Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Definición de neolítico

1. Adjetivo. Se dice del último período de la Edad de Piedra, caracterizado por sus innovaciones en el terreno de la técnica y de la organización económica y social.

RAE.

Etimología: literalmente "nueva piedra"

1. Se conoce como Neolítico europeo al período que ocupa la mayor parte de la Prehistoria Reciente, situado entre el Mesolítico y los Primeros Metales. Su principal patrón material es el uso generalizado y cotidiano de una técnica conocida de mucho antes, la cerámica. La otra principal característica material es el uso de la piedra pulimentada en lugar de la tallada, propia de etapas anteriores. Esto es lo que le confiere el nombre.

Pero realmente el Neolítico no es otra cosa que el período en el que las sociedades se asientan, dejando atrás el nomadismo propio de los grupos cazadores-recolectores. En otras palabras, Neolítico significa el nacimiento de la Ganadería y la Agricultura. Aunque normalmente nos referimos a Neolítico como un período de la Prehistoria, este término puede aplicarse perfectamente a sociedades en pleno siglo XXI, tanto que la neolitización de diversos pueblos está ampliamente documentada en la antropología de los siglos XIX y XX. Respecto a los orígenes del primer Neolítico, resultaría imposible intentar realizar un análisis global, por ejemplo, en ambos lados del Atlántico.

Por tanto, la mejor definición para Neolítico sería la transformación de los grupos humanos cazadores y recolectores en sociedades sedentarias, gracias al desarrollo de la ganadería, la agricultura y el perfeccionamiento de las técnicas de pesca.

En cuanto al concepto acuñado por el gran Vere Gordon Childe, "Revolución Neolítica", la verdad es que, especialmente en los casos más antiguos, estos procesos nada tuvieron de "bruscos o radicales", es decir, de revolucionarios en este sentido. Más bien sucedieron a lo largo de miles de años, con procesos y relaciones que cada día se presentan mas complejos a la arqueología.

Las tesis difusionistas ampliamente reconocidas, que marcan un foco de origen único para toda Eurasia y Norte de África (Estepas rusas para la ganadería y Oriente Fértil para la agricultura), cada vez presentan más inconsistencias. Especialmente en lugares como el Lejano Oriente y el Lejano Occidente, como la Península Ibérica y Marruecos.

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