Asaja Sevilla califica 2010 como "el año de las oportunidades perdidas"
"Lejos de encontrar soluciones [...] en 2010 se han agravado todos los problemas del campo"
Decepcionante, es el término que, a juicio de ASAJA-Sevilla, acompaña cada oportunidad que en 2010 se ha dejado escapar tanto a nivel autonómico como a nivel nacional o europeo para salvar de la ruina a nuestra agricultura y ganadería. Reproducimos el crítico balance presentado hoy por Ricardo Serra, presidente provincial de Jóvenes Agricultora y el secretario general, Miguel Afán de Ribera
Proyectos legislativos inútiles, una presidencia española de la UE desaprovechada y, sobre todo, una propuesta de la PAC más allá de 2013 totalmente decepcionante han marcado el año que ahora finaliza, en el que se han agravado todos los problemas del campo y la ruinosa situación de prácticamente todas las producciones agrarias
Decepcionante, es el término que, a juicio de ASAJA-Sevilla, acompaña cada oportunidad que en 2010 se ha dejado escapar tanto a nivel autonómico como a nivel nacional o europeo para salvar de la ruina a nuestra agricultura y ganadería.
El presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, acompañado por el secretario general, Miguel Afán de Ribera, han presentado esta mañana en rueda de prensa el balance agrario del año 2010, un año de promesas incumplidas por parte de todas las Administraciones y de oportunidades perdidas, como algunos proyectos legislativos (Proyecto de la Ley del Olivar, Ley de Aguas o Ley de la Dehesa) que no han venido a resolver los problemas del sector, así como el año del fiasco de la presidencia española de la Unión Europea.
Los debates sobre el futuro de la PAC más allá de 2013 ante la presentación de la Comunicación presentada el pasado 18 de noviembre han centrado gran parte de la agenda política. Pero la propuesta, como ha señalado Serra, no ha sido sino otra oportunidad perdida para vislumbrar un futuro más esperanzador en el sector, una nueva decepción que pone en peligro la supervivencia de la agricultura andaluza.
Lejos de encontrar soluciones, el presidente de ASAJA ha destacado que en 2010 se han agravado todos los problemas del campo. La caída de la renta sostenida, el envejecimiento de la población activa agraria y la falta de competitividad de las explotaciones, la enrevesada normativa medioambiental o la falta de infraestructuras han llevado a la ruina a muchas explotaciones agrarias. Más de 20.000 han abandonado su actividad en los últimos tres años.
En 2010 prácticamente todas las producciones agrarias están vendiéndose a pérdidas, mientras que la renta agraria está congelada desde el año 93. Y sectores tan emblemáticos como el aceite de oliva y la aceituna de mesa sufren una crisis de precios sin precedentes. El gran problema del sector agrario en 2010 ha sido de nuevo las desigualdades en el reparto de margen en la cadena de valor.
A esto hay que sumar el incremento de los robos en el campo que se ha multiplicado durante los últimos meses, creando indefensión e inseguridad, e incrementando las pérdidas de las explotaciones.
Un mal año para casi todos los cultivos
Prácticamente todos los cultivos se han visto afectados por las incidencias climatológicas, así como por los bajos precios percibidos por sus producciones.
La campaña de remolacha se puede calificar como negativa debido a las inclemencias meteorológicas, que han reducido considerablemente la superficie sembrada y, en consecuencia, la producción final.
También las duras condiciones climatológicas han afectado a la campaña de cítricos, causando una merma en la cosecha respecto a la campaña anterior en torno al 30% a nivel andaluz y en torno al 42% en la provincia de Sevilla, y a la cosecha de patata, que ha visto reducida tanto su superficie como su producción al 50% de la media de los últimos años.
En cuanto a los cereales, el inicio del primer año de desacople pleno de las ayudas, así como la repercusión de los bajos precios recibidos en la campaña 2009, ha provocado un descenso de superficie sustancial en los trigos.
La cosecha de aceituna de mesa ha sido muy superior a la de 2009, si bien los precios continúan siendo muy bajos. También en el aceite la campaña de 2010 ha experimentado un importante incremento de producción, con las mayores disponibilidades de la historia, mientras que los precios continúan alcanzando unos niveles muy por debajo de los costes de producción.
Por su parte, el girasol ha visto disminuir significativamente su superficie, si bien los rendimientos de la cosecha han sido buenos, mientras que los precios experimentan una tendencia alcista.
Por último, el arroz ha vivido otro año de normalidad al no tener restricciones de riego, lo que ha permitido sembrar de nuevo el 100% de la superficie, que ha sido de gran calidad, mientras que en el algodón, con unos buenos rendimientos gracias a la menor incidencia de las plagas y a la obligatoriedad de sembrar una superficie mínima, los productores españoles no se han visto plenamente reflejados los históricos precios alcanzados en el mercado internacional, debido al oligopolio en el que opera el sector desmotador en Andalucía con la complicidad de la Consejería de Agricultura y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural.
"Es un milagro que siga habiendo ganaderos"
En cuanto a la ganadería, 2010 ha sido un año especialmente duro para el sector ganadero, sin duda, el que ha pasado por más dificultades este año, hasta el punto que el presidente de ASAJA-Sevilla ha afirmado que "es un milagro que siga habiendo ganaderos".
Este sector lleva un lastre de 3 años malísimos, a los que se suma el actual, con un brutal incremento del precio de los piensos. Aunque se observa un cierto repunte de los precios de las carnes con respecto a los desastrosos años precedentes, aún estamos lejos de la rentabilidad.
El sector sufre una crisis de precios generalizada, el ganado no vale lo que cuesta producirlo, y ello ha llevado a importantes pérdidas en el sector, causando en muchos casos el cese de la actividad. Ello es debido a múltiples factores, pero la causa fundamental es el elevado coste de producción del ganado, y sobre todo su alimentación, muy influenciada por las altas cotizaciones de los cereales. En los meses de verano, se alcanzaron precios desorbitados en las materias primas para la elaboración de piensos.
La escalada de precios se inicia con las sequías e incendios forestales que afectan a Rusia y a otros exportadores del Mar Negro, que provocó la restricción de las exportaciones de trigo con el objeto de garantizar la alimentación de su población. Este hecho tiene una gran trascendencia debido a que las exportaciones de los países del Este tienen una enorme importancia en el mercado internacional. Los países de la CEI producen el 22% del cereal mundial y países como Rusia, Ucrania y Kazajistán acaparan el 29% de las exportaciones mundiales.
A raíz de esta situación, se inicia una escalada de compras especulativas en los mercados de futuros, que llega a encarecer el producto hasta en un 40%, provocando una reacción que se traslada al resto de la cadena agroalimentaria.
Analizando la producción y el stock mundial de cereales, todo lo anterior explicaría cierta inestabilidad en los mercados, pero no justifica por sí solo el incremento de las cotizaciones de las materias primas agrícolas. Las causas hay que buscarlas en la lectura interesada de estos datos y en su utilización especulativa para incrementar las cifras de negocio. Según datos del MARM, desde junio hasta octubre el precio de los piensos para terneros de cebo y cerdos de cebo se incrementó en un 20 %.
A todo esto hay que añadir el aumento de burocracia y de requisitos de diversa índole (inspecciones, saneamientos, movimientos pecuarios, identificación, etc.), que han provocado, entre otros efectos, un aumento de los costes de producción y un desánimo generalizado entre los ganaderos. Continúa, en consecuencia, el descenso paulatino de censos y de explotaciones. Se podría concluir que la ganadería sufre una crisis permanente.
Así las cosas, el presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, desea que 2011 sea un año mejor, y para ello, asegura, "hay que empezar por cambiar la actitud de las Administraciones, dejarse de fanfarria y de vender flores y actuar de verdad, porque los agricultores han demostrado una gran capacidad de resistencia en la batalla, pero esto ya no puede seguir así".