El Parlamento Europeo vuelve a debatir sobre los alimentos procedentes de animales clonados
La Eurocámara pide a la Comisión que presente con carácter de urgencia una propuesta legislativa sobre el etiquetado de alimentos procedentes de la clonación animal
El vicepresidente del Parlamento Europeo, Ganni Pittella, denunció ayer ante el seno de la Eurocámara el hecho de que se siga permitiendo la venta de comida procedente de animales clonados sin que se exigan los correspondientes requisitos de etiquetado necesarios para informar a los ciudadanos acerca de su naturaleza. Este es el resultado de la falta de acuerdo entre el Parlamento y la Comisión
El pasado 30 de marzo, el Parlamento Europeo rechazó la posibilidad de permitir la comercialización de productos alimentarios procedentes de animales clonados. Con esto se cerraba la última posibilidad de alcanzar un acuerdo entre las instituciones comunitarias en materia de lo que se ha venido a denominar como "nuevos alimentos", un término con el que se hace referencia a aquellos que provienen de procesos tecnológicos novedosos, o bien que no se han consumido anteriormente de forma regular en la UE.
La posición del Parlamento Europeo era tajante en dos cuestiones concretas: no iba a permitir la comercialización de alimentos procedentes de animales clonados, o de la clonación en general, bajo ninguna circunstancia, ni tampoco aprobaba el empleo de nanotecnología en medicina animal, mucho menos en la industria alimentaria. Por su parte, tanto Comisión como Consejo son mucho más flexibles en el tema de la alimentación procedente de animales clonados: aunque se muestran a favor de prohibir la clonación para la producción de alimentos, no ven motivos para que se prohíba el consumo de los animales procedentes de otros que fueron clonados, algo a lo que se opone el pleno de la Eurocámara.
Como informaban en su día desde el Parlamento Europeo, en la noche del martes 29 de marzo el Consejo rechazó en el comité de conciliación su última oferta de acuerdo, que sugirió que se etiqueten todos los productos alimenticios procedentes de descendencia de animales clonados. El Consejo sólo apoyó el etiquetado de uno de ello, la carne fresca de ternera.
Durante la sesión plenaria de ayer, el vicepresidente del Parlamento Europeo, el socialista italiano Giani Pittella, recordó que el fracaso de las conversaciones que se cerraron con el mes de marzo "aplazó la oportunidad de que los consumidores tengan información clara sobre lo que comen". Un resultado del desacuerdo entre las instituciones en materia de nuevos alimentos es que se siguen comercializando alimentos procedentes de la clonación sin que exista ninguna reglamentación específica sobre el etiquetado. En otras palabras, los ciudadanos siguen sin saber qué están comprando. Llegados a este punto es importante recordar los resultados del Eurobarómetro que señalaba que el 63% de los ciudadanos europeos dijeron que era "poco probable" que compraran un alimento derivado de animales clonados, y seis de cada diez encuestados consideraron la clonación como algo "moralmente rechazable".
Pitella "deploró" esta situación, que merma el derecho a la información de los ciudadanos sobre los alimentos que consumen. Por este motivo pidió a la Comisión Europea que presente con carácter de urgencia una propuesta legislativa sobre el etiquietado de alimentos procedentes de la clonación animal .
La ponente de la Eurocámara sobre la materia, la holandesa de la Izquierda Unitaria Europea Kartika Liotard, señaló ayer que el propia dictamen jurídico del Consejo "no era coherente con las declaraciones de la Presidencia húngara y la Comisión Europea de que la posición del Parlamento puedan constituir infracción de normas de la OCM y desatar una guerra comercial". La holandesa leyó un documento interno de la asesoría jurídica del Consejo donde se señala que "las prohibiciones de alimentos procedentes de animales de cría clonados y de alimentos procedentes de crías de clones podría justificarse sobre la base de las consideraciones de la ética de los consumidores". También se preguntó si el dictamen jurídico se ha distribuido adecuadamente entre los Estados miembros del Consejo.