«Una patada en la boca a los jornaleros»
El TSJA condena a Diego Cañamero, Sánchez Gordillo y a otros dos miembros de SAT a una pena de 7 meses de cárcel y una multa de 1.200 euros por la ocupación de Las Turquillas
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha impuesto a cuatro miembros del SAT una pena de siete meses de cárcel y una multa de 1.200 euros por la ocupación de la finca militar de Las Turquillas que se produjo durante el verano de 2012. Diego cañamero, uno de los encausados junto a Sánchez Gordillo, ha descrito esta decisión del TSJA como «una patada en la boca a los jornaleros»
El Alto Tribunal andaluz con sede en Granada ha impuesto a los líderes jornaleros Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo, junto a otros dos miembros del SAT, una pena de siete meses de cárcel y una multa de 1.200 euros por «desobediencia grave» y «usurpación de inmueble», a raíz de ocupación simbólica de la finca militar de Las Turquillas, en Osuna (Sevilla), llevada a cabo por el Sindicato Andaluz de Trabajadores durante el pasado año 2012. Un quinto encausado ha sido condenado por el delito de «usurpación». El resto del medio centenar de jornaleros encausados ha sido absuelto, así como también se ha desestimado la denuncia por «daños» que pedía la acusación, en este caso la propia abogacía del Estado.
Diego Cañamero se ha referido a la sentencia como «una consigna del Gobierno», asegurando además que se trata de una auténtica «patada en la boca a los jornaleros». Una sentencia que en absoluto sorprende al SAT ya que, afirma el portavoz del sindicato andaluz, «estaba dictada de antemano». Cañamero ha anunciado que el SAT recurrirá esta sentencia ante el Tribunal Supremo.
El 24 de julio de 2012 un número indeterminado de personas, siempre superior al medio millar, participó en la ocupación de la yeguada militar de Las Turquillas, situada en la localidad sevillana de Osuna. Un hecho este que, aparte de la notoriedad pública de los dos líderes condenados, muestra una evidente arbitrariedad a la hora de elegir a quién se pena y quién sale absuelto. Algo normal si tenemos en cuenta que esta supuesta «usurpación de inmueble» se hizo frente a los focos y las cámaras de medio mundo (sin exagerar), ya que efectivamente era un acto reivindicativo en toda regla. El TSJA no lo entiende así y señala que la ocupación se realizó «con intención de permanencia». Confundir intención con deseo es lo que tiene.
La sentencia del tribunal superior andaluz también recoge que entre los dias 24 de julio y el 9 de agosto los condenados se apoderaron de aperos de labranza y otros materiales, citando además "daños" como «la destrucción» de azulejos de cerámica o la «fractura de sistemas de guarda y anclaje» de un pozo. También que los condenados «impidieron el paso» de una máquina retroexcavadora del Ministerio de Defensa. «En la sentencia encima nos piden daños y perjuicios por trabajar la finca, sembrar y regarla, y eso lo consideran un daño, es increíble», sentencia por su parte Diego Cañamero.
Teniendo en cuenta la grave situación por la que atraviesa el campo andaluz, pero sobre todo los profundos antecedentes que arrastra la ignominia de la "finca" de las Turquillas, me atrevo a decir que esta sentencia no es increíble. Es algo indecente, tanto como opinar del tema en medios de comunicación sin tener ni puñetera idea de qué se está hablando. La saña y el odio, me atrevo a decir que de casta, que han vomitado contra el SAT y sus representantes ciertos sectores de nuestro país durante los últimos tiempos no puede ser sana. A poco que observas y medio escuchas a tales energúmenxs comprendes que se trata de algo atávico. Irracional.
Pero para eso están las hemerotecas y el interné. Raúl Limón escribía hace unos meses en El País que «La memoria política es frágil y el poder genera amnesia». Lean su artículo, que para empezar a entender de qué estamos hablando cuando nos referimos a las Turquillas ya va bien. Añadir que la fecha del año 2001 que se cita en dicho texto se queda muy, pero que muy lejos del origen de las reivindicaciones jornaleras sobre la yeguada castrense. Noten además la evidencia de la imagen que acompaña al texto. De cómo los jornaleros del SAT se afanan en "dañar" a la mal llamada finca. Tan tranquilita y baldía ella. Si lo que quieren es ver cómo sesteamos en nuestra tierra al inclemente lorenzo de agosto, pues nada, consulten otras fuentes, que las hay a porrillo aunque sólo sean una. Bien pagás.
Aprovecho esta entrada para mandar saludos la gente del Partido Popular de Osuna, que nos conocemos de toda la vida. Señor Aráuz (Miguel Ángel): ¿recuerda su comparecencia en el Senado, de cómo el gobierno de Zapatero mantenía la vergüenza de las Turquillas? Por si acaso, aquí va. En la página 5.
Alonso Aguilar
Editor de Boletín Agrario