Dudoso estado de muchas de nuestras infraestructuras hidráulicas.
Asaja
El representante de ASAJA destacó la necesidad de impulsar las obras de infraestructuras hidráulicas que son necesarias, tanto la finalización de aquellas que están pendientes como la construcción de nuevos embalses.
En la reunión del Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA) celebrada en la tarde de ayer, ASAJA instó a la presidenta del Consejo y ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino a abordar de forma inmediata la coordinación de acciones dirigidas a la limpieza y acondicionamiento de cauces de los ríos.
Asimismo, el representante de ASAJA destacó la necesidad de impulsar las obras de infraestructuras hidráulicas que son necesarias, tanto la finalización de aquellas que están pendientes como la construcción de nuevos embalses.
Tras el paso del temporal que ha afectado a prácticamente toda España durante el último mes y que ha provocado daños millonarios no solo en cultivos, sino también en instalaciones, viviendas, caminos, carreteras...etc., se pone de manifiesto el mas que dudoso estado de muchas de nuestras infraestructuras hidráulicas.
Buena parte de los daños que se han registrado no han sido consecuencias de las lluvias propiamente dichas, sino del desembalse obligado de presas y pantanos y de las crecidas y desbordamientos de los ríos debido, fundamentalmente, al lamentable estado de abandono de los cauces y riberas.
Tomando como ejemplo tres de las principales cuencas hidrográficas españolas, el Ebro, el Duero y el Guadalquivir (los tres con reservas superiores al 70 por ciento en estos momentos) los aumentos de caudal de estos ríos y sus afluentes han provocado numerosos desbordamientos que, en buena parte se podrían haber evitado, si las tareas de limpieza y conservación de los cauces se hubieran llevado a cabo.
Solo en Andalucía, donde ASAJA estima en 930 millones de euros los daños provocados en el campo andaluz, ha llovido en el último mes lo que suele llover en todo un año. Y esto unido a la escasa capacidad de algunas infraestructuras hidráulicas y a la tardanza en finalización de las obras pendientes y en la construcción de nuevos embalses, ha provocado que en la cuenca del Guadalquivir se hayan desembalsado 3.000 hectómetros cúbicos de agua que, antes de irse al mar, ha provocado grandes destrozos en infraestructuras y ha anegado campos y cultivos.
En opinión de ASAJA, todo esto se podría haber evitado si desde las distintas administraciones se hubiera invertido en incrementar la oferta de agua (con la construcción de nuevos embalses) y se llevara a cabo un proceso continuo de mejora y puesta al día de las infraestructuras hidráulicas (limpieza y conservación de cauces, recrecimiento de presas, establecimiento de interconexiones de cuencas, potenciación de balsas y macroembalses...).