Super tarifazo: «Hola, soy tu compañía eléctrica, feliz Navidad»
2014 trae debajo del brazo la mayor subida de la factura eléctrica desde 1997... si la CNC no lo remedia (y la dejan)
El 2013 se despide con el anuncio de un incremento del 11,5% en la tarifa eléctrica. De confirmarse se tratará de la mayor subida de la luz desde 1997, culminando el año con una subida total del 21%. Artículo de opinión a modo de postal navideña. Muy subjetivo en formas, que no tanto en fondo, y en espera de que el ministro Soria cumpla: "No subirá un 11% bajo ningún concepto" ha dicho. Sea
Este próximo año promete. Para recibirlo y pese a la crisis habrá luces de Navidad, no hay problema. Bueno, sí que lo hay, pero no es culpa de las bombillas de colores. También habrá 12 uvas para cada uno, aunque haya que convocar a las fuerzas de paz de Naciones Unidas que las habrá, dice el anuncio de la Lotería. Las doce campanadas, los primeros comerciales y el turrón, si es con almendra de la buena mejor. En fin, Navidad y Fin de Año, Reyes Magos y sal de frutas.
Pero volvamos a esas cosquillas que le suben a nuestras bombillas por sus casquillos más íntimos, hasta encender su filamento. La luz. La misma que nos ilumina el día aunque abunden las tinieblas. El mayor invento jamás logrado por otra cometa atada a un hierro.
Ahora conocemos mejor a este jazmín que cambió nuestras vidas por su faceta más facturable, esa suerte de feria que sube y baja, liberada de todo prejuicio. Eso sí, tirando siempre para arriba dirección a las nubes, de donde vino. Por eso que nadie se sorprende ya cuando nos anuncian la tradicional subida de la luz. Se trata de que entre todas y todos hagamos cuesta de enero, que queda bonito y es muy típico de los matinales. Y esta vez las brisas del mercado han decidio hacerlo por todo lo alto y el incremento de la tarifa eléctrica será del 11,5%, la mayor subida conocida en el reino de España desde el año 1997.
Estamos por tanto ante el mayor tarifazo de la Era de la Libertad de Mercado, su más alta cota desde que nos libramos de la opresiva tiranía del más abominable aún monopolio estatal. Libertad aunque te cueste el doble, pero que a dónde va usted a parar, si hasta los calambrazos parecen ahora más felices. Y los dividendos, cómo se reparten lo dividendos, eso es amor fraternal en estado puro. Dicen que no, que una cosa no tiene que ver con la otra, pero qué quieren que les diga, a mí me sigue sonando como aquello de "la parte contratante de la primera parte...".
La subasta
La última subasta eléctrica de este año que fallece se saldó con un incremento en el coste de mercado del 26,5% (dicen que porque les pararon los pies). Sobre los daños colaterales del contubernio aún no se conoce parte oficial. Este pico de sobrecarga será el principal responsable del superlativo tarifazo que nos aguarda, un 10,5%. El último que falta hasta alcanzar el contenido de la declaratoria es cortesía de los peajes del ministro Soria, o al menos eso destaca él, que ha dicho que la luz no subirá un 11% en enero «bajo ningún concepto» (ojalá sea así, que de dimisiones ya ni se habla). Hay otra gente, precisamente los feriantes con mejores atracciones, que opinan que no, que el precio final de 61,83 euros por megavatio hora alcanzado en su subasta no es lo mismo que el del "pool" (¿soñarán la barby y el kent con anglicismos?). Que ese, el del "pool" sí que es el malo, el de los noventa y tantos euros por MWh que nos vuelven a situar a la cabeza de Europa en cuanto a cosas malas. Porque en definitiva, dicen, su subasta acaso va a ser responsable del 40% de "la revisión trimestral de enero", que es como llaman ellos a hacer invierno. Y también dicen que todo lo demás es cosa de los "peajes" y de la rémora que aún sobrevive en el sustrato, que fueron demasiados años de monopolio estatal.
El poder de las flores
Pero lo peor de todo son la renovables, claman a coro. Esas malditas energías renovables fruto del irracional sueño de un flowerpower enajenado. Tales engendros son los culpables de todo esto, amigo Sancho Panza. Si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla... ya sabemos todos cómo acabó el percance entre Don Quijote y los molinos de viento. Y precisamente por eso, porque las cosas de la guerra más que otras están sujetas a continua mudanza, que la tan singular "contienda total" abierta contra las renovables está perdida de antemano, nunca mejor dicho, por tierra, mar y aire. Por mucho pábulo que den, los que deben saberlo ya lo saben. Renovable es y será cada día más sinónimo de deslocalización, de no gratis total pero muy barato. Autosuficiencia energética. Porque en esto de la ciencia, como en la jodienda, no hay quien ponga enmienda (¡esos paneles chinos, señora, que me los quitan de las manos!). Y por eso que se dedican a jugar con los plazos, para estirar el negocio hasta que sea posible, como hormiguitas precavidas que guardan el grano para cuando no haya. Porque saben que el rollo este de las energías renovables apenas acaba de eclosionar.
Sólo diré tres cosas:
- Sí que eran molinos de viento los que batieron el récord de generación eléctrica en noviembre, sumando más producción que nucleares y centrales de ciclo combinado juntas,
- que si la fuente solar fotovoltaica es tan poco eficiente como argumentan por qué les aterroriza tanto (aquí están los tropezones del potaje) y
- es cuanto menos curioso que la mayor potencia mundial en Energías Renovables, sí, la Alemania de la jipi Ángela Merkel, sea uno de los países donde más barata cuesta la luz de toda la UE. Y ya con los impuestos es cuando pasa a ser la segunda más cara de la UE, pero este detallito lo está olvidando más de un compañero plumáceo. Lástima.
Y una cuarta para romper promesas: ¿Por qué "nuestras" grandes marcas apuestan tanto por la luz del futuro y cosas así, sólo de puertas para afuera, como los malos candiles? ¿renovables ser buenas sí para estadounidenses pero no para nosotros, debemos entender?
La luz puede (¿pudo?) subir un 21% en 2013
Resultando y resumiendo para los que nos perdimos antes de llegar al primer corte de luz, que 18 millones de consumidores españoles pueden ver cómo su tarifa regulada se encarece un 11,5% a partir de enero. Y que al decir esta barbaridad apenas contribuyo a ocultar el auténtico titular: Que en 2013 la luz habría subido un 21%, ahí es nada. (Editado: Por suerte la Comisión Nacional de la Competencia ha invalidado la subasta eléctrica de marras «por circunstancias atípicas», ahí es nada. Ahora está por ver en cuánto queda la cosa, si es que no pasa que al final sí es, que cosas más raras se están viendo en estos extraños tiempos).
Si ahora hablara del ¿más de millón y medio? de hogares que las va a pasar canutas para seguir teniendo luz estaría haciendo demagogia. O si contrastara este dato con la celebrada subida del 0.25% en las pensiones, eso ya sería imperdonable. Ni se me ocurra citar el desempleo. Los españoles somos poco dados a la demagogia, no estamos acostumbrados a su molesta presencia y no quiero ser yo el primero que nos desvíe por tan estériles páramos. Por eso que no lo voy a hacer, como tampoco hablaré más del innombrable "déficit de tarifa" (culpa de las renovables, dogma de fe), que crece a su ritmo. Como la entropía.
El céntimo ¿verde?
Prefiero quedarme en esta suerte de tarjeta navideña con un céntimo. Para despedir el año con humildad en una publicación humilde. Es el céntimo verde, el popular céntimo verde que tanto gusta de aparecer en sinopsis y entradillas numerarias. Ideal de la muerte para el nuevo mundo en 120 caracteres, la enumeración caótica digo. Entre los motivos aducidos siempre encontrarán un hueco para el céntimo verde, sea para lo que sea.
«¡Estoy harto de los señores ecologistas y su dichoso céntimo verde!», gritaba más o menos un señor al conocer la noticia del súpertarifazo que nos amenaza, una persona normal, digno representante de esa gran mayoría silenciosa que somos todos. Era en un bar. Que no, que el céntimo verde es en realidad un impuesto de Gobierno a las industrias más sucias, que al final sólo están pagando las gaseras (léase nosotros). Imagínate que arriendas un corral a alguien para que guarde ovejas, ¿es raro pedirle que lo limpie o que pague de más si no lo hace? «¡Diantres y más allá, pues que lo digan claro, que parece que nos quieran engañar!».
«Eso es el céntimo de mierda» (aquí la literalidad es recomendable y necesaria).
Pues eso, que la gente no es tonta a poco que te esfuerces por comprobarlo. El problema está en la ignorancia, me refiero a la de ciertos sectores marginales de nuestra sociedad que viven con el mundo por montera. ¿Qué les importa realmente si a aquella otra le cortan la luz de casa por no poder pagarla? Peor lo pasan los negritos del Vietnam y no se quejan tanto. ¿Que enterró su granja entre sacos de piensos y megavatios mientras su leche cotizaba más bajo que el agua? Por favor, que nosotros leemos el JotDown, nos nos hable usted de estiércol, cateto demagogo. Acaso sí de macrobióticos y vinotecas, que hacen bonito y enaltecen el espíritu.
En fin. Como dijo el Mark Twain, éstos no tienen remedio y no intentes convencerlos porque, precisamente, su negocio consiste en no entender nada.
A todas las demás personas os deseo:
Feliz Navidad y próspero Año Nuevo, que falta nos hace.
Alonso Aguilar
Editor de Boletín Agrario.