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"Foodómica", alimentos personalizados capaces de prevenir enfermedades

Según sus impulsores, la foodómica permite abordar también aspectos esenciales de los alimentos como su seguridad, calidad y trazabilidad

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El Laboratorio de Foodómica del CIAL es pionero en esta nueva disciplina científica basada en el estudio de los alimentos mediante técnicas masivas de análisis genómico. Un nuevo ámbito de aplicación científica que permitirá en el futuro desarrollar alimentos personalizados para nuestras necesidades nutricionales, capaces incluso de prevenir enfermedades como el cáncer de colon y el Alzheimer.

Foodómica, alimentos personalizados capaces de prevenir enfermedades

En el último número de la revista Analitycal Chemistry se hacen eco del trabajo que desarrolla este Laboratorio del departamento de Ciencias de la Alimentación del CSIC. El análisis genómico de los alimentos a través de técnicas masivas permite conocer a nivel molecular su actividad e impacto en el organismo, o mejor dicho, organismos. Porque, al menos a largo plazo, esta nueva disciplina busca conseguir "alimentos personalizados" que se ajusten lo mejor posible a las necesidades nutricionales y dietéticas de cada uno de nosotros. Un nuevo escenario en el que los alimentos pasen a tener un papel activo en la prevención de enfermedades.

Cadena de ADN

Así, a corto plazo, este equipo del CIAL busca profundizar en cómo los alimentos repercuten en la prevención o la evolución de las enfermedades. "A muy largo plazo estaremos capacitados para darle a cada persona unas pautas sobre la alimentación que proporcione los mayores estándares de salud y el menor riesgo de padecer determinadas enfermedades, es decir, será posible la alimentación personalizada”, explica Alejandro Cifuentes, director del Laboratorio de Foodómica en el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación. "En estos momentos, nuestro grupo de investigación está estudiando cómo los alimentos inciden en la prevención o evolución de enfermedades como el cáncer de colon y el Alzheimer", añade.

El equipo del CIAL fue el primero en definir en el año 2009 esta nueva disciplina llamada foodómica, que se basa en la aplicación de técnicas masivas de análisis genómico, como la transcriptómica, la proteómica y la metabolómica de los alimentos, incluyendo nutrigenómica e ingredientes funcionales, y cuyo objetivo último es "mejorar la salud y bienestar de los consumidores aumentando el conocimiento sobre la seguridad, la calidad y la bioactividad, a nivel molecular, de los alimentos".

Esta disciplina pionera tiene muchas más aplicaciones, como recuerdan sus impulsores. Según explican, la foodómica permite abordar también aspectos esenciales de los alimentos como su seguridad, calidad y trazabilidad. Varias de las líneas de investigación abiertas por este equipo científico se centran en el desarrollo de métodos avanzados de análisis de alimentos y en la caracterización y control de su calidad. Unos análisis a nivel genético que permiten detectar nuevos contaminantes, así como modificaciones no esperadas en los transgénicos y la definición de nuevos biomarcadores que confirmen la calidad de los alimentos.