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Cómo escoger las sandías y melones "en su punto"

Hortyfruta ayuda a los consumidores a través de una serie de consejos para elegir los mejores melones y sandías

Hortyfruta

El olor y el peso nos dan las claves para elegir un melón maduro. Unos pequeños "golpecitos" y un sonido a "hueco" indican que la sandía está lista para consumir. Esto es lo que nos aconsejan desde la Organización Interprofesional de frutas y hortalizas de Andalucía, Hortifruta, quienes han publicado una serie de "trucos para elegir bien" destinados a informar a los consumidores.

A partir de esta semana ya podemos encontrar en las fruterías y supermercados de toda España los primeros melones y sandías del mercado. Sin embargo, no es "oro todo lo que reluce" y, en algunas ocasiones, lo que por fuera tiene un aspecto insuperable, por dentro carece de sabor. Para que al consumidor no le den gato por liebre, la Organización Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía, HORTYFRUTA, ha elaborado una serie de recomendaciones para que los consumidores aprendan a seleccionar correctamente los melones y sandías y para que sepan distinguir las cualidades que presentan cada una de las variedades de estos productos.

Trucos para elegir bien

Hay una característica infalible que nos ayudará a darnos cuenta si el melón está maduro o no: su olor. Cuando está maduro, el melón presenta un olor dulce y delicado que resulta muy característico, si no tienen fragancia hay que dejarlos madurar a temperatura ambiente y envuelto en papel de diario durante 1 ó 2 días.

También, si el frutero lo permite, es recomendable coger el melón entre las manos y sacudirlo ligeramente, si se oye un chapoteo significa que está demasiado maduro y que ha comenzado a deteriorarse.

Otro truco para saber si se encuentra en buen estado es el peso. Hay que tener en cuenta su peso: cuanto más pese, en relación a su tamaño, más zumo y pulpa tendrá, aunque si pesa demasiado significará que está demasiado maduro. Por el contrario si es grande y pesa poco significará que está pasado.

El truco para elegir una sandía madura es que al darle golpes con los dedos o las palmas de las manos ésta suene a "hueco". Si se adquiere una sandía en trozos, conviene asegurarse de que la carne es firme y jugosa. Sabemos si una sandía está madura si la mancha de la cáscara que ha estado en contacto con el suelo es de color amarillo cremoso. Una mancha blanca o verdosa indica que se recogió antes de tiempo y resultará insípida.

En la variedad está el gusto

Andalucía es una de las principales zonas de producción de los cultivos de primavera: melón y sandía y es donde se cultivan las principales variedades que después llegan al mercado local y europeo. Existen más de cien variedades diferentes de melón, aunque los más consumidos son los siguientes:

Algunas de las variedades de melones más consumidas

Algunas de las variedades de melones más consumidas

  • Galia: fruto de forma redondeada y tamaño pequeño, su pulpa es verdosa cerca de la corteza y blanca en el interior. Su sabor es dulce y aromático y su textura blanda y acuosa.
  • Honey dew: es el melón amarillo de toda la vida. Su forma es alargada y su corteza es lisa y delgada de color amarillo. Su pulpa es melosa, dulce y muy jugosa.
  • Piel de sapo: fruto de forma ovalada, corteza verde ligeramente surcada con manchas oscuras que recuerda a la piel de un sapo, de ahí su nombre, con una pulpa que se caracteriza por ser crujiente y muy dulce. Es la variedad más consumida en España.
  • Cantaloup: presenta una globosa y es muy apreciado por su aroma y sabor característicos., su producción se destina casi únicamente al extranjero ya que existe una mayor demandaque en España Su corteza verde amarillenta presenta una especie de red muy marcada. Su pulpa es de color anaranjado, su textura es compacta y su sabor dulce.

Sea cual sea su forma y su color, el melón revitaliza y rejuvenece, embellece la piel y el cabello, fortalece los huesos y los dientes, protege las mucosas de todo el organismo, activa las hormonas sexuales y aumenta la libido y mejora el aprovechamiento proteínico. En cuanto a los minerales, contiene una pequeña cantidad de sodio, así como una cantidad algo mayor de potasio y magnesio. Los melones son ricos en vitamina C, y su consumo suministra al organismo elevadas cantidades de diversas vitaminas del grupo B. También destaca la presencia de los llamados oligoelementos como el litio o de zinc, que regulan importantes funciones metabólicas y participan en los procesos de cicatrización de las heridas.

Trozo de sandía

En el caso de las sandías, todas las variedades presentan una característica común: el dulzor de su carne. Entre las variedades más consumidas en España destacan la sandía negra (con y sin pepitas), la sandía rayada (con y sin pepitas) y la sandía mini. Las sandías sin pepitas responden a una demanda creciente en el mercado por obtener frutas más fáciles de comer, lo mismo ocurre con las de tamaño reducido (minis), muy demandadas en los hogares en los que hay pocos miembros. Otra de las ventajas de que no tengan pepitas es que tienen una duración mayor, dado que las sandías con pepitas suelen comenzar a pudrirse antes, precisamente empezando con la carne que está en contacto con las pepitas.

La cualidad más importante de la sandía es el importante suministro de líquidos que proporciona al organismo. Con su bajo contenido calórico, es el refresco ideal tras el esfuerzo físico o para combatir los días de calor. Su contenido en vitaminas es moderado, y en cuanto a minerales destaca el contenido en potasio. Además, como otros frutos rojos, la sandía también contiene licopeno, que ayuda a prevenir el cáncer y envejecimiento de las células y betacaroteno, un pigmento natural que el cuerpo usa para formar la vitamina A. También se ha descubierto que la sandía contiene citrulina, una sustancia que tiene la capacidad de producir un relajamiento de los vasos capilares, con lo que se aumenta la libido y el apetito sexual.

Por su alto contenido en agua y por su frescura, los melones y sandías se consideran unas frutas idóneas para la época estival. Además, por su dulzor y textura resultan unos alimentos muy atractivos para los niños y fácilmente combinables con otros ingredientes para preparar platos fríos y calientes.