Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

El índice de precios de los alimentos de la FAO subió durante el mes de junio

Alcanzó un promedio de 93,2 puntos en junio, un 2,4 por ciento más respecto al anterior mes de mayo.

FAO

El índice internacional de precios de los alimentos de la FAO, que analiza los productos alimenticios más comercializados, alcanzó un promedio de 93,2 puntos durante junio de 2020. El organismo de Naciones Unidas prevé un nuevo récord en la producción mundial de cereales y unos niveles de existencias holgados para 2020/21, mientras que aumentan las necesidades de ayuda alimentaria

Los precios mundiales de los alimentos subieron por primera vez en junio desde el comienzo del año, debido a un repunte de las cotizaciones de los aceites vegetales, azúcar y productos lácteos. Sin embargo, en los mercados de los cereales y la carne, la mayoría de precios siguieron bajo presión a la baja en medio de la incertidumbre que plantea la pandemia de COVID-19.

El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados, alcanzó un promedio de 93,2 puntos en junio, un 2,4 por ciento más respecto a mayo.

A partir de julio de 2020, se amplió la cobertura de precios del índice de precios de los alimentos y se revisó su período de referencia de 200-2004 a 2014-2016. Para más detalles sobre esta revisión, véase el artículo publicado en el número de junio de 2020 del informe Perspectivas Alimentarias de la FAO. Un artículo de noviembre de 2013 explica los detalles técnicos del anterior índice.

El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO aumentó un 11,3 por ciento en junio, tras haber disminuido durante cuatro meses consecutivos. El repunte refleja sobre todo un fuerte aumento de los precios del aceite de palma por la recuperación de la demanda mundial de importaciones, tras el alivio del confinamiento relacionado con la COVID-19 en varios países, y la preocupación por posibles caídas de la producción en medio de una prolongada escasez de mano de obra migrante. También subieron las cotizaciones de los aceites de soja, girasol y colza.

El índice de precios del azúcar de la FAO aumentó a su vez un 10,6 por ciento en junio con respecto al mes anterior. La subida de los precios del petróleo brindó un fuerte apoyo a los mercados del azúcar, alentando a los ingenios azucareros del Brasil a utilizar más suministros de caña de azúcar para producir etanol, lo que afectó a la disponibilidad y los precios de las exportaciones de azúcar.

Puesto de legumbres

El índice de precios de los productos lácteos de la FAO subió un 4,0 por ciento con respecto a mayo, lo que supone el primer aumento tras cuatro meses de bajadas sucesivas. La renovada demanda de importaciones de suministros puntuales -en especial del Oriente Medio y Asia oriental-, junto con la disminución estacional de los suministros en Europa y la limitada disponibilidad de suministros no comprometidos en Oceanía, sustentaron los recientes aumentos de precios.

El índice de precios de los cereales de la FAO bajó un 0,6 por ciento respecto a mayo. La presión a la baja sobre los precios del trigo en junio se debió en parte a las nuevas cosechas en el hemisferio norte y a la mejora de las perspectivas de producción en varios de los principales países exportadores, incluida la región del Mar Negro.

Por su parte, el índice de precios de la carne disminuyó igualmente un 0,6 por ciento desde mayo, quedando en un promedio del 6,0 por ciento por debajo de su valor de junio de 2019. Los precios de la carne de bovino y de aves de corral bajaron, debido en gran parte al aumento de las disponibilidades para la exportación en las principales regiones productoras, mientras que los de la carne de porcino registraron un ligero aumento, sobre todo en Europa, en previsión de una mayor relajación de las restricciones del mercado provocadas por la COVID-19.

Producción mundial récord de cereales impulsa las existencias

La producción mundial de cereales debería alcanzar un nuevo nivel récord de 2 790 millones de toneladas en 2020 -9,3 millones de toneladas más que la previsión de mayo- superando el récord registrado en 2019 hasta en un 3,0 por ciento, según Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales de la FAO, también publicada hoy.

Las previsiones de producción de trigo se han elevado para la India y la Federación de Rusia, lo que compensa con creces el recorte de las producciones previstas en la UE y el Reino Unido.

También se ha revisado al alza la previsión de la producción mundial de cereales secundarios en 2020, hasta los 1 519 millones de toneladas, 5,7 millones de toneladas más que el mes anterior, reflejando las expectativas de mayores producciones de cebada en Australia, la UE y Turquía.

El pronóstico de la FAO para la producción mundial de arroz en 2020 se sitúa ahora en 509,2 millones de toneladas, 400 000 toneladas por encima de la cifra de junio, reflejo mayormente la mejora de las perspectivas de los países sudamericanos, donde la meteorología favorable elevó las expectativas de rendimientos a máximos históricos.

Se prevé que la utilización mundial de cereales en el año próximo aumente a 2 735 millones de toneladas, un 1,6 por ciento más que el pronóstico del mes anterior, impulsada especialmente por un repunte de los usos industriales y para piensos de los cereales secundarios en comparación con las previsiones anteriores. También se espera que la utilización mundial de arroz alcance un nuevo máximo de 510,4 millones de toneladas en 2020/21, un 1,6 por ciento más que en junio, debido al incremento del uso alimentario.

Como reflejo de las nuevas previsiones de producción y consumo, la FAO espera ahora que las existencias mundiales de cereales al final de la temporada en 2021 alcancen los 929 millones de toneladas, lo que representa una marcada expansión interanual del 6,0 por ciento. Esto haría que el coeficiente entre las existencias mundiales de cereales y su utilización en 2020/21 alcance el 33,0 por ciento, su máximo en veinte años y que pone de relieve unas perspectivas holgadas para el suministro mundial en la nueva temporada.

Aumentan las necesidades de ayuda alimentaria por el impacto de la pandemia

Si bien los conflictos y los fenómenos meteorológicos extremos siguen siendo factores clave detrás de los elevados niveles de grave inseguridad alimentaria en los países que necesitan ayuda alimentaria externa, la pandemia de COVID-19 también está teniendo efectos severos y de gran alcance -en particular por la pérdida de ingresos- , según advierte el informe trimestral Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, también publicado hoy.

El informe ofrece una sección especial con resúmenes regionales sobre el impacto de la pandemia.

A pesar de estas dificultades, la cosecha mundial de cereales está bien encaminada para crecer en todas las regiones, excepto en Europa. Se prevé que la producción de cereales en África en 2020 aumente en un 1,0 por ciento, aunque se esperan descensos en las regiones septentrionales, occidentales y centrales del continente.

El pronóstico de la FAO para la producción agregada de cereales de los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) en la temporada 2020/21 se sitúa en 492,7 millones de toneladas, un 6,0 por ciento por encima de la media, en un quinto aumento anual consecutivo de producción. Sin embargo, la población crece aún más rápidamente y la necesidad total de importación de cereales de los PBIDA se estima en 73,4 millones de toneladas, lo que supone un aumento de cerca del 5 por ciento respecto al año anterior, reflejo también de descensos de producción en varios países.

El informe enumera además los siguientes 44 países (lista y mapa) -34 de ellos en África-, que necesitan ayuda alimentaria externa: Afganistán, Bangladesh, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Chad, Congo, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Guinea, Haití, Iraq, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República Popular Democrática de Corea, Eswatini, Kenya, Lesotho, Liberia, Libia, Madagascar, Malawi, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Namibia, Níger, Nigeria, Pakistán, República Árabe Siria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Tanzania, Uganda, Venezuela, Yemen, Zambia y Zimbabwe.