Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

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Las ayudas previstas están dirigidas a las ADS y asociaciones y federaciones de ADS y podrán cubrir la totalidad del coste de los programas y actuaciones sanitarias, hasta un máximo de 27.000 euros por cada agrupación.

El Diario Oficial de Extremadura publica hoy la orden de convocatoria de las ayudas para este año destinadas a las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) extremeñas, que asciende a 297 repartidas por toda la región, y que son las encargadas de ejecutar los programas sanitarios en la cabaña ganadera.

Con el propósito de fortalecer su trabajo para elevar el saneamiento integral de la ganadería extremeña, la Junta de Extremadura destinará este año un montante global de 3,2 millones de euros.

Las ayudas previstas están dirigidas a las ADS y asociaciones y federaciones de ADS que cuenten con el reconocimiento oficial de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural y podrán cubrir la totalidad del coste de los programas y actuaciones sanitarias, hasta un máximo de 27.000 euros por cada agrupación. Desde mañana y durante el plazo de un mes, podrán formalizar sus solicitudes de ayudas, dirigiéndolas a la Directora General de Explotaciones Agrarias y Calidad Alimentaria de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural.

Los programas y actuaciones que son desarrollados por las ADS y contemplados en estas ayudas cubren las medias de prevención y erradicación de enfermedades animales o infestaciones parasitarias, es decir, las derivadas de controles sanitarios, pruebas y otras actuaciones para la detección, compra y administración de vacunas, medicamentos, sacrificio y destrucción de animales.

El propósito final de estas ayudas es apoyar a los ganaderos extremeños, beneficiarios finales de las mismas, para que puedan cumplir con las exigencias que sobre salud, bienestar animal, higiene, trazabilidad y seguridad de las producciones vienen contempladas en la normativa europea.

Estos trabajos son vitales para la Junta de Extremadura ya que la buena salud de la cabaña ganadera es el primer eslabón de la rentabilidad de las explotaciones pecuarias y garantía de protección de los consumidores.