Aumentan el consumo y la producción de productos pecuarios en América Latina y Caribe
Esta fue la segunda región del mundo que más creció en su producción ganadera entre 1961 y 2007
Según los datos del último Informe de la FAO sobre "El Estado de la Agricultura y la Alimentación", la región de América Latina y el Caribe fue, tras Asia, la segunda zona que ha experimentado un mayor crecimiento en sus actividades ganaderas durante los últimos 50 años, exactamente en el período comprendido entre 1961 y 2007.
Los mayores ingresos y el crecimiento de la población mundial están impulsando la demanda por carne y otros productos pecuarios hasta niveles record en los países en desarrollo, mientras que la globalización de la cadenas de suministro de piensos, el material genético y otras tecnologías están transformando el sector de forma profunda, señala el SOFA 2009.
"Hay que poder responder a la demanda creciente de proteínas de origen animal, cuidar el medio ambiente y al mismo tiempo luchar contra las enfermedades que afectan al ganado, ya que tienen un enorme impacto en la salud humana. Para ello es muy importante que se realicen inversiones urgentes, que exista un esfuerzo mayor por avanzar en investigación agropecuaria y que se fortalezca la governanza del sector," señaló el Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, José Graziano da Silva.
La publicación difundida por la FAO analiza el estado de la seguridad alimentaria mundial y las últimas tendencias de la agricultura y da una mirada en profundidad al sector ganadero y sus desafíos.
Actualmente, a nivel mundial la ganadería responde por el 40 % del valor total de la producción agropecuaria, y es una fuente de trabajo y seguridad alimentaria para casi mil millones de personas.
Según el SOFA, se prevé que, en 2018, la producción agrícola total de la Región sea un 75 % mayor a las cifras del año 2000. Brasil, cuya producción se calcula ha aumentado un 50 % desde 2000, podría registrar un incremento adicional del 50 % en los próximos diez años.
La ganadería en América Latina y el Caribe
En cuanto a su producción pecuaria, América Latina y el Caribe fue la segunda Región que más creció entre 1980 y 2007 (después de Asia), especialmente en el caso de la carne (que pasó de 15,7 a 40,3 millones de toneladas) y de la leche (que pasó de 35,0 a 68,7 millones de toneladas). Se destaca el dato de Brasil en el caso de la carne, cuya producción casi se multiplicó por cuatro y actualmente representa el 7 % del total mundial.
El crecimiento logrado deja en evidencia que el sector ganadero es uno de los ramos más dinámicos de la economía agrícola, y que realiza contribuciones notables a la seguridad alimentaria y a la reducción de la pobreza en la Región.
"Sin embargo se deben tomar acciones decididas para que el crecimiento del sector se lleve a cabo de modo ambientalmente sostenible y que contribuya, al mismo tiempo, a la mitigación del cambio climático, de la pobreza y a la mejora de la salud humana," señaló Graziano da Silva.
Deforestación y cambio climático
Considerando toda su cadena alimentaria, la ganadería en su conjunto (bovina, ovina, caprina, porcina, avícola) a nivel mundial responde por el 18 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es urgente mejorar la eficiencia del uso de los recursos de la producción pecuaria, así como reducir las externalidades ambientales negativas generadas por el sector.
La deforestación provocada por el aumento de sistemas extensivos de pastoreo en ciertas zonas es una característica común en países de América Central y del Sur, sin embargo, hay estrategias tecnológicas y de manejo para hacer una intensificación sostenible de la producción pecuaria y evitar la deforestación y ampliación de la frontera ganadera. Es decir, el sector puede desempeñar un papel clave en la mitigación del cambio climático.
En la Región, un proyecto que introdujo sistemas silvopastoriles (mejora de las prácticas de alimentación animal con árboles y arbustos) para incrementar la biodiversidad y mejorar la producción también aumentó el almacenamiento de carbono y redujo las emisiones de metano y óxido nitroso un 21 % y un 36 %, respectivamente. También se constató el incremento de los ingresos de los ganaderos en 55,5 % en Costa Rica y del 66,9 % en Nicaragua gracias a los cambios del uso de la tierra a sistemas silvopastoriles.
Según el SOFA, el pastoreo del ganado ocupa el 26 % de la superficie terrestre que no está cubierta por hielo, y la producción de forrajes para el ganado emplea el 33 % de las tierras de cultivo agrícola. Por otra parte, la degradación de pasturas afecta, con niveles diferentes de intensidad, al 75 % de las tierras ganaderas de América Latina, lo que disminuye su productividad y aumenta el impacto ambiental de la ganadería.
La Oficina Regional de la FAO está implementando acciones para apoyar a los países en la recuperación de dichas pasturas, lo que permitirá "según señala Tito Díaz, Oficial Principal de Producción y Sanidad Animal de la FAO- un aumento de productividad, mayores ingresos para los productores y disminución de la deforestación asociada al crecimiento de la ganadería en la región.
Seguridad alimentaria y pequeños productores
Aunque la mayor parte del crecimiento del sector se ha dado a través de la producción ganadera comercial, millones de personas de las zonas rurales siguen manteniendo sistemas de producción animal tradicionales, y basan en éstas especies los medios de vida y la seguridad alimentaria del hogar.
"La riqueza que genera la ganadería debe llegar a los pequeños productores" señaló al respecto el Representante Regional. Para ello, la Oficina Regional está estructurando dos proyectos para apoyar la producción pecuaria familiar en comunidades locales de Centroamérica, comunidades locales altiplánicas y en la Región del Chaco.
Los proyectos buscan mejorar la disponibilidad y el consumo de proteína animal en comunidades rurales vulnerables, contribuyendo a reducir los niveles de desnutrición y aumentar los ingresos de las familias beneficiadas.
Luchando por la sanidad e inocuidad
El incremento de los flujos comerciales y la creciente concentración de animales ha contribuido a incrementar la posible propagación de enfermedades animales y su riesgo para la salud humana, por lo cual, la FAO ha venido apoyando el fortalecimiento de los servicios veterinarios nacionales para el control y la erradicación de enfermedades animales trasfronterizas como la fiebre aftosa y la peste porcina clásica, y la prevención de la influenza aviar de alta patogenicidad.
Actualmente, la fiebre aftosa es la enfermedad de los animales que más puede afectar la economía de la Región por sus impactos sobre el comercio de los productos pecuarios y los ingresos de los pequeños productores. Para combatirla, la Oficina Regional de la FA ha implementado una estrategia integral de cooperación técnica que busca fortalecer el Plan Hemisférico de Erradicación de Fiebre Aftosa (PHEFA), sus mecanismos de coordinación y los programas de control progresivo y erradicación de la fiebre aftosa en los países de la Comunidad Andina y Venezuela, en los cuales la producción ganadera proviene principalmente de pequeños productores.
Los proyectos de cooperación técnica, preparados conjuntamente con los servicios veterinarios de los países, cuentan con financiamiento del Gobierno Español, por medio del Fondo Fiduciario España-FAO para América Latina y el Caribe, y de la cooperación Italiana.
Ver la publicación del Informe SOFA en fao.org
ir a http://www.fao.org/publications/sofa/es/
Sitio de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe
ir a http://www.rlc.fao.org/default.htm