Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

La Junta de Castilla y León "continúa con la lenta extinción del oso pardo"

Ecologistas en Acción se muestra contundente con esta Administración regional: sus manidas fórmulas demuestan "incapacidad, desconocimiento y, lo que es peor, desinterés"

Ecologistas en Acción

El Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha puesto de manifiesto que desconoce totalmente la realidad del oso pardo en la comunidad y, lo que es peor, que no tiene intención de cambiar la grave situación actual. Esto es lo que denuncian desde Ecologistas en Acción, que lamentan que Junta y consejero "presentan una situación idílica, digna del mejor de los cuentos"

El Consejero de Fomento y Medio Ambiente puso de manifiesto en el comunicado difundido el pasado 1 de febrero que desconoce totalmente la realidad del oso pardo en la comunidad y, lo que es peor, que no tiene intención de cambiar la grave situación actual.

La Junta de Castilla y León y el Consejero de Fomento y Medio Ambiente presentaron una situación idílica, digna del mejor de los cuentos para niños, e insisten en que fórmulas ya muy utilizadas, como un Manual para Cazar en Zonas Oseras, parezcan novedosas, demostrando incapacidad, desconocimiento y, lo que es peor, desinterés.

Oso pardo europeo (Ursus arctos arctos) en Parque Skandinavisk Dyrepark, Dinamarca.

Oso pardo europeo (Ursus arctos arctos) en Parque Skandinavisk Dyrepark, Dinamarca.

Malene Thyssen (cc-by)

El oso pardo (Ursus arctos) es una especie de mamífero omnívoro de la familia de los úrsidos, habitante característico de los bosques maduros de Eurasia y Norteamérica. El oso pardo europeo (Ursus arctos arctos) es una subespecie del oso pardo, del que se conocen dos líneas genéticas, oriental y occidental, y esta última a su vez cuenta con dos subpoblaciones; balcánica e ibérica

La administración regional aprovechó la presentación del enésimo manual para cazar en zonas oseras para seguir dando bombo y platillo a una situación decadente.

Este tipo de manuales ya sólo sirven para que sus autores, editores y promotores justifiquen las subvenciones recibidas y la Junta de Castilla y León se lave la cara con su apoyo, mientras los osos de esta comunidad son portada todos los años por muertes en disparos, veneno y negligencias.

En estos manuales no se dice el porque se celebran cacerías en zonas donde esta expresamente prohibido por la legislación regional, como zonas de reserva de los Parques Naturales, y por qué además lo hace bajos argumentos como los daños, totalmente fuera de lugar en zonas abandonadas de montaña.

El Consejero habla de 100 osos en 1990, y de 200 en la actualidad gracias según dice, imaginamos que traicionado por los nervios, al Plan de Recuperación de Castilla y León, olvidándose de que estos datos y la propia Cordillera Cantábrica incluyen otras Comunidades Autónomas con osos donde las poblaciones sí se están recuperando, lejos de lo que ocurre en Castilla y León, donde las noticias sobre osos siempre están relacionadas con muertes no naturales.

No debería hablar el Consejero del Plan de Recuperación de 1990, cuando hay una Resolución del Procurador del Común de Castilla y León de 20 de Marzo de 2009 instándole a agilizar la tramitación de la revisión de ese Plan de Recuperación, revisión que debería haberse aprobado en el año 2000.

Tampoco parece muy coherente hablar de éxitos cuando reconoce que en la zona oriental, donde Castilla y León tiene más que decir, se han pasado de 20-25 osos a 30, incrementándose por lo tanto en 5-10 animales, cuando los oseznos nacidos en ese periodo han sido más de 60, según fuentes de la propia Consejería.

No recuerda ni la Junta, ni el Consejero, ni el Manual para Cazar en Zonas Oseras la muerte reciente de dos osas, ni qué hacer en estos casos, aunque sí podrían explicar lo que no hacer: La osa ?Jimena?, en algo inaudito en conservación de osos, como es que el traslado de una osa desde un Centro de Recuperación al lugar de suelta acabe en muerte del animal, todo ello causado por una mala planificación y cuando menos una dudosa puesta en práctica de los protocolos aplicables. La osa ?La Güela?, digna de la mejor novela para niños por el ajetreo a la que fue sometida y por su muerte en condiciones lamentables en Cantabria porque, entre otras cosas, Castilla y León se deshizo de ella empeñándose en que era muy vieja y olvidándose de que no tenía recursos disponibles para comer en un año complicado y nadie hizo nada.

Además, el responsable de Caza Mayor de la Federación de Caza dice que este colectivo es el ?primer interesado? en la conservación de los osos, esa es la teoría pero en la práctica se le olvida que el pasado 14 de Octubre un cazador disparó a un oso en la Montaña Palentina y no se conoce ni de una sola medida tomada a raíz de esa acción, salvo de la apelar en el juzgado al fallo, al error y a la pena, pobre cazador, sin olvidarse de la demagogia de que parecen más importantes los osos que las personas, mientras las cuadrillas de cazadores continúan presionando anualmente para cazar en las mejores zonas de refugio y alimentación de osos con la falacia del control de poblaciones de jabalí.

Es importante que el Consejero de Fomento y Medio Ambiente y la Junta de Castilla y León expliquen como quieren mantener osos en su territorio y a la vez quieren, entre otras:

  • construir la estación de esquí de San Glorio.
  • permitir más explotaciones a cielo abierto a empresas que están cerrando explotaciones interiores y presentando EREŽs.
  • no analizar cadáveres de animales bajo la excusa de que son análisis caros y así de paso que no aflore el veneno.
  • no controlando a algunos empleados públicos que recurren a prácticas poco conservacionistas y menos de osos.
  • proyectando complejas normativas sobre carroñas para que, en lugar de volver a los campos, se mantenga la actual situación de recogida de todos los cadáveres domésticos, beneficiando a todos menos a la fauna necesitada de forma acuciante de este recurso alimenticio.
  • incrementando la caza en las Reservas Regionales que están siendo pseudoprivatizadas buscando en la cantidad de piezas unos recursos económicos reñidos con la calidad.

En definitiva, instamos a la Junta de Castilla y León, a las empresas, fundaciones y otras organizaciones a que el dinero que consiguen para la conservación del oso pardo se destine para eso, para su conservación y no para continuar con los mismos errores que han llevado a la situación actual.

Si quieren osos que apuesten y trabajen por ellos, que tomen medidas claras, conocidas y valientes y si no que, al menos, no engañen a la ciudadanía también en esto.