Los datos indican que los productores españoles apenas si se llevarían alrededor del 20% de las ayudas concedidas por la Comisión Europea
La Unió de Llauradors i Ramaders
El precio de las hortalizas y frutas sigue muy bajo un mes y pocos días después de que Alemania difundiera acusaciones falsas hacia el sector hortofrutícola español y le culpabilizara de la autoría de la bacteria E-coli. La media de descenso, desde que se acusara al pepino español de la bacteria, es del 20% en el precio de las hortalizas y del 30% en el caso de la fruta de verano.
Los datos de precios oficiales indican que antes del funesto día en que la responsable de Sanidad de Hamburgo nos acusará sin pruebas, el pasado 26 de mayo, ya eran bajos pero que entre esa fecha y el desmentido alemán se hundieron de una forma espectacular en el caso de que tuvieran cotización, pues en muchos momentos ni tan siquiera la obtuvieron y fueron destruidos. Se da la circunstancia además de que antes de los problemas originados por el desaguisado de Alemania las cotizaciones de las hortalizas y frutas ya eran bastante más bajas que la campaña anterior, lo que provoca que sea una campaña nefasta para los productores hortofrutícolas valencianos.
Sin embargo, y pese a los daños causados, todo indica que los agricultores españoles apenas se llevarán una pequeña parte del montante de 210 millones de euros de las ayudas concedidas y que el grueso de las mismas se van a ir hacia Holanda, tal y como denunció en su día LA UNIÓ. Al circunscribir las ayudas a sólo cinco productos hortícolas (pepino, tomate, calabacín, pimiento y lechuga) y priorizar las mismas en los socios de organizaciones de productores, la cosa queda clara. Los datos indican que Holanda se llevaría una cifra cercana a los 130 millones de euros, España no llegaría a los 40, Alemania sobre 16 y el resto otros países. El principal país afectado por tanto apenas se llevaría como mucho alrededor del 20% de las ayudas. De ese porcentaje "cabe imaginarse la miseria que les corresponderá a los productores de la Comunitat Valenciana, pues el grueso del mismo irá hacia Andalucía".
Paralelamente a lo anterior es necesaria una campaña de promoción por parte de la Unión Europea para reparar el considerable deterioro de la imagen de los productos hortofrutícolas españoles, porque aunque resulte increíble el sistema rápido de alertas de la Unión Europea para alimentos y piensos (RASFF) todavía culpa a nuestros pepinos del origen de la bacteria. Por si fuera poco la Comisión Europea quiere obligar al sector hortofrutícola a cofinanciar como mínimo el 20% de las campañas de promoción. La ministra de Medio Rural, Rosa Aguilar, ha hablado mucho en los últimos días de campañas de promoción, de ampliar las ayudas, pero lo cierto es que hasta la fecha todo son meras declaraciones de intenciones.
Ramón Mampel, secretario general de LA UNIÓ de Llauradors, califica de "inaudito y de tomadura de pelo que encima de tener graves pérdidas que no las vamos a cubrir pues no hay más que ver el dinero que nos va a llegar, además nos obligan a pagar de nuestro bolsillo sin tener ningún tipo de responsabilidad al respecto. Nosotros somos los paganos y los diferentes gobernantes que han creado todo el conflicto por acción u omisión, como por ejemplo la ministra de Sanidad de Hamburgo, sigue en su cargo sin que pase nada".