Más de mil millones de hectáreas se han dedicado a cultivos biotecnológicos desde 1996, según se desprende de los datos del último informe del ISAAA
IICA
La superficie acumulada de cultivos biotecnológicos desde que inició su comercialización en 1996 supera las 1.000 millones de hectáreas. Sólo en el 2010 se cultivaron 148 millones de hectáreas, por parte de 15,4 millones de agricultores en 29 países. Estos datos se desprenden del último informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA).
La superficie acumulada de cultivos biotecnológicos desde que inició su comercialización en 1996 supera las 1.000 millones de hectáreas. Sólo en el 2010 se cultivaron 148 millones de hectáreas, por parte de 15,4 millones de agricultores en 29 países.
Estos datos forman parte del más reciente informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, por sus siglas en inglés) sobre la Situación mundial de la comercialización de cultivos biotecnológicos, que fue socializado y analizado en una videoconferencia hemisférica organizada por el Área de Biotecnología y Bioseguridad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
El informe revela que el cultivo ha tenido un crecimiento anual sostenido del 10% durante estos 15 años. Además, el número de países productores de cultivos biotecnológicos pasó de 25 a 29, naciones donde vive más de la mitad de la población mundial (el 59%).
En este periodo también aumentó el número de países que importan productos agrobiotecnológicos, pasando a ser 30 en el 2010.
"Es importante entender que la biotecnología es una caja de herramientas y hay una que es la transgénesis, pero no es la única", aclaró Pedro Rocha, Coordinador del Área de Biotecnología y Bioseguridad del IICA.
El informe de ISAAA evidencia que la producción de estos cultivos está en manos de los pequeños y medianos productores, a tal grado que más del 90% de los que se dedicaban a este tipo de agricultura en el 2010 eran pequeños agricultores pobres radicados en países en desarrollo. Asimismo, de los 29 países productores sólo 10 son industrializados.
Según el informe, los países en desarrollo cultivan el 48% de la superficie agrobiotecnológica mundial y superarán a los países industrializados antes de 2015, proyecciones basadas en que la tasa de crecimiento fue mucho mayor en los países en desarrollo, con un 17%, que en los países industrializados, con un 5%.
Agrobiotecnología, panorama mundial
Por primera vez, la agrobiotecnología ocupó el 10% de los 1.500 millones de hectáreas agrícolas mundiales, con un notable crecimiento en los países que ya habían adoptado esta tecnología y con tres países nuevos en el panorama. Este crecimiento responde a los beneficios comprobados de su uso.
"Los cultivos genéticamente modificados están contribuyendo a la sostenibilidad y a la adaptación al cambio climático. El aumento en la productividad que generan permite mantener las áreas de cultivo y al no ampliar esa frontera se conserva la biodiversidad. Además, reducen la huella ecológica de la agricultura, dado que por esta misma productividad se requieren menores prácticas de labranza o preparación de la tierra con lo que el consumo de combustible disminuye, así como la cantidad de gases de efecto invernadero. Sólo en el 2009 se redujeron las emisiones en 18.000 millones de kilogramos, lo que equivale a retirar 8 millones de vehículos de las carreteras", explicó Rocha.
Los cinco primeros productores agrobiotecnológicos de los países en desarrollo son China y la India, en Asia, Brasil y Argentina, en América Latina, y Sudáfrica en el continente africano.
Brasil es un caso destacable, al aumentar su superficie agrobiotecnológica más que ningún otro país del mundo, con un incremento récord de 4 millones de hectáreas.
Por otro lado, en el 2010 tres nuevos países –Pakistán, Myanmar y Suecia— plantaron cultivos biotecnológicos oficialmente por primera vez, mientras que Alemania reanudó su producción al igual que Australia, donde los cultivos genéticamente modificados e recuperaron después de varios años de sequía con un crecimiento del 184%. En la Unión Europea fueron ocho los países que cultivaron maíz Bt o la patata almidonera «Amflora» recientemente autorizada.
En México se llevó a cabo con éxito la primera serie de ensayos de campo con maíz biotecnológico. Como explicó la Directora Técnica de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), Sol Ortiz García, el país experimentó una moratoria para la siembra de maíz genéticamente modificado de 1998 a 2008, lo que a su criterio causó una paralización de la investigación y generación de conocimiento en la materia y desincentivó el desarrollo de la biotecnología en maíz, por lo que la liberación de 32 ensayos de campo significa un gran avance.
El futuro
Las perspectivas para los próximos años son prometedoras. Se espera liberar a nivel comercial el maíz tolerante a la sequía en el 2012, el arroz dorado en el 2013 y arroz Bt antes del 2015, que podría beneficiar a 1.000 millones de pobres de familias arroceras sólo en Asia.
Ante tal panorama surge la necesidad urgente de establecer sistemas de regulación adecuados y rentables. "Se debe promover el desarrollo de marcos nacionales de bioseguridad que combinen instrumentos legales, políticos, administrativos y técnicos que garanticen la seguridad alimentaria y humana. En muchos países se tienen política, pero no se llega a aplicar o no se les da el seguimiento adecuado", sostuvo la Oficial de Programas para Proyectos GEF de la Oficina Regional del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNEUMA), Tea García Huidobro.
Para Rocha, estos sistemas regulatorios deben actuar en tiempos razonables debido a la presión que sufre la agricultura. En los próximos años se espera ampliar la diversidad de cultivos biotecnológicos, ya no se tratará sólo de cultivos con resistencia a sequias, inundaciones o plagas, sino con propiedades nutritivas y hasta curativas. "Antes se hablaba del riesgo de usar la biotecnología, ahora se habla del riesgo de no usarla", concluyó Rocha.