Sarkozy defiende la preferencia comunitaria y la regulación agrícola en la UE
También dijo que no abandonará a los agricultores, cuyos ingresos se han hundido en los últimos años
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha defendido el mantenimiento de la "preferencia comunitaria" para los productos agrícolas y la regulación del sector en la Unión Europea, al tiempo que aseguró estar con los agricultores, cuyos ingresos se han hundido en los dos últimos años. "No es normal que los precios aumenten en la distribución y que las remuneraciones de los productores disminuyan".
"La preferencia comunitaria no es una palabrota", declaró Sarkozy en un discurso dedicado al mundo rural, en el que justificó que la UE establezca barreras de entrada a los productos agrícolas para que los europeos no sean "la variable de ajuste" de sus propios criterios medioambientales, sociales o de los desequilibrios monetarios.
Argumentó que "no es aceptable que se impongan a nuestros agricultores reglas sobre el bienestar animal, sobre la trazabilidad, sobre la seguridad alimentaria, y que en Europa se sigan importando productos criados o fabricados en países que no aplican" ese tipo de reglas.
El jefe del Estado francés lamentó que su propio país, pero también Alemania, Italia y España hayan puesto en marcha planes de apoyo a sus respectivos agricultores sin coordinar sus esfuerzos, por los peligros que entraña para la Política Agraria Común (PAC).
"Hay que evitar absolutamente todo lo que podría parecer una re-nacionalización de la PAC", afirmó, antes de añadir que luchará por evitar su desmantelamiento: "no aceptaré la desregulación agrícola en el momento en que el mundo ha estado a punto de caer en el precipicio a causa de la desregulación financiera".
Sarkozy dijo que defenderá la regulación, en las discusiones sobre la reforma de la PAC que se inician este año y que su objetivo es "la simplificación de la aplicación", así como "la creación de herramientas de seguro" para gestionar los imprevistos climáticos o sanitarios y las fluctuaciones de los mercados.
En clave más nacional, dijo que no abandonará la agricultura, que definió como "un sector puntero de nuestra economía" y "un elemento de nuestra identidad nacional".
En esa línea, aludió al plan de urgencia en apoyo del sector, dotado con 1.650 millones de euros, anunciado en octubre pasado, para calmar el descontento de las organizaciones profesionales por el bajón de sus ingresos: el retroceso fue del 34% en 2009, después del 20% sufrido el ejercicio precedente.
El jefe del Estado también abogó por "un mejor reparto" entre los productores y la distribución del valor añadido generado por la agricultura y la ganadería.
"No es normal que los precios aumenten en la distribución y que las remuneraciones de los productores disminuyan", comentó antes de añadir que quiere "saber a dónde va plusvalía y, una vez que se sepa adónde pasa, quiero que esté mejor repartida entre los productores y los distribuidores".