Desde AVA-ASAJA demandan a la UE medidas similares a las adoptadas por EEUU e Israel en materia de control fitosanitario de importaciones
AVA-ASAJA
Desde esta organización agraria denunciaban este martes haber detectado las primeras importaciones de caquis sudafricanos que no han pasado control fitosanitario alguno en los puertos de entrada europeos. "La UE descarta firmar un protocolo como el de EEUU o Israel y se arriesga a que los frutos sudafricanos puedan portar enfermedades letales para caquis, cítricos y frutales valencianos"
AVA-ASAJA ha detectado las primeras importaciones de caquis sudafricanos a ‘contracampaña’ y alerta de que éstas se están produciendo sin control fitosanitario en los puertos de entrada europeos. Así se lo ha transmitido por carta al Ministerio de Medio Ambiente, al que exige que se haga valer en Bruselas y dados los peligrosos antecedentes en materia de plagas, hongos y enfermedades se impongan las cautelas en la importación que por ejemplo ya está aplicando a esta misma procedencia Israel o las que prepara EEUU. De no ser así, la entrada de frutos sudafricanos podría llevar consigo la transmisión de patógenos foráneos letales que causarían estragos, tanto en la producción de caquis como en la citricultura o incluso en los frutales de la Comunitat.
La amenaza denunciada es consecuencia del reparto de competencias que hoy se da en la UE. Efectivamente, en materia fitosanitaria, la legislación marco exigible a las importaciones depende de las decisiones de Bruselas, no de sus Estados miembro. Y es aquí donde radica la situación de evidente inseguridad que se está produciendo con el caqui, un cultivo que pese a su gran crecimiento y sostenida rentabilidad es considerado como ‘menor’ por la Comisión Europea (CE). Ello ayuda a entender por qué en los anejos de la directiva aplicable (la 2000/29/CE) no se le incluye al caqui en el listado de cultivos en los que resulta obligatorio la inspección fitosanitaria en frontera. "Es lamentable que la UE imponga la regulación más restrictiva del mundo en cuanto al uso de plaguicidas pero se preocupe tan poco a la hora de defender a sus agricultores de la constante entrada de plagas que les aboca a utilizarlos", señala el presidente de esta organización agraria, Cristóbal Aguado.
La situación contrasta con las medidas tomadas por Israel que, como tradicional productor de cítricos y caquis, ya pactó con Sudáfrica en 2006 un duro protocolo de importación. Así, las autoridades judías impusieron primero un periodo de prueba de dos años para evaluar la capacidad de exportar caquis a su territorio. Hoy, la norma limita las operaciones a un listado conocido de empacadores, a producciones de zonas concreta, requiere de certificados fitosanitarios así como de determinados tratamientos de poscosecha y de frío durante el transporte; de inspecciones en origen y establece dos puertos únicos de entrada… Y todo ello –siempre según este protocolo- para evitar el acceso a sus zonas de producción de un de listado plagas, muchas de ellas por cierto ‘viejas conocidas’ en el mundo de la citricultura, como la Cryptophlebia leucotreta, un microlepidóptero que inexplicablemente aún no ha sido declarada por la CE como de cuarentena pese a su potencial destructivo, pese a que es repetidamente encontrado en muchas partidas de cítricos sudafricanos (en 2005 provocó el veto momentáneo de EEUU a las importaciones sudafricanas); o la Toxoptera citricida, un pulgón que está presente en el norte de España y que es vector de una raza especialmente severa del temible virus de la ‘Tristeza’ o la Ceratitis rosa, cuyos efectos en los frutales serían equiparables a los de la endémica mosca del Mediterráneo, Ceratitis capitata.
El caqui es un fruto especialmente sensible a los patógenos por dos motivos: porque su producción está concentrada casi en exclusiva en una sóla comarca (La Ribera) y en una sóla variedad (caqui rojo brillante) facilitaría su rápida expansión y porque su consideración como ‘cultivo menor’ restringe más si cabe que la propia legislación la oferta de fitosanitarios. El hongo ‘Mycospharela nawae’ ya provocó por estos motivos mermas en la producción del hasta el 50%.