Alternativas a la adquisición de grandes extensiones de tierras en las naciones en desarrollo
Promover modelos de inversión que maximicen las oportunidades para los pequeños productores
Un nuevo informe analiza la manera en que las asociaciones pueden beneficiar tanto a los grandes inversionistas como a los pequeños agricultores.
Una nueva investigación revela que es posible estructurar las inversiones agrícolas en las naciones en desarrollo como alternativas a la adquisición de tierras en gran escala. El estudio documenta una gama de modelos empresariales más integradores que pueden reportar beneficios a los pequeños agricultores y proteger los derechos de estos sobre la tierra, al tiempo que aseguran ganancias a las empresas.
El informe, publicado hoy por el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), fue encomendado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).
En el documento se señala que cualesquiera orientaciones internacionales relacionadas con las inversiones agrícolas deberían no sólo abarcar los posibles efectos negativos de las adquisiciones de tierras en gran escala, sino también promover modelos de inversión que maximicen las oportunidades para los pequeños productores.
En él se exponen varias opciones de colaboración entre los grandes inversionistas y los pequeños productores locales que podrían resultar mutuamente provechosas, las cuales se recogen en seis conceptos amplios: agricultura por contrata; contratos de gestión; arrendamiento y aparcería; operaciones conjuntas; empresas de propiedad de los agricultores, y vínculos empresariales entre las fases inicial y posterior.
Ninguno de los modelos representa la mejor opción posible para los pequeños agricultores en una situación dada, pues para que un modelo arroje beneficios a los agricultores y siga resultando ventajoso para los inversionistas, en cada contexto específico deben tenerse en cuenta características locales como las modalidades de tenencia de la tierra, las políticas, la cultura, la historia y consideraciones de carácter biofísicos y demográfico.
Según el informe, existen múltiples maneras en que las empresas puedan realizar sus actividades con enfoques más integradores y al mismo tiempo reducir lo más posible los riesgos, y aun así, obtener ganancias. Ello puede suponer unas relaciones de trabajo más estrechas con los asociados, productores y agricultores locales, así como una mayor repartición del valor generado por las inversiones.
El informe se centra en cómo los distintos modelos empresariales pueden distribuir el valor -en cuanto a riesgos, recompensas, sentido de apropiación y capacidad de influir en las decisiones operativas- entre los inversionistas y los asociados locales. En el documento se analizan las ventajas, desventajas, oportunidades y limitaciones de cada modelo, además de las posibles formas en que puede aplicarse en mayor escala.
Tal y como se plantea en el informe, los acuerdos sobre tierras más integradores pueden surtir efecto sólo si las empresas los consideran componente económicos genuinos de sus negocios y no una mera parte del programa de responsabilidad como empresas. En el informe se destaca asimismo que es fundamental obrar para reforzar el poder de negociación de los agricultores locales.
También se observa que los gobiernos y los organismos de desarrollo pueden hacer mucho para fomentar modelos empresariales más equitativos e integradores, y prestar apoyo a los pequeños productores en sus relaciones con los gobiernos y los inversionistas.
Comentarios
Dr. Lorenzo Cotula, Investigador Superior del IIED (coautor): "Las inversiones agrícolas pueden arrojar beneficios a las naciones en desarrollo, pero las grandes transacciones de tierras encierran riesgos elevados porque las poblaciones locales pueden perder el acceso a las tierras y los recursos que han utilizado por generaciones. Las inversiones más prometedoras son las que comprenden la prestación de apoyo a los pequeños productores locales en lugar de las grandes plantaciones."
Andrea Ries, Jefa del Programa Mundial Seguridad Alimentaria (COSUDE): "El informe pone de relieve la función decisiva que pueden desempeñar los asociados en el desarrollo para respaldar y fortalecer el diálogo entre las comunidades de los pequeños productores, los gobiernos y los inversionistas con objeto de fomentar inversiones sostenibles e integradoras en la esfera agrícola."
Harold Liversage, Gerente del Programa de Tenencia de la Tierra (FIDA): "En el FIDA consideramos que la seguridad de los derechos sobre la tierra y el acceso equitativo a este recurso -sobre todo en el caso de los pequeños agricultores- son esenciales para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Las asociaciones entre los posibles inversionistas y los pequeños agricultores pueden deparar importantes oportunidades, pero no exigen que se transfieran derechos sobre la tierra en gran escala."
Alexander Müller, Director General Adjunto de la FAO: "El informe expone diversas formas en que las inversiones agrícolas en los países en desarrollo, en particular las inversiones internacionales y en gran escala, pueden multiplicar las oportunidades para los pequeños agricultores. Esto ayudará a evaluar y diseñar proyectos de inversión agrícola dirigidos a mejorar la seguridad alimentaria de todos."