La "Declaración de Almería" de las regiones hortofrutícolas europeas
Documento en apoyo de la actual OCM de Frutas y Hortalizas, que profundiza en los aspectos firmados en Cessena y responde a la propuesta de reforma de la PAC
Texto íntegro del documento presentado el pasado 6 de abril durante la celebración en Almería del II Foro Europeo de las Regiones Hortofrutícolas. Refrendado por las principales regiones productoras de la UE, es una declaración de apoyo a la consolidación de la actual OCM de Frutas y Hortalizas frente a la reforma de la PAC, al tiempo que profundiza en las medidas planteadas en Cessena.
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5) Mayor transparencia en las relaciones comerciales
La crisis económica ha provocado una prolongación aún mayor de los plazos de pago, así como el aumento del incumplimiento de los mismos. Por otra parte, el sector precisa más certeza en los precios de venta. En las relaciones comerciales con las grandes plataformas de distribución, la negociación del precio resulta poco transparente y en muchos casos el productor no conoce el precio a percibir por su producción hasta final de campaña. Por lo tanto, es necesario disponer de reglas para la gestión de las operaciones comerciales (operaciones a precio neto, cumplimiento de los plazos de pago, etc.) y de los márgenes, mediante códigos de buenas prácticas comerciales y contratos estándar. Esta falta de transparencia en las relaciones con la industria de transformación o la gran distribución se ve incrementada en ocasiones por la imposición de protocolos de calidad a veces un tanto arbitrarios.
La experiencia francesa al respecto puede ser un ejemplo válido para todos los países europeos, sobre todo porque ha sabido desarrollar acuerdos interprofesionales para evitar caídas de precio importantes en los momentos de difícil comercialización.
6) Coordinar los esfuerzos para promocionar la imagen del sector: una red compartida
Los recursos destinados en la actualidad a la promoción del consumo y a la mejora de la imagen de las producciones europeas no son suficientes y carecen de coordinación. La innegable importancia del programa europeo "Fruta en las escuelas" corre el riesgo de verse relegado a los países productores y no desarrollarse en los países importadores. Resulta necesario, por un lado ampliar la franja de consumidores a la totalidad de la población, y por otro fortalecer la imagen saludable de las producciones hortofrutícolas, a través de la constitución de una red de información y promoción común a nivel europeo que permita la realización de campañas de promoción y otras actuaciones, financiadas por la Unión Europea, y que pongan en valor nuestras producciones en el propio mercado comunitario, ya que éste es el principal destino para el sector hortofrutícola de la UE.
En este sentido, la creación de una Agencia Europea de Promoción para el sector de las frutas y hortalizas vendría a mejorar las políticas actuales y a consolidar proyectos de futuro de cara a desarrollar medidas para el incremento del consumo.
7) Conocer y prevenir las crisis: un observatorio de mercado europeo
Las dificultades comerciales con las que se han topado algunas producciones en los últimos años se deben prevenir y, en su caso, solventar con mayor precisión. La presión de las importaciones, la concentración de la demanda y la fragmentación de la producción europea son elementos que complican el análisis y las posibles acciones.
Por todo ello, señalamos la necesidad de poner en marcha un observatorio de mercado a nivel europeo y apoyamos la iniciativa emprendida por AREFLH, con el fin de poder controlar la evolución de las producciones y de los mercados, así como de orientar las elecciones políticas necesarias en los momentos de dificultad. El observatorio sería además una excelente fuente de información para desarrollar nuevas herramientas de intervención, como los seguros de producción y renta, la adopción de acuerdos colectivos a través de las organizaciones de productores y sus asociaciones de cara a la prevención de situaciones inestables de mercado, y la extensión de normas a todos los agentes en el sector.
8) Establecer elementos de defensa para las producciones europeas más sensibles
Después de China, la Unión Europea es el mayor mercado de consumo del mundo. En los últimos años el flujo de importaciones ha superado el de exportaciones, en el marco de los actuales acuerdos de comercio internacional. La apertura de las zonas de libre comercio, especialmente la euro-mediterránea, genera preocupación en algunos países europeos, en particular en aquellos de la cuenca mediterránea, con producciones más vulnerables. La experiencia reciente ha mostrado que una apertura indiscriminada de las importaciones crea efectos de mercado devastadores. Por ello, es indispensable elaborar una lista de productos sensibles, que puedan permitir a los productores europeos mantener un precio de mercado suficiente, a través de mecanismos de defensa, puestos en marcha incluso durante períodos breves, mecanismos como precios de entrada y contingentes, cuyo adecuado cumplimiento habrían de acreditar las autoridades nacionales y comunitarias. Es necesario no obstante hacer el seguimiento de la situación de otros productos hortofrutícolas no considerados sensibles, pero que podrían llegar a serlo en el futuro.
Los agricultores europeos se ven sometidos a unas normas muy restrictivas requeridas por la sociedad europea, que, sin embargo, frecuentemente no se exigen a los productos procedentes de terceros países. Es preciso que en las negociaciones comerciales internacionales se plantee la reciprocidad, es decir que las normas europeas sean exigidas a los productos importados. Además deben articularse a nivel comunitario los mecanismos que garanticen el efectivo cumplimiento de los acuerdos. Por otra parte, deberían realizarse estudios de impacto previamente a la ratificación de Acuerdos y habilitarse las necesarias compensaciones para los sectores directamente perjudicados por los mismos.
De otro lado, es necesario desarrollar y homogenizar normativa para el fomento de las producciones compatibles con el medio ambiente (caso de la Producción Integrada).
9) Favorecer las exportaciones mediante una mayor reciprocidad en los requisitos de los intercambios comerciales.
Es indispensable favorecer en el ámbito de los intercambios comerciales entre la UE y países terceros, el reconocimiento de la reciprocidad administrativa con el objetivo de facilitar la circulación de las mercancías, con indudables ventajas tanto para los países consumidores como para los productores. El comercio a menudo se encuentra condicionado por requisitos aduaneros y fitosanitarios aplicados a modo de pretexto por numerosos países para impedir el acceso de las mercancías europeas. Por tanto es fundamental que la Comisión Europea afronte esta cuestión y aborde directamente los aspectos administrativos, comerciales y fitosanitarios.
10) Estimular el relevo generacional y la formación, indispensables para el relanzamiento del sector
Uno de los mayores problemas que afecta a la agricultura de la UE es la falta de relevo generacional. El envejecimiento de los productores resulta aún más grave en un sector, como el hortofrutícola, tan expuesto al libre mercado. En el nuevo contexto de la PAC debería reforzarse el apoyo a la incorporación de los jóvenes a la agricultura, haciendo más atractivo este sector. El que la actividad agraria sea atractiva a los jóvenes dependerá de la capacidad del sector de crear una renta suficiente y de la existencia un sistema formativo capaz de proporcionar las herramientas necesarias para iniciar y mantener la actividad.
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