ASAJA Andalucía insta a los europarlamentarios a votar en contra de la renovación del Acuerdo agrícola con Marruecos
ASAJA
EL presidente de ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, recuerda que "no es suficiente con que los europarlamentarios españoles se opongan y expresen su intención de votar en contra", e insta una vez más a todos los europarlamentarios españoles y especialmente a los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, a incrementar su acción de "lobby" sobre sus compañeros de bancada.
La votación definitiva sobre el Acuerdo comercial con Marruecos que se celebrará mañana en el Parlamento Europeo, es sólo el último paso de un largo proceso de más de tres años en los que ASAJA y los agricultores españoles hemos trabajado denodadamente para transmitir a autoridades, partidos políticos, medios de comunicación y ciudadanos en general el error que supone que se renueve y se amplíe un Acuerdo agrícola con un claro perjuicio para los agricultores y los consumidores europeos y con unos beneficios francamente dudosos para la población de Marruecos.
Sin embargo, tal y como afirma el presidente de ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, "en este largo proceso hemos echado en falta muchos apoyos, en particular los de la propia Administración española, cuya anterior titular de Agricultura, Rosa Aguilar, votó incluso a favor del Acuerdo en el Consejo de Ministros del ramo de la UE, y los del PSOE y sus eurodiputados, que aceptaron que su propio grupo europeo presentara enmiendas a favor del Acuerdo en la Comisión de Agricultura del Parlamento que finalmente no prosperaron por el rechazo del resto de grupos de esta Comisión". También hemos echado en falta los estudios de impacto de la Comisión Europea y especialmente, aclara Serra, los del Ministerio de Agricultura y de la Consejería de Agricultura de Andalucía, la región más perjudicada por este Acuerdo, debemos recordar que si finalmente se ratifica el sector agrario en España dejará de ingresar 2.240 millones de euros al año, y el 50% de estas pérdidas las soportará la agricultura andaluza.
Pese a todo, en ASAJA-Andalucía nos congratulamos de que en nuestro país se sumen ahora tantas voces al rechazo, sin embargo, "para que mañana no se apruebe el Acuerdo harán falta algo más que voces, será necesario que las gestiones que han hecho nuestros responsables políticos y los europarlamentarios del PP y del PSOE entre sus colegas de bancada fructifiquen e impidan que de nuevo se utilice a la agricultura como moneda de cambio", propiciando un nuevo atropello a un sector que atraviesa la más profunda de todas sus crisis.
Desde ASAJA queremos recordar tan sólo diez de las razones que pueden esgrimir los eurodiputados españoles ante sus colegas europeos para oponerse a este Acuerdo letal para la agricultura española:
En primer lugar, el incumplimiento sistemático de los Acuerdos anteriores y la pasividad de la Comisión. Esta denuncia planteada en innumerables ocasiones ha sido corroborada por la OLAF (Oficina de Lucha Contra el Fraude) que confirmó el fraude en su investigación número OF/2004/0105 relativa a "Posibles irregularidades en la importación en Francia de tomates de Marruecos". La falta de control se hace extensiva incluso a las fronteras de España, donde se ha constatado que Marruecos no sólo no cumple con lo contingentado sino que además introduce producto por debajo del precio mínimo establecido.
Hundimiento de las exportaciones españolas y sustitución de la producción, provocado por el envío indiscriminado de producto marroquí. El cumplimiento exhaustivo del nuevo Acuerdo no modificaría la situación actual, porque de facto, ya se están exportando cifras muy superiores a las permitidas actualmente. Es sin lugar a dudas una consecuencia real y directa de la falta de controles.
Empleo de fitosanitarios prohibidos en la UE. El sector agrario reclama reciprocidad también en lo que respecta a la importación a la UE de productos agrícolas alejados de nuestros criterios de producción. No puede permitirse la entrada de productos en los que se han empleado fitosanitarios prohibidos en la UE pero aceptados en Marruecos. La falta de criterios comunes en lo que respecta al cumplimiento de condiciones y límites de residuos de productos fitosanitarios también supone un handicap para el sector productor europeo y español.
Competencia provocada por la propia Comisión Europea. La Unión Europea a través del programa de cooperación con Marruecos para el periodo 2011-2013, se ha comprometido a aportar al país magrebí más de 565 millones de euros en tres años. A estas cifras hay que sumar lo que la UE ya concedió en los últimos diez años a Marruecos, que suma 1.330 millones de euros en fondos de desarrollo. En 2010 la UE aprobó 70 millones de euros para el sector agrícola, específicamente para desarrollar el "Plan Verde".
Los Acuerdos comerciales con Terceros Países deben estar adaptados a los costes de producción reales de las hortalizas europeas. Exigimos la adaptación de los precios de entrada a los costes de producción europeos, sólo así se puede evitar la actual situación de competencia desleal a la que los agricultores de frutas y hortalizas no pueden hacer frente.
Los beneficios sociales sobre la población marroquí son más que dudosos. El capital y la producción agrícola marroquí está en manos de grandes grupos con capital europeo y de la oligarquía marroquí. En concreto dos grandes empresas franco-marroquíes -Azura y Soprofel- y una de capital marroquí, Dominios Agrícolas, propiedad de la familia real alaui, controlan el 90% de la producción. Los supuestos beneficios sociales del Acuerdo son inexistentes, tal como hemos visto en los últimos años con el Acuerdo aún en vigor.
Este Acuerdo no establece cláusulas que obliguen a respetar los derechos laborales o sociales. En Marruecos se paga la hora de trabajo a 0,60 euros, pero los trabajadores no están sujetos a ningún tipo de convenio. ASAJA reclama la inclusión de cláusulas estrictas y basadas en la realidad sobre las condiciones laborales, sociales de los países con los que se firman Acuerdos comerciales.
Incidencia sobre el empleo agrario en España. De firmarse el Acuerdo en todo el país peligran más de 400.000 empleos directos e indirectos.
No existen estudios de carácter previo sobre el impacto en las producciones agrícolas europeas. Este nuevo Acuerdo se ha hecho a espaldas del sector, sin haber realizado ningún estudio serio y profundo sobre las repercusiones en el mercado europeo de frutas y hortalizas, y sobre todo no establece ningún tipo de medida de compensación o de incentivo a la mayor competitividad de las explotaciones hortofrutícolas afectadas.
Perjudica a un elevadísimo número de producciones, puesto que se abre la puerta a nuevos incumplimientos al incrementar la entrada a Europa de productos que hasta ahora contaban con "protección", dado que el texto del nuevo Acuerdo supone una liberalización encubierta, puesto que se liberalizan todos los productos agroalimentarios a excepción de siete (tomate, pepino, fresa, clementina, ajo calabacín y azúcar), los únicos que en el Acuerdo se consideran sensibles y que pese a ello no se protegen, pues se amplían los contingentes y las fechas en las que se permite su importación, que viene a coincidir con las fechas de recolección de las producciones españolas.