FAO, FIDA y PMA piden actuar "con rapidez y de forma coordinada" sobre los precios de los alimentos
Comunicado conjunto de la FAO, el FIDA y el PMA en el que piden "hacer frente a las causas profundas del alza de los precios alimentarios y del hambre"
Declaración conjunta sobre los precios internacionales de los alimentos por parte de los tres organismos de la ONU con sede en Roma: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Piden actuar "con rapidez y de forma coordinada".
Parte II
Segunda Parte
Se han producido tres fuertes subidas de los precios internacionales de alimentos en los últimos cinco años. En todas las ocasiones, la meteorología ha sido una de las causas . Las sequías en algunas zonas del mundo han mermado la producción mundial de cereales prácticamente cada dos años desde 2007. En otros lugares, las inundaciones han causado graves daños a los cultivos. El incremento del desvío de reservas de alimentos para fines no alimentarios y el aumento de la especulación financiera son algunas de las causas de la subida del nivel de los precios y la volatilidad. Hasta que encontremos el camino para blindar nuestro sistema alimentario de frente a los vaivenes de precios y el cambio climático, el peligro persistirá. A corto plazo, esto tiene un coste, no sólo para los directamente afectados, sino también para la comunidad internacional en su conjunto. Por ejemplo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que cada 10 por ciento de aumento en el precio de la cesta alimentaria significa que tiene que encontrar unos 200 millones de dólares EEUU adicionales al año para ayuda alimentaria.
Somos vulnerables porque incluso en un buen año, la producción mundial de cereales es apenas suficiente para satisfacer la creciente demanda de alimentos, piensos y combustible. Esto, en un mundo donde hay 80 millones de bocas más que alimentar cada año. Estamos en peligro, ya que sólo un puñado de países son grandes productores de alimentos básicos, y cuando se ven afectados, lo mismo les sucede a todos los demás.
El desafío -y la oportunidad- es a la vez reducir y repartir ese riesgo. Y la manera más obvia es promover la producción sostenible de alimentos en los países pobres importadores de alimentos, donde a menudo hay un enorme potencial para mejorar la producción. Eso llevaría a más alimentos disponibles en los mercados locales y proporcionar puestos de trabajo e ingresos, especialmente en las zonas rurales donde vive el 70 por ciento de los pobres del mundo. También hay que abordar el hecho de que, a nivel mundial, un tercio de los alimentos producidos se desperdicia o se pierde por deterioro, daños y otras causas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ayudan a los pobres a comer hoy, mientras que les ofrecen mayor resistencia y la capacidad de alimentarse por sí mismos mañana. Pero aún queda mucho por hacer. Tenemos que invertir mucho más en agricultura y protección social, incluidos los programas que ayudan a los pobres a acceder a los alimentos que han quedado fuera de su alcance en los mercados locales.
Por último, tenemos también que revisar y ajustar donde proceda las políticas existentes en la actualidad que fomenten los usos alternativos de cereales. Por ejemplo, un grupo de organizaciones internacionales entre las que figuran la FAO, el FIDA, el Fondo Monetario Internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el PMA, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC) han recomendado ajustar los mandatos sobre los biocombustibles cuando los mercados mundiales se encuentren bajo presión y el suministro de alimentos amenazado. Esa recomendación, formulada a la cumbre del G20 en París 2011, sigue vigente hoy en día.
Al actuar para evitar un posible deterioro de la situación, tenemos que permanecer vigilantes y prepararnos para lo peor a corto plazo, mientras se trabaja en soluciones sostenibles a largo plazo. No hacerlo significaría inevitablemente que los más pobres y vulnerables del mundo paguen un precio muy alto. Entender esto nos ayudará a responder al desafío de "Hambre Cero" planteado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, para erradicar el hambre en el mundo.
Los autores de este comunicado son: el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva; el Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Kanayo F. Nwanze; y la Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Ertharin Cousin.