Denuncia de la situación de la Mujer Trabajadora Agrícola
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Mujer Trabajadora
Nota de prensa emitida por la Federación Agroalimentaria de Comisiones Obreras con motivo de la celebración del Día Mundial de la Mujer Trabajadora, que se conmemora mañana, día 8 de marzo. Un repaso a las principales problemáticas que afectan a las mujeres trabajadoras agrícolas por cuenta ajena, sin duda uno de los pilares más indefenso, e importante, del agro y el mundo rural.
Las Mujeres Trabajadoras Agrícolas por cuenta ajena, se encuentran en una situación de desventaja y exclusión respecto al conjunto de mujeres trabajadoras, por las siguientes razones:
Las condiciones de contratación y salarios son de las más precarias del conjunto de las mujeres por: la eventualidad que asciende al 78% en el sector; la escasa tasa de actividad femenina y los bajos salarios por ocupar las "categorías feminizadas". En la actualidad el coeficiente de cotización por jornadas reales y el sistema de cómputo mensual de dichas jornadas reales, genera grandes lagunas de cotización a las mujeres fijas discontinuas y eventuales. Hay grandes desigualdades en las carreras de cotización debido al carácter cíclico de esta actividad.
Son el 43% de las personas afiliadas al Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social, lo que las sitúan en desventaja al cubrir pocas contingencias y proporcionan menos derecho que los que disfrutan las mujeres del Régimen General General.
Todas las pensiones son las más bajas de la Seguridad Social y en concreto las de jubilación tan bajas que no llegan a los mínimos por lo que hay un sistema de complementos por parte del gobierno. Debido a que las cotizaciones están ligadas a una base tarifada, las trabajadoras generan derechos a pensiones y prestaciones muy inferiores a los que realmente tendrían si se calculase en relación a su salario real percibido. Las trabajadoras, si exceptuamos las de Andalucía y Extremadura, no tienen derecho a subsidios por desempleo pese a que cotizan por dicha contingencia en las mismas cuantías que el resto de trabajadoras.
Las condiciones de trabajo en cuanto a salud laboral y prevención de riegos laborales, son muy precarias y no están valoradas las potenciales enfermedades y riesgos laborales que hay en los puestos y categorías mayoritariamente ocupados por mujeres. Especialmente queremos denunciar los productos fitosanitarios utilizados en los invernaderos de producción hortofrutícola que afectan a los disruptores endocrinos, es decir, a las hormonas femeninas lo que provoca problemas reproductivos, malformaciones en el feto, y otras enfermedades mortales como cáncer.
"Especialmente queremos denunciar los productos fitosanitarios utilizados en los invernaderos de producción hortofrutícola que afectan a los disruptores endocrinos, es decir, a las hormonas femeninas lo que provoca problemas reproductivos, malformaciones en el feto, y otras enfermedades mortales como cáncer", CC.OO.
Las mujeres agrícolas tienen menos posibilidades de acceder a una formación profesional que les permita capacitarse para promocionar o buscar empleos con mejores condiciones, al quedarse fuera de las formaciones de las empresas por el tipo de contrato (media jornada y fijo-discontinuo), o por la incompatibilidad para conciliar la vida laboral y familiar.
En cuanto al clima laboral, las trabajadoras agrícolas se encuentran en un ambiente machista por lo que las relaciones laborales respetuosas y libres de discriminación por razón de sexo y con protección frente al acoso sexual, están aún lejos de ser una generalidad.
Muchas de estas trabajadoras agrícolas son inmigrantes, que encuentran más dificultades a la hora de integrarse en los puestos de trabajo, al desconocer en muchas ocasiones los derechos laborales y sindicales que existen en nuestro país, así que se convierten en el blanco de empresarios sin escrúpulos que contratan en condiciones por debajo de la legalidad.
Y por ser mujer en una sociedad patriarcal, realizan una doble jornada laboral al ser las responsables de las tareas domésticas y cuidado de los menores y personas dependientes. Y en este ambiente machista y poco igualitario la violencia de género es un problema de fondo que lastra el futuro y las oportunidades de muchas mujeres.
Desde la Federación Agroalimentaria de Comisiones Obreras, luchamos día a día por conseguir que las trabajadoras agrarias tengan los derechos que como trabajadoras se les debería otorgar.
Para ello, se hay tres líneas principales de lucha, reivindicaciones y mejoras:
- Con la negociación del Acuerdo para la Integración del Régimen Especial Agrario (REASS) en el Régimen General de la Seguridad Social que mejorará las condiciones de cotización, desempleo, formación, incapacidad… Y generará derecho a las prestaciones económicas por maternidad, lactancia, riesgo durante el embarazo, incapacidad permanente, muerte y supervivencia derivadas de contingencias comunes y jubilación, en iguales condiciones a las del Régimen General.
- Implementar las políticas de igualdad entre hombres y mujeres en todas las actuaciones que realicemos, incorporando una cláusula que obligue a poner en marcha medidas de igualdad en los convenios colectivos sectoriales y de empresas que se negocien; implementando planes de igualdad en las empresas hortofrutícolas; y generalizando la práctica del protocolo de acoso sexual y acoso por razón de sexo.
- Desarrollando proyectos específicos para apoyar el empoderamiento y la visibilización de las mujeres en la vida política, laboral y social. Empezando con nuestra Federación, al promocionar las candidaturas de mujeres a delegadas sindicales, que estén presentes como negociadoras de todas las mesas de los convenios colectivos, y en los puestos de responsabilidad de la propia estructura interna de CC.OO.