Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Los bosques y el cambio climático en el Mediterráneo

Nace una nueva alianza frente a las amenazas a los bosques

FAO

La defensa de los bosques mediterráneos frente a sus principales amenazas, agravadas por el impacto del cambio climático, es el objetivo de una nueva alianza cuyo establecimiento fue anunciado en el curso de la Segunda semana forestal mediterránea, que tiene lugar en Aviñón (Francia), del 5 al 8 de abril.

"La Asociación de colaboración sobre bosques mediterráneos ayudará a aumentar la sensibilización sobre la gran cantidad de funciones vitales que los bosques mediterráneos ofrecen a los ciudadanos. Aquí se incluyen la protección del suelo y los recursos hídricos, los valores paisajísticos, la retención de carbono y la conservación de la biodiversidad. Es urgente que unamos nuestros esfuerzos para restablecer y preservar sus funciones para las generaciones futuras", aseguró Eduardo Rojas-Briales, Director General Adjunto de la FAO, al frente del Departamento de Bosques.

parque natural de los alcornocales

La asociación reúne doce instituciones y organizaciones, entre ellas la FAO, y se centrará principalmente en seis países del Mediterráneo oriental y meridional: Marruecos, Argelia, Túnez, Siria, Líbano y Turquía. La nueva alianza es una herramienta dinámica que todas las partes implicadas en la región pueden utilizar para hacer frente a los crecientes desafíos a los que se enfrentan los bosques y para lograr un mayor reconocimiento del valor de los bosques mediterráneos y la necesidad urgente de protegerlos.

La cuenca mediterránea pierde cada año entre 700 000 y un millón de hectáreas de bosques a causa de los incendios, con unas pérdidas económicas que se calculan en mil millones de euros.

La región mediterránea se enfrenta a un aumento considerable de las sequías y olas de calor, con el resultado de un mayor riesgo de incendios forestales a gran escala, así como una mayor escasez de agua que afectará por igual a la población urbana y a la rural.

Las amenazas son numerosas

El total de la superficie forestal en la región del Mediterráneo es de 73 millones de hectáreas, equivalente al 8,5 por ciento de su área terrestre. Los bosques mediterráneos proporcionan una gran diversidad de productos, como madera y productos no madereros entre los que figuran el corcho, forrajes para el ganado, plantas aromáticas y caza. Todos ellos son importantes para el desarrollo socioeconómico y contribuyen a la seguridad alimentaria y la mitigación de la pobreza en las zonas rurales.

Pero los bosques mediterráneos se enfrentan también a una combinación de amenazas, tales como el cambio climático, la expansión de las tierras agrícolas, el turismo, la urbanización y otras prácticas de uso del suelo que contribuyen a la pérdida de superficie forestal.

Por ejemplo, en la región del mediterráneo septentrional, en donde las zonas forestales son en su mayoría de propiedad privada, la vegetación se ha extendido como resultado de la dinámica natural y como consecuencia de una ausencia de gestión práctica, ha aumentado el riesgo de incendios forestales.

En la región meridional, la creciente presión sobre los recursos forestales debido al sobrepastoreo, la tala de bosques para otros usos y la recolección excesiva de leña y carbón vegetal, figuran entre los factores que contribuyen a la deforestación y la degradación de los bosques.

Necesario actuar a todos los niveles

La alianza tiene como objetivo integrar políticas e inversiones a nivel de cada país para la adaptación de los bosques al cambio climático. Ello lleva a involucrar sectores como los siguientes: forestal, agrícola, desarrollo urbano, agua, medio ambiente, ordenación del territorio, educación, turismo, etc. Pretende también desarrollar un enfoque regional conjunto para la gestión forestal, y en particular para la prevención de incendios forestales, a través de compartir competencias técnicas, conocimientos y mejores prácticas.

A nivel local, la asociación ayudará a promover la gestión forestal sostenible entre todas las partes implicadas, incluyendo las comunidades locales, los propietarios y gestores forestales, pastores, defensores del medio ambiente, responsables de áreas protegidas e investigadores.