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Los cítricos valencianos absorben 900.000 toneladas anuales de CO2

Esto supone el doble del dióxido de carbono generado por el consumo industrial y urbano en la Comunitat Valenciana

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El ecosistema creado por la superficie citrícola valenciana absorbe cada año un mínimo de 900.000 toneladas de CO2, según puso ayer de manifiesto el jefe del Departamento de Citricultura del IVIA, Eduardo Primo, durante la celebración de la con­­­fe­­rencia "La fun­­ción de la citri­cul­tu­ra contra la contaminación atmosférica", donde dio a conocer los resultados de su estudio sobre el tema.

Eduardo Primo, jefe del departamento de citricultura del IVIA

Eduardo Primo, jefe del departamento de citricultura del IVIA

05-05-2011AVA- ASAJA

La cifra dada a conocer por el jefe del Departamento de Citricultura del IVIA correspondería a las emisiones ge­neradas por el con­­sumo de 300 millones de litros de gasoil, el doble de todo el gasto in­dus­­trial y urbano anual de gasoil tipo C (camiones) y de fueloil (calefacción) de toda la Co­munitat Valenciana.

Los resultados del informe elaborado por el propio Eduardo Primo bajo encargo de la Con­­­­­­­se­­lleria de Agricultura de la Comunitat Valenciana fueron dados a conocer en el transcurso de la conferencia "La fun­­ción de la citri­cul­tu­ra contra la contaminación atmosférica", or­­­ga­ni­zada por la Fun­­­da­ción Agricul­tu­ra y Medio Ambiente de la Co­munidad Va­­len­cia­na (FUVAMA), que tuvo lugar ayer en la sede de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA). Según informan desde ASAJA, el interés y la utilidad despertada por este análisis "ha sido tal que ya ha sido expuesto también ante la co­­­­misión permanente de las Cortes Generales" para el Estudio del Cambio Cli­má­­tico, que analiza cómo mejorar el grado de cumplimiento del protocolo de Kyoto.

ASAJA añade que las aportaciones de este estudio "podrían ser cruciales" en el deba­te de la reforma de la próxima Política Agrícola Común (PAC), "cuyo reparto de fondos se sabe que priorizará a las actividades agrí­co­las que más y mejor contribuyan a la pre­­­servación del medio ambiente". Durante la presentación de su estudio, Eduardo Primo defendió la necesidad de que la PAC recompense el valor medioambiental, paisajístico y de lucha contra la emisión de gases de efecto invernadero que poseen determinados cultivos clave, como es el caso de los cítricos. "Las pro­duc­­ciones baratas de los países emergentes han hun­dido los precios in­ter­naciona­les de nuestras naranjas y mandarinas y el sector necesita ayudas o desapare­ce­rá", alegaba el científico durante su conferencia.

El valor medioambiental de la agricultura

El informe reconoce el importante valor medioambiental de la actividad agrícola, destacando su capacidad para absorber grandes cantidades de dióxido de carbono. Los árboles, especialmente los de hoja perenne como es el caso de los cítricos, son los cultivos que tienen mayor capacidad para capturar estos gases de efecto invernadero.

"El potencial de remoción de CO2 de los campos de naranjos - de la biomasa de sus troncos, de las malas hierbas que se producen a su alrededor, de la materia orgánica de las hojas y frutos que se descomponen en el suelo… - es enorme, muy superior por hectárea al de cualquier bosque o producción de seca­no y convendría poner en valor esta riqueza natural porque es fundamental para la preservación del medio ambiente", concluyó el jefe del Departamento de Citricultura del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias.