Apoyar a los agricultores y evitar el desperdicio de alimentos
En torno a la mitad de la comida que se compra en la Unión Europea acaba en la basura
Los ingresos de los agricultores no dejan de caer, mientras que los precios de los alimentos suben, y además, cada vez se desperdicia más comida en la Unión Europea. El jueves pasado, los eurodiputados abordaron las dos caras de la moneda: en una resolución, propusieron ayudas para que los agricultores tengan unos ingresos dignos; en otra, plantearon medidas para frenar el desperdicio de alimento
Los costes de producción de los agricultores europeos escalaron casi un cuarenta por ciento entre 2000 y 2012, mientras que los precios de salida de sus productos subieron menos del veinticinco por ciento. El aumento de los precios que paga el consumidor por los alimentos tampoco supone un crecimiento en los ingresos del agricultor, que no puede beneficiarse planamente del aumento de los precios de sus productos, ya que está siendo "asfixiado por los bajos precios de producción derivados de la fuerte posición de los procesadores y minoristas, por una parte, y los altos precios de los insumos provocados por la creciente concentración de las empresas productoras", como subraya la resolución.
Para mejorar la posición de los agricultores, se pide a la Comisión "que mejoren la transparencia de los precios de los insumos agrícolas y garanticen la aplicación de las normas de competencia y su cumplimiento a todo lo largo de la cadena del mercado de alimentos". Los eurodiputados también piden una mejor evaluación del impacto de las políticas europeas en la sostenibilidad y competitividad del sector agrícola.
Evitar abusos de poder
El informe pide asimismo "a las autoridades nacionales y europeas de competencia que hagan frente con firmeza a los abusos de la posición dominante de los distribuidores del sector agroalimentario, el comercio minorista de alimentos y las empresas de insumos", y propone que se examine "más a fondo el papel que podrían desempeñar las cooperativas y las organizaciones de productores a la hora de organizar compras conjuntas de insumos agrícolas, con vistas a reforzar la posición negociadora de los agricultores frente a la industria abastecedora".
Además, se reclama que las medidas "de apoyo público a la biomasa y los biocombustibles -incluido el biogás- no contribuyan a crear una competencia insostenible respecto de los recursos entre la producción alimentaria y energética, que deben organizarse de manera sostenible" y se propone que se "estudie la posibilidad de crear un banco europeo de semillas para almacenar y conservar la variedad genética de las plantas".
Acabar con el despilfarro
En otro informe aprobado también la semana pasada por el PE, los eurodiputados alertan de que cada año se desperdician en la UE 89 millones de toneladas de alimentos en buen estado, lo que equivale a 179 kilos por persona y supone hasta el cincuenta por ciento de la producción anual de alimentos en la UE. "Los residuos alimentarios alcanzarán en 2020 las 126 millones de toneladas (un aumento del 40 %) a menos que se tomen más medidas preventivas", advierte el texto.
Reducir el desperdicio de alimentos no sólo contribuiría a paliar el hambre en el mundo, sino que "comportaría un uso más eficiente de las tierras y una mejor gestión de los recursos hídricos, tendría consecuencias beneficiosas en todo el sector agrícola a escala mundial y contribuiría de forma importante a la lucha contra la malnutrición en el mundo en desarrollo" y haría disminuir la producción de gas metano y dióxido de carbono.
Educación, etiquetado
El Parlamento Europeo reclama una estrategia coordinada que combine medidas a escala europea y nacional, incluyendo campañas de concienciación e información, ya que "el 18% de los ciudadanos europeos no comprende la frase Consúmase preferentemente antes del...". Por ello, se pide a la Comisión y a los Estados miembros "que aclaren el sentido de las indicaciones de fechas en las etiquetas de los alimentos («Consúmase preferentemente antes del», «Fecha límite», «Fecha de caducidad») con objeto de reducir la incertidumbre sobre la comestibilidad de los alimentos y de facilitar al público información precisa".
También piden que se optimice el tamaño de los envases y que se fomenten "programas de redistribución de alimentos a los ciudadanos sin poder adquisitivo", así como que se adopten medidas "que permitan la aplicación de descuentos a los productos próximos a caducar".