2 de febrero: Día Mundial de los Humedales
El tema elegido para este año es "Humedales y turismo", en relación con la COP11 que se celebrará durante julio en Bucarest
El segundo día de febrero de cada año se celebra el Día Mundial de los Humedales, en conmemoración de la firma en 1971 del Convenio sobre los Humedales, llamado también "Convención de Ramsar" en homenaje a la ciudad iraní donde tuvo lugar. Reino Unido, México y España son los países del mundo con mayor número de humedales inscritos en la importantísima Lista de Ramsar.
A lo largo del pasado año 2011 celebramos el 40º aniversario de la creación del Convenio de Ramsar para la conservación de los humedales, un convenio internacional adoptado el 2 de febrero de 1971 y que fue refrendado al día siguiente por las 18 delegaciones nacionales que se encontraron a orillas del Caspio, en la ciudad iraní de Ramsar.
Con aquella firma comenzaba una nueva etapa en la consideración de los humedales como espacios únicos y preciosos, piezas fundamentales e imprescindibles para garantizar la conservación de los ecosistemas naturales y el mantenimiento de la biodiversidad.
41 años de Convenio de Ramsar
Para encontrar los orígenes de este importante Convenio tendríamos que remontarnos al año 1960, cuando se puso en marcha un proyecto denominado MAR, originalmente centrado en la consevación y protección de las aves acuáticas. Un hito fundamental en la historia que condujo a Ramsar se produjo en 1962, con la celebración en la Camarga francesa de la Conferencia MAR, donde diversas organizaciones internacionales sentaron las bases del denominado proyecto y que daría como fruto en 1965 la elaboración por parte de la UICN de la primera Lista de Humedales Europeos de Importancia Internacional. Además de la Organización Mundial de Conservación de la Naturaleza parrticiparon en aquella conferencia las actualmente denominadas Wetlands International y BirdLife.
Tras casi una década se llegó por fin a Ramsar, hito histórico que supuso la auténtica consolidación de esta iniciativa y donde se estableció su actual definición cmo un tratado intergubernamental en el que se consagran los compromisos contraídos por sus países miembros para mantener las características ecológicas de sus Humedales de Importancia Internacional y planificar el "uso racional", o uso sostenible, de todos los humedales situados en sus territorios. El tratado entró por fin en vigor en 1975, aunque un año antes Australia se había convertido en el primer Estado que deposító un instrumento de adhesión a la Convención, a la que siguieron Finlandia, Noruega, Suecia, Sudáfrica, Irán y Grecia. En el caso de España, ésta no suscribió el Convenio de Ramsar hasta el año 1982.
De sus orígenes queda el nombre oficial del tratado: "Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas". Con los años la Convención ha ampliado su alcance de aplicación, hasta abarcar la conservación y el uso racional de los humedales en todos sus aspectos, "reconociendo que los humedales en tanto que ecosistemas son extremadamente importantes para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas". Un Convenio suscrito a día de hoy por 160 países y que incluye en su Lista de Humedales de Importancia Internacional un total de 1994 humedales, que ocupan en conjunto una superficie total de 191.860.656 hectáreas.
Si comparamos estas cifras con las del año anterior, podremos comprobar que desde el pasado mes de enero de 2011 se han incluido en la Lista de Ramsar hasta 84 nuevos humedales, que ocupan una superficie de casi cinco millones de hectáreas. Entre ellos encontramos cinco nuevos humedales en España que, con un total de 73 espacios naturales considerados en la Lista, sigue siendo e tercer país con mayor número de humedales reconocidos, tras México con 134 y Reino Unido, que cuenta con 148 humedales inscritos en la Lista de Ramsar y cinco nuevas propuestas (a 29 de noviembre de 2011).
El tema de este año: Humedales y turismo
Para su 41º cumpleaños, el Comité de Convenio ha elegido como tema del Día Mundial "Humedales y turismo", en clara sintonía con el tema central que ocupará la próxima reunión de la Conferencia de las Partes (COP11): "Humedales, turismo y recreación", que se celebrará en julio de 2012 en Bucarest, Rumania. Según destacan, al menos el 35% de los humedales considerados como "Sitios Ramsar" experimentan un cierto grado de actividad turística, un porcentaje que se mantiene uniforme en todas las regiones del mundo.
Es por tanto un tema de enorme importancia, no sólo por su potencial para contribuir al desarrollo socioecoómico de los territorios, sino también por el evidente riesgo derivado de la acción antrópica en estos santuarios de la Naturaleza. A este respecto desde Ramsar apuntan: "Merece la pena señalar que el turismo es tan solo uno de los múltiples servicios que prestan los humedales. Garantizar que las prácticas turísticas estén bien gestionadas en los humedales y a su alrededor y educar a los turistas sobre el valor de los humedales son dos elementos que contribuyen a que los humedales del mundo estén saludables y aporten beneficios a largo plazo a las personas, la vida silvestre, las economías y la biodiversidad".
Un enfoque que se relaciona directamente con el concepto de "uso racional", que aparece recogido en la misma definición de Convenio. Ramsar entiende el uso racional de los humedales como "el mantenimiento de sus características ecológicas, logrado mediante la implementación de enfoques por ecosistemas, dentro del contexto del desarrollo sostenible".
Mucho que reivindicar
Este Día Mundial de los Humedales sí que debe ser motivo de celebración, es necesario que su gran importancia llegue hasta la opinión pública, pero que también lo hagan los enormes peligros que amenazan a estos ecosistemas fundamentales.
Porque aparte de enhorabuenas y compromisos formales, más allá de ellos, se encuentra siempre la cruda realidad, porque en las últimas décadas ha desaparecido aproximadamente el 60% de los humedales de España, y de los que quedan, aproximadamente la mitad se encuentran gravemente alterados. Valgan como ejemplo los dos humedales más importantes del país y entre los primeros que fueron incluidos en la Lista de Ramsar en el año 1982: las Tablas de Daimiel y Doñana.
En el primero de los casos podríamos hablar de la difícil situación que atraviesa el ecosistema único de Cuidad Real, provocada fundamentalmente por la sobrexplotación de sus acuíferos, algo que se incrementa a medida que hay mayor sequía, al igual que la ya por sí increíble profundidad de los pozos. Se produce así un círculo vicioso que trasciende el ámbito puramente medioambiental porque, ¿acaso son las Tablas de Daimiel o el tiempo nos dirá que realmente había que hablar de "Daimiel donde las Tablas"?
Respecto al humedal andaluz, considerado como uno de los más importantes del mundo, son diversos los frentes de amenaza. Tanto es así que durante el pasado año recibió la visita de un equipo científico de representantes de la UNESCO, la UICN y el propio Convenio de Ramsar, quienes fueron hasta las marismas del Guadalquivir para comprobar si las condiciones bajo las que se otorgaron a este espacio los títulos de Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad se seguían manteniendo, y tras recibir diversas denuncias por parte de organizaciones conservacionistas.
Sin poder dejar de recordar lo ocurrido en Aznalcóllar durante 1998, cuando la multinacional Bolidén provocó el peor desastre ecológico de la historia de España, por encima incluso de la catástrofe del petrolero Prestige y cuyos efectos negativos tardarán décadas en desaparecer, como demostraba un estudio del CSIC . Un terrible atentado mediambiental cuya posible reedición sigue constituyendo a día de hoy, casi 14 años después, una amenaza real, incluso mucho más brutal para los ecosistemas, poblaciones humanas incluídas, de todo el mundo. Valga como ejemplo lo ocurrido el pasado 4 de octubre de 2010 en la balsa de Kolontar, en la cuenca del río Danubio, cuando una ola de lodo tóxico arrasó Hungría.
Y si esto ocurre en ecosistemas de amplio reconocimiento mundial, qué no se podría decir en los casos de pequeños humedales, especialmente aquellos que no gozan de ningún grado de protección. Valga este Día Mundial para que tan importantísma cuestión llegue al conjunto de la sociedad.