Los cerealistas españoles se quedan solos ante las importaciones
Desde ASAJA Castilla La Mancha protestan por la persimidad del Gobierno ante las importaciones
Mientras que el Gobierno permite la entrada masiva de cereal de Terceros Países, los almacenes nacionales rebosan de producción abocando a la ruina total a los agricultores.
La cosecha 2009-2010 ha tenido una producción favorable, pero los precios que ofrecían los compradores al inicio de la campaña eran excesivamente bajos, lo que impulsó a los agricultores a almacenar hasta que los precios cubriesen, al menos, los costes de producción. Pero, lejos de las expectativas de los cerealistas, los compradores acudieron a los puertos para abastecerse, como mínimo hasta el verano, de producciones de Terceros Países y, consecuentemente, paralizando el mercado de cereales nacional. La situación es tan crítica que puede conllevar, además, a que esta cosecha se acumule con la próxima, aumentando desmedidamente los excedentes de cereal y disminuyendo, aun más, los precios.
A esta tendencia del mercado, hay que añadir la crisis generalizada del campo, la falta de liquidez del sector, la eliminación de la garantía de un mínimo "precio de intervención" para la próxima campaña y el descenso generalizado de consumo. Y, por si esto fuera poco, las abundantes lluvias obligan a los agricultores a aumentar el uso de fitosanitarios para eliminar y prevenir enfermedades del cultivo, aumentando así los costes de producción. En conclusión, demasiados obstáculos para que el sector pueda sobrevivir.
Así pues, ASAJA de Castilla-La Mancha exige al Gobierno medidas que primen la producción nacional, tales como aranceles medioambientales disuasorios o requerir a las importaciones de Terceros Países las mismas exigencias que a las producciones nacionales, no sólo en la calidad del destino, sino también en los métodos de producción en origen.
La Organización Agraria considera que si las Administraciones no establecen urgentemente medidas, serán las responsables de la ruina de los agricultores y advierte de que nadie se extrañe si el campo vuelve a movilizarse con mucha más contundencia que en noviembre.