Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Imidacropid 20% permitirá combatir los pulgones en el cultivo del arroz

UPA-Andalucía consigue la aprobación de la materia activa Imidacropid 20%

UPA-Andalucía

En las campañas en las que se han dado fuertes ataques de los pulgones, la producción ha descendido en un 20% en Andalucía, provocando pérdidas valoradas en unos 9 millones de euros, siendo la superficie afectada del 60%.

cultivo de arroz

UPA-Andalucía ha logrado que el Comité Sanitario de los Ministerios de Sanidad y Medio Ambiente y Medio Rural y Marino haya aprobado la utilización de la materia activa, Imidacropid 20%, que permitirá combatir los pulgones en el cultivo del arroz.

En los últimos meses, UPA-Andalucía ha mantenido distintas reuniones con las administraciones competentes con objeto de que la materia activa Imidacropid 20% pudiese ser utilizada por los arroceros andaluces, continuamente aquejados por los pulgones. Y es que hasta el momento no existía ningún fitosanitario permitido para combatir dicha plaga.

En las campañas en las que se han dado fuertes ataques de los pulgones, la producción ha descendido en un 20% en Andalucía, provocando pérdidas valoradas en unos 9 millones de euros. Asimismo, en estas campañas de alta afección, la superficie afectada ha estado en torno al 60%. Estos datos evidencian la importancia de la aprobación de esta materia activa.

Debido a las restricciones fitosanitarias impuestas desde Bruselas, los productores andaluces habían visto cómo la producción quedaba mermada como consecuencia de la presencia de pulgones. Así, con esta nueva medida auspiciada por UPA-Andalucía, los arroceros andaluces podrán hacer frente a la continua presencia de pulgones en el cultivo, una plaga que se había convertido en la más común en el arroz.

Los pulgones son insectos chupadores, pertenecientes a varias especies de la familia Aphidae: Shizaphis gramininum, Sitobium avenae y Rhopalosiphum padi que provocan importantes daños en el cultivo. Los pulgones se alimentan pinchando su estilete en los tejidos vegetales para absorber la savia. Como consecuencia de ello, la planta pierde vitalidad y las hojas se secan, llegando a secar la planta por completo y provocando pérdidas importantes en la producción.

Los daños comienzan por rodales en los márgenes y se van extendiendo al resto de la parcela, especialmente con temperaturas suaves.