La europarlamentaria balear del PP se ha interesado por los mecanismos de ayuda de la UE para erradicar los efectos del escarabajo asiático que ha atacado a cientos de palmeras en los dos últimos años
Partido Popular
La eurodiputada balear del Partido Popular Rosa Estaràs ha presentado una pregunta por escrito a la Comisión Europea para pedir información sobre los programas europeos destinados a combatir plagas como la del picudo rojo (Rhynchophorus Ferrugineus), que ya ha atacado a cientos de palmeras de la isla de Mallorca en los últimos dos años.
Estaràs pregunta por los mecanismos de ayuda disponibles en el seno de la Unión Europea para erradicar los efectos del escarabajo procedente de Asia, cuyas larvas perforan las galerías del interior del tronco de las palmeras, provocando la muerte del árbol, con el consiguiente peligro de derrumbe en la vía pública.
"Es imprescindible luchar contra este tipo de plagas, principalmente por tres motivos: para garantizar la supervivencia de las palmeras en la isla de Mallorca, respetando el medio ambiente; para evitar daños a transeúntes, tanto a residentes como a turistas; y para mantener una buena imagen paisajística de la isla", subraya Estaràs.
Durante el ejercicio 2009, se detectaron y quemaron 164 palmeras dañadas por esta virulenta plaga en Mallorca. En 2010, el número de árboles perforados por ese insecto se multiplicó por cuatro, y se registraron 744 palmeras afectadas. La plaga ya se ha extendido a distintas zonas, y la región norte de la Isla es la que ha resultado más afectada.
El picudo rojo se detectó en la Península Ibérica por primera vez en el año 1993, en la costa de Granada y Málaga, al parecer en una partida de Phoenix dactilifera que llegó a Barcelona con destino al sur de España, procedente de Egipto. Este coleóptero se localizó en Andalucía hasta el año 2003, año en el que empieza su propagación hacia otras zonas.
Tras la detección visible de la plaga, el 80% de las palmeras mueren. Por este motivo, el arranque y destrucción de las palmeras afectadas es imprescindible para evitar su dispersión y erradicación.