Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Avances I+D

El IFAPA desarrolla un proyecto para recuperar variedades olivareras en Andalucía

Destaca la Changlot Real, de origen valenciano, por ser la más resistente a la verticilosis

Junta de Andalucía

La Consejería de Agricultura Andaluza, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), ha puesto en marcha un proyecto de transferencia de tecnología y formación que pretende ensayar en seis comarcas de Andalucía variedades de olivo poco utilizadas o en desuso.

El IFAPA desarrolla un proyecto para recuperar variedades olivareras en Andalucía
Variedad de olivo Changlot Real

Variedad de olivo Changlot Real

07-12-2010IVIA

Variedad originaria de la Sierra de Enguera (Valencia); se cultiva principalmente en las comarcas alicantinas de la cuenca del Vinalopó; también aparece en menor medida en diversas comarcas valencianas. El fruto se presenta arracimado, de ahí su nombre, que significa fragmento de racimo (de uva). Variedad rústica. Imagen del Catálogo de variedades de olivo de la Comunitat Valenciana

Dichas variedades se encuentran registradas en el Banco Mundial de Germoplasma del Olivo (BMGO), ubicado en el centro Ifapa Alameda del Obispo, de Córdoba, con más de 30 años de historia y que representa la mayor colección viva de esta especie en todo el mundo.

Aparte de antiguas variedades olivareras andaluzas como la Carrasqueña de Alcaudete, Ocal, Royal de Cazorla o Verdial de Huévar, que pueden dar óptimos resultados en cuanto a rendimiento y producción, los investigadores reconocen que existe otra variedad, la Changlot Real, de origen valenciano y fácil adaptabilidad a las condiciones agroclimáticas de algunas zonas de Andalucía y que destaca, sobre todo, por ser, probablemente, la más resistente a la verticilosis, enfermedad del olivo causada por un hongo y que provoca la seca y muerte del árbol.

Así pues, este estudio, de cuatro años de duración y que se desarrollará en las provincias de Córdoba, Huelva, Jaén, Granada, Málaga y Almería, reviste una gran importancia para el sector olivarero andaluz, al incrementar la oferta de variedades de interés para este cultivo, elegidas en función de sus óptimas características agronómicas, y su gran capacidad de adaptarse a ambientes concretos, caso de la resistencia a hongos aéreos en Huelva, o a las bajas temperaturas de la provincia granadina. En la actualidad, sólo las variedades Arbequina, Picual y Hojiblanca representan más del 95% de la producción viverística de la comunidad autónoma andaluza, cuya gran riqueza varietal se traduce en más de 120 registros.

Para las tareas de análisis y experimentación, se dispone de 78 parcelas, en fase de plantación, donde hay sembradas una treintena de variedades de olivo, hasta ahora nunca plantadas, tanto de Andalucía como del resto de España y países del Mediterráneo. Todas ellas proceden del Banco Mundial de Germoplasma del Olivo, que constituye un reservorio genético de esta especie, sin precedentes, y el mayor referente mundial en la investigación sobre este cultivo.

Colección de más de 400 variedades

El primer objetivo del Banco Mundial de Germoplasma del Olivo es salvaguardar el patrimonio genético olivarero atesorado durante siglos de cultivo y expansión por el mundo, y que en muchos casos tiende a desaparecer, debido a la sustitución de las variedades tradicionales por las producidas mediante selección y mejora genética.

Actualmente el BMGO mantiene un total de 406 variedades incluidas en colección, procedentes de 20 países: Albania, Argelia, Argentina, Croacia, Chipre, Egipto, Francia, Grecia, Irán, Israel, Italia, Líbano, Marruecos, Méjico, Portugal, España, Siria, Túnez, Turquía y USA.

La historia de este amplio patrimonio genético en materia de olivar se remonta a 30 años atrás, con motivo de un proyecto que arrancó con un centenar de variedades de olivo oriundas de España, Italia, Turquía, Túnez y Portugal y cuyo desarrollo se encargó a investigadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), con el apoyo del Consejo Oleícola Internacional (COI) en el ámbito mediterráneo.