En un comunicado, la federación afirma que la campaña de aceite 2009/2010 ha comenzado muy similar a la anterior, con una producción equilibrada y ajustada a las necesidades de aceite y, sin embargo, una tendencia de precios a la baja a pesar de que el consumo interior se presume dinámico, con un crecimiento lento pero continuo.
Según FAECA, se prevé que las exportaciones "continúen creciendo y batiendo récords, más este año en el que se incrementará de modo importante la promoción gracias a la campaña puesta en marcha por la Interprofesional del Aceite de Oliva Español".
Esta coyuntura económica -señala el comunicado- debería provocar que la situación de precios fuera favorable al productor pero, por el contrario, al igual que ocurriera en la campaña pasada, con una producción de 1.029.300 toneladas, "tampoco estamos observando una tendencia al alza en los precios".
La campaña 2009/2010 se inicia con una de las reservas más bajas de los últimos años (207.800 toneladas) y una estimación de cosecha discreta en torno a 1.200.000 toneladas, dice FAECA.
Para "evitar la crisis de precios de la campaña pasada", FAECA ha acordado solicitar la apertura del almacenamiento privado, de manera inmediata y asegura que en la campaña 2008/2009 el almacenamiento de 36.000 toneladas de aceite logró la recuperación de los precios en 0,60 euros/kilo, si bien la medida llegó tarde, cuando el grueso de la cosecha, el 80%, ya estaba vendido.
Por ello, para dinamizar cuanto antes el mercado y para que la medida tenga la repercusión pretendida, FAECA urge a las administraciones a habilitar el almacenamiento privado sin esperar al nivel de desencadenamiento previsto en la reglamentación europea, argumentando para ello la situación, también recogida en la normativa, de "perturbación grave del mercado".
FAECA subraya que, entre las causas que impiden la subida de precios, se encuentra la venta de producto sin precio previamente fijado, sino en función de la evolución del mercado (venta a resultas).
En este sentido, FAECA lanza una llamada de atención, por la responsabilidad directa que los productores tienen en ello, y advierte de que esta práctica reduce la demanda de aceite por parte de los compradores, con una repercusión inmediata en la bajada de los precios.