Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Las mujeres en el sector agrario: "Una asignatura pendiente"

Comunicado de ISMUR y UCCL con motivo de la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

ISMUR

La Iniciativa Social de Mujeres Rurales, vinculada a la UCCL, quiere destacar con motivo de la celebración del 8 de marzo la situación de las mujeres agricultoras y ganaderas, que califican como "asignatura pendiente". Alertan sobre el excesivo abandono de la titularidad de las mujeres, cercano al 44% en una década, especialmente grave en el caso de las jóvenes menores de 25 años, que llega al 81%

A pesar de la profesionalización del trabajo de las mujeres en las explotaciones agrarias y ganaderas de los últimos años, es preocupante que en diez años  haya una pérdida de cerca del 44% de mujeres titulares, según se desprende del censo del 2009. Pero  más   escandalosa es la pérdida del 81% en la fracción de mujeres titulares de menos de 25 años,  y que solo se haya reducido el 37% en las mujeres mayores de 65 años.

Mujer tractorista

Mujer tractorista

La resistencia de mujeres y hombres en seguir siendo activos en el sector agrario, a pesar de haber superado los 65 años, solo se puede entender por la necesidad de seguir trabajando ante  unas pensiones inferiores a las del Régimen General, puesto  que  la pensión de complemento a mínimos es  solo de  587,00 € por paga (Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2012),  y por la falta de un relevo generacional digno y viable.

El sector agrario tiene grandes retos por delante como son la Política Agraria Común,  la competencia de los mercados,  el clima, el acceso a la formación continua  ante una apatía política que continuamente desoye las necesidades sectoriales y el mundo rural.

El sector agrario tiene grandes retos ante la apatía política que desoye las necesidades sectoriales

Ante todo este contexto de dificultades la falta de mujeres jóvenes en el sector se traduce también en su escasa participación en las estructuras sociales agrarias, ya sean sindicatos, cooperativas o bien asociaciones. Las razones socioculturales parece que no han cambiado a lo largo de los años.

Existe un umbral de corresponsabilidad en la vida cotidiana que no se ha superado; mientras que la disponibilidad de los hombres para los asuntos sociales, sindicales y políticos es incuestionable, las mujeres conservan un rol  que va ligado a la gestión y la coordinación de todas las necesidades familiares: cuidar los hijos, atención a los mayores, redes de solidaridad, etc.

Con todos estos inputs  adicionales ser agricultora o ganadera se convierte en una tarea  más dura y compleja, y no por el carácter específico del trabajo en el campo, dado que la tecnología ha ayudado a superar muchos  de sus  inconvenientes, sino al hecho adicional de hacer frente siempre, a solas,  a todas las responsabilidades domésticas. 

Por lo tanto, después del trabajo en la explotación y tener la familia bien organizada queda poco  margen de tiempo para hacer sindicalismo, cooperativismo, política o cualquier actividad social. Esto provoca que muchas  mujeres, durante algunos años de su vida,  sean  invisibles en las actividades sociales y públicas relacionadas con el sector agrario, y ésta también es una asignatura pendiente para todas.