Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Quienes hoy han protagonizado el debate en el Congreso de los Diputados acerca de los recortes presupuestarios del MAGRAMA no son ni Marco Tulio Cicerón ni el "traidor" Catilina, que el título elegido para esta nota de opinión no induzca a errores, por favor. De hecho, por no estar, no estaba presente ni tan siquiera el citado expresidente Zapatero. Al menos no en esencia, porque su recuerdo (cual sombra alargada) sí que se resiste a abandonar las más altas cumbres del debate político español. El de hoy ha sido el enésimo episodio de un "culebrón" que dura ya más de cien días.

El diputado del grupo socialista Felipe Sicilia ha preguntado hoy al ministro Arias Cañete sobre el impacto del "recorte brutal" en los presupuestos anunciados para el MAGRAMA durante el ejercicio actual, cuestionando la validez del ambicioso plan de 66 medidas dado a conocer el pasado mes de febrero y que fue presentado como "un auténtico programa de trabajo". Una hoja de ruta del MAGRAMA "que ha quedado en papel mojado" tras los recortes anunciados, ha opinado Sicilia.

"A mi me causaría sonrojo hacer una intervención como la suya si mi partido hubiera dejado a España en la lamentable situación financiera, económica y social en que ustedes le han dejado. Ya me gustaría a mí haber recibido un Ministerio y unos presupuestos como los que yo dejé a mi sucesora en el año 2004", ha sido la respuesta de Arias Cañete y así recoge su propio servicio de prensa. Para conocer el resto de motivos esgrimidos por el ministro pueden leer la citada nota oficial: cuando acaben de consultarla no dejen de pensar que se trata de un comunicado del Gobierno de España, por si se despistan. Sobre su imposible encaje en los Discursos de Cicerón, más que broma es un insulto (y que me perdone el fantasma de Cicerón por haberlo traído a estos lares).

Tras cribar lo superfluo de la nota (por inadecuado, desmedido y, sobre todo, cansino) podemos quedarnos con las siguientes palabras del ministro, quien asegura que se optimizarán los recursos disponibles, "defendiendo de verdad a la agricultura y la pesca española en la Unión Europea, afrontando una nueva planificación hidrológica y cumpliendo los compromisos medioambientales". ¿A que es fácil, señor Cañete? Esas sí que son las palabras de un auténtico ministro. Recriminar al contrario hasta la saciedad, en un sistema democrático sano, debe ser recurso exclusivo de la Oposición, e incluso así el abusar de tanta morcilla acaba pasándoles factura, especialmente a la credibilidad de su discurso. Imagínese a usted, señor Cañete, quien hace ya ciento y pico de días que dejó de ser oposición para ostentar cartera. Una crítica que hago extensiva al conjunto del Gobierno, huelga decirlo.

Centrándome por fin en el hecho que quiero destacar, se extrae de la intervención de hoy en el Congreso de los Diputados el rifirrafe mantenido entre Cañete y Sicilia acerca del montante real recortado a las arcas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Tras referirse el del PSOE al "recorte brutal del 31%" anunciado, el ministro le ha recriminado tal "error", animándole a "hacer los deberes" antes de comparecer en el Congreso y "corrigiendo" tal cifra, que ha situado en un 5,1%.

Una revisión de las cifras realmente importante la que ha hecho hoy el ministro, que viene a contradecir no sólo al diputado socialista (que se llama Sicilia, señor Cañete, ¿en qué estaría usted pensando?), sino a todo el tejido organizativo del Agro y el Medio Ambiente español.

¿Acaso ni las organizaciones agrarias (otro ejemplo, y otro más), tampoco las conservacionistas, ni los grupos de Desarrollo? ¿Será que nadie ha hecho los deberes, señor Cañete? Volviendo a lo de antes quiero añadir que un ministro está, entre otras cosas, para explicar y aportar transparencia: Un ministro debería haber aclarado que el MAGRAMA sufre un recorte del 5,2% respecto al total de sus presupuestos del año 2011, pero que es cierto que la Aportación del Estado se reduce en un 31,2% en esa misma comparación.

Una aportación del Estado que es precisamente de lo que se está hablando, no del total del presupuesto ministerial. Una partida que se ha visto paulatinamente reducida año tras año, como hemos podido atestiguar, con independencia del partido en el Gobierno y de cómo queden los bailes de siglas ministeriales. Porque si en 2008 esta cantidad aportada por el Estado era de 4.809 millones de euros, para el año actual será de 1.931, lo que supone una reducción del 60% en apenas cuatro años, siendo este último recorte el peor de todos (efectivamente, un 31,2% respecto al año anterior).

Explíquense, señores políticos, y dejen por favor de no dar la talla. Su atalaya de marfil quizá esté demasiado elevada para oírlo, pero les aseguro que este deseo no es sólo mío, es un clamor.

Alonso Aguilar

Director de Boletín Agrario