LA UNIÓ de Llauradors señala que la afección y extensión territorial de las heladas de diciembre y enero fue muy superior a las de 2005, a pesar de lo cual los afectados siguen sin saber si tendrán ayudas para compensar las pérdidas que fueron valoradas ya por esta organización agraria en más de 275 millones de euros.
Según las informaciones de Agroseguro en el episodio de las tres heladas que tuvieron lugar entre diciembre del pasado año y enero del actual quedaron afectadas un total de 50.000 parcelas, de las que 20.000 tienen daños en la madera de los árboles; mientras que en las de 2005 resultaron dañadas unas 20.000, lo que en términos comparativos supone un 150% de diferencia entre unas a otras.
Pese a esta importante diferencia la sensibilidad de las Administraciones Públicas (Generalitat y Gobierno central) no es la misma que en aquellas fechas y parecen minimizar la realidad existente en algunas zonas, fundamentalmente situadas en la provincia de Valencia. En 2005 se aprobaron una serie de medidas cofinanciadas entre el Gobierno central y la Generalitat que consistían en ayudas directas por pérdida de producción para parcelas aseguradas que hubieran finalizado el periodo de garantías o no hubieran entrado en cobertura de daños, por la pérdida de plantaciones para arrancar y reponer, préstamos con intereses bonificados; así como condonación de las cuotas de la Seguridad Social y de la contribución rústica y reducciones fiscales. Todas estas medidas deberían ponerse en marcha para estas últimas heladas porque se comprueba que los daños son mayores.
También reclama LA UNIÓ una moratoria de dos años para la devolución de los préstamos por las heladas de 2005. Si bien es cierto que en 2009 se otorgó una moratoria de dos años para la devolución de estos, no lo es menos que la situación económica de los afectados no ha variado y en muchos de los casos ha empeorado con las nuevas heladas y la crisis de precios. Muchos de estos afectados van a tener serios problemas a la hora de hacer frente a los compromisos de pago que tienen adquiridos.
Ahora, sin embargo, los agricultores afectados no tienen noticias sobre la posibilidad de que se concedan ayudas. Estas adversidades climatológicas, unidas a una nueva campaña de precios bajos como es el caso de los cítricos, afecta gravemente a la renta de los agricultores de la Comunitat Valenciana que por tanto requieren medidas compensatorias.