La OMC, principal beneficiaria del histórico Acuerdo alcanzado en Bali
Artículo de opinión del Director de Relaciones Internacionales de ASAJA sobre el acuerdo ministerial alcanzado en la ciudad indonesia
El sábado 7 de diciembre, el Director General de la OMC anunció a los representantes ministeriales, observadores no gubernamentales y medios de comunicación reunidos en Bali en el acto de Clausura de la 9ª Conferencia Ministerial de la OMC (MC9) que los negociadores habían alcanzado un Acuerdo sobre el Mini-paquete de negociación.
Este resultado, calificado de histórico por la prensa internacional, supone de hecho un balón de oxigeno para la propia Organización Mundial del Comercio, que no lograba alcanzar en su seno un acuerdo destacable en los últimos 12 años de negociación de la Ronda de Doha, y que ha visto como proliferaban acuerdos comerciales, bilaterales y regionales.
Creo que todos debemos felicitarnos de que la OMC recupere y consolide su papel en el escenario comercial mundial.
En concreto, el mini-paquete de negociación, con 10 textos encima de la mesa, se refiere esencialmente a tres líneas de actuación; la facilitación del comercio, disposiciones relativas al desarrollo y aspectos relacionados con agricultura (incluyendo el apartado referente al algodón, siempre presente en las negociaciones).
En el capítulo agrícola, las principales controversias se produjeron entre India y los EE.UU. en cuanto a la constitución de existencias publicas con fines de seguridad alimentaria, es decir, la posibilidad de los Países en Desarrollo de otorgar ayudas de estado para constituir reservas alimentarias, punto exigido por la India, pero que planteaba serias reticencias por parte de otros países, entre otros EE.UU. que entienden que podrían desvirtuarse y convertirse en medidas estatales de distorsión del comercio mundial..
Tras intensos debates entre los responsables de comercio de la India y EE.UU., con la mediación del Director General de la OMC, Roberto Azebedo, se establece que la clausula de paz, es decir la no denuncia de estas prácticas por parte de los países en desarrollo, sea válida durante un periodo determinado (4 años hasta la 10 Conferencia Ministerial) en el que se buscara una solución permanente a esta controversia, a condición de que esta solución provisional no ponga en peligro la seguridad alimentaria de los demás miembros de la OMC, no suponga distorsión de comercio y las medidas que se adopten sean notificadas a la OMC.
En materia de subvenciones a la exportación, los miembros de la OMC se comprometen a seguir trabajando para reducir todo tipo de ayudas a la exportación de productos agrícolas. Recordamos que ya en Hong Kong en 2005 la UE lanzaba una iniciativa de eliminación de todas sus restituciones a la exportación en 2013, condicionada a que el resto de potencias exportadoras realizaran esfuerzos equivalentes en sus medidas de apoyo a las exportaciones agroalimentarias. En principio, y a falta de que se retomen los trabajos de Doha en materia de ayuda interna, competencia en las exportaciones y acceso a los mercados, el Acuerdo de Bali no supone ninguna obligación ni concesión adicional por parte de la UE en materia agraria.
Otro aspecto protagonista de los debates en Bali fue el de la Facilitación del Comercio, es decir la reducción y simplificación de todos los trámites aduaneros que deben soportar las empresas exportadoras a la hora de posicionar sus productos en mercados terceros.
Según algunos estudios, una operación de comercio exterior entre países de la OMC conlleva la presentación de cerca de 40 documentos diferentes, 200 datos, algunos repetidos varias veces, y precisa la intervención de más de 20 personas distintas. Evidentemente, un aligeramiento de esta carga supondría un avance importante en términos de ahorro y de renta.
El acuerdo de Facilitación de comercio va en este camino imponiendo el principio de no discriminación, transparencia, agilidad y simplificación. Los Países en desarrollo dispondrán de un periodo transitorio y asistencia técnica para adaptarse al sistema.
Fue este capítulo el que, al final de la Conferencia y prácticamente por sorpresa, planteo mas incertidumbre sobre el éxito de la Conferencia de Bali y la continuidad de la propia OMC. Cuba, al frente de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Tierra (ALBA) y con el apoyo de Bolivia, Venezuela y Nicaragua quería incluir en el texto del Acuerdo una declaración que permitiera a este país esquivar el embargo impuesto por los EE.UU en 1960. El acuerdo final al que se llegó hace referencia al principio de no discriminación del Art V del GATT.
Finalmente, en cuanto al desarrollo, el acuerdo contempla la constitución de un Mecanismo de Vigilancia que evaluará la correcta aplicación de las medidas de trato especial y diferenciado a favor de los países en desarrollo.
Independientemente de que podamos considerar este acuerdo de la OMC de “histórico” o “in extremis”, lo que es indudable es que supone un alivio para la institución, que tras la llegada del nuevo director general a principios de septiembre, ve garantizada la continuidad y recibe un nuevo aliento para continuar en los debates, tanto de los aspectos que se quedaron fuera del llamado “mini-paquete” de Bali, como de los contenido de la hasta ahora estancada Ronda de Doha.
Ignacio López García-Asenjo
Director de Relaciones Internacionales de ASAJA