los huevos dentro de la pulpa. Las hembras, que suelen vivir unas dos semanas, pueden llegar a depositar hasta 100 huevos por día lo que da una idea de la capacidad que tiene esta mosca para infestar los frutos y dispersarse por los cultivos si no se controla a tiempo.

De ahí la importancia de un sistema de vigilancia precoz de una plaga oriunda de Asia que se detectó por primera vez en España en Tarragona en 2008, extendiéndose a partir de ahí a todo el continente europeo. En Andalucía, la Drosphila suzukii aún no se ha manifestado "por lo que es de vital importancia la implantación de un sistema eficiente para su detección temprana", indican desde la empresa.

Los principales cultivos a los que ataca son frutales de pulpa blanda como ciruelos, manzanos, kiwis, higos, cerezos o melocotoneros pero también a fresas, uvas, arándanos o zarzamoras.