Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Asaja Jaén presenta su balance agrícola y ganadero del 2010

Crítico repaso a los principales asuntos que han protagonizado el 2010, especialmente en el olivar

Asaja Jaén

Precios bajos, falta de ayudas, oídos sordos de las administraciones, la amenaza de Europa… Un discurso que, de tanto repetirse, parece haber sido olvidado por muchos, aunque no por los centenares de agricultores y ganaderos que, día a día, sufren sus consecuencias. Esto y mucho más es lo que afirman desde Asaja Jaén en el balance anual que han realizado para el año que nos deja.

Aceite y aceitunas

Reproducimos el balance anual que ha presentado esta mañana la organización agraria ASAJA Jaén durante la celebración de su tradicional "desayuno molinero". Dada la enorme representatividad de la actividad olivarera en esta provincia, es en este sector donde más se centra el resumen. Destacan especialmente la pérdida de renta entre los productores, causada especialmente por los precios del mercado, "que ya hace inviables al 80% de las explotaciones profesionales". También señalan otras amenazas que han rondado a lo largo del año que nos deja, como la deslocalización de la producción, los robos en el campo o los desastres provocados por las inclemencias metereológicas, nada menos que por dos veces en un solo año.

Tambén recuerdan desde la Asociación de Jóvenes Agricultores de Jaén los principales asuntos y "decepciones", como la rotunda negativa del Gobierno al almacenamiento privado, la nueva Ley del Olivar de Andalucía o lo que denominan "el engaño de las ayudas".

Sin olvidar, claro está, la futura reforma de la PAC. De lectura obligada, no tiene desperdicio...

ASAJA JAÉN

El balance del año agroganadero 2010 bien podría ser una copia casi exacta del realizado doce meses atrás, agravado más, mucho más, si se tiene en cuenta que, en situaciones de crisis, la durabilidad es un factor más que contrario.

Aceite: la pérdida de rentabilidad del cultivo

De nuevo la cosecha vuelve a liquidarse a precios que en nada cubren los gastos de recogida y mantenimiento anual del olivar. Si la cadena de valor del aceite de oliva establece un margen de 2,20 a 2,40 euros por litro para obtener algún beneficio y la media de liquidación este año ha oscilado alrededor de los 1,80 euros, no hace falta hacer más números (el año pasado la liquidación, ya ruinosa, osciló en 1,87 euros). Las cuentas no salen en centenares de hogares jienenses, agónicos tras comprobar cómo, un año más, las explotaciones que siempre les han dado de comer no les dejan ni un euro ‘en limpio’ o, en los peores casos, les ‘cuestan el dinero’.

Luces y sombras en el mercado

Presentación del balance agrícola y ganadero 2010 de ASAJA jaén

Centrándonos en el mercado de aceite de forma exclusiva, podemos hablar de un 2010 marcado por las luces y las sombras. Sombras por el inaceptable nivel de precios al que ya nos referíamos anteriormente, que ya hace inviables al 80% de las explotaciones profesionales.

Dichos precios ruinosos resultan incomprensibles sin tenemos en cuenta que el producto, el aceite, se mueve en un mercado donde las exportaciones siguen batiendo récord. Únicamente llegan a comprenderse si se observa cómo la concentración de la distribución del aceite daña el mercado global debido a una irresponsable venta a pérdidas por parte de los distribuidores ante la que no hay un sistema legal eficaz que pueda hacerle frente. De hecho, dichas ventas a pérdidas pueden enmascararse perfectamente con la legislación española bajo el nombre de ofertas. Que el precio del aceite se mantenga bajo repercute directamente, y de la forma más cruenta, en el primer eslabón de la cadena, que es el olivarero. De hecho, el margen de beneficio desde lo que cuesta producir el aceite hasta lo que se incrementa el precio al consumo varía apenas en un 2%, por lo que es el agricultor el que paga con su bolsillo dichas ventas a pérdidas en las que él no ha tenido nada que ver y sí el distribuidor.

Debido a que éste problema no es específico de Jaén ni del aceite de oliva, sino generalizado en toda la Comunidad Europea y en varios productos agroganaderos (la leche, por ejemplo), la tendencia en la UE es buscar una serie de leyes que afecten al terreno comunitario con las que se interrumpan estas prácticas de venta a pérdidas y que establezcan un mínimo margen de beneficios para el productor.

Por otro lado, y ya atendiendo a las luces que también han iluminado el mercado del aceite de oliva a lo largo del año que nos deja, hay que resaltar, una vez más, la capacidad de dicho mercado de absorber el producto. La producción se incrementa y, al mismo tiempo, lo hacen las exportaciones. Por un lado, crece la exportación intracomunitaria, gracias, entre otros factores, a campañas de promoción como las realizadas por la Interprofesional del Aceite de Oliva. Por otro, aumentan las exportaciones a países terceros de forma vertiginosa. De hecho, cada vez se ha ido acortando más el diferencial con la principal exportadora, Italia, hasta superarla en volumen exportado durante éste 2010.

La amenaza de la deslocalización de la producción

Que el cultivo del olivar ha dejado de ser rentable en numerosas fincas jienenses - podríamos hablar del 80% por ciento en fincas profesionales-, es ya una realidad. Una verdad sin vuelta de hoja que iniciativas como las campañas de promoción y comercialización (principalmente las de la Interprofesional del Aceite) o las agrupaciones para la venta pueden llegar a paliar, pero no a solucionar en la base. Para que el olivar de Jaén vuelva a dejar dinero a los que lo explotan hace falta algo tan sencillo como abaratar los costes. Producir y recoger la aceituna debe ser lo más barato posible para el agricultor. Si hay pérdidas en vez de ganancias, la primera consecuencia será el abandono de demasiadas explotaciones y, con ello, la deslocalización de la producción de aceite de oliva de Jaén a otras provincias andaluzas, españolas e, incluso, a otros países con cultivos muy nuevos y muy mecanizados. De ahí que, una vez más, volvamos a hablar de reconversión o reestructuración de los cultivos en la provincia. Deben apoyarse con presupuesto, con agua y con las leyes suficientes para hacerlos una realidad: el agricultor, encargado de producir, debe verle ganancia a su cultivo. De otro modo, el abandono del olivar como primer motor de la economía de la provincia de Jaén puede ser una realidad a corto plazo.

El ‘no’ al almacenamiento privado

En plena crisis de precios y ante la petición casi unánime de organizaciones agrarias, cooperativas o almazaras industriales del almacenamiento privado, cabe hacer mención especial como uno de los puntos más oscuros del 2010 al ‘no’ rotundo del Gobierno español de este sistema desesperado para retener los precios, a pesar de que hasta la propia Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía así lo solicitó.

Cuenta atrás para la reforma de la PAC

A partir de 2014, la reforma en el sistema de ayudas europeas variará en todo el panorama agroganadero de la UE. En relación al principal montante de ayudas que recibe Jaén, la ayuda al olivar o Pago Único, ASAJA trabaja desde hace meses para que en las negociaciones con Europa se mantengan las ayudas que recibe el olivar tal y como están actualmente, no sólo en la forma sino también en el montante económico. No en vano, es gracias a estas ayudas por lo que los agricultores están soportando la caída de precios de venta del aceite. Sin ellas, hace tiempo que el cultivo sería inviable. Además, se ha solicitado específicamente que las futuras ayudas europeas atiendan a la competitividad del cultivo del olivar basando parte de sus montantes en subvenciones para promover la reestructuración, reconversión o modernización del cultivo o el mantenimiento de las ayudas directas en el caso de que una reestructuración no sea posible (caso de sierras, pendientes elevadas) y donde el olivar cumple una imprescindible función ambiental y de mantenimiento y fijación del territorio.

Una ley sin consenso ni presupuesto y con una alternativa real

El año 2010 ha sido el año en el que ASAJA-Jaén, apoyada por ASAJA Andalucía, ha presentado a la Administración andaluza una Ley del Olivar alternativa a la que ya se tramita en el parlamento. La ley oficial es una normativa vacía, carente de presupuesto y que se centra en una agricultura de despacho que nada tiene que ver con la realidad social de provincias como Jaén. Ante esto, la organización plantea una ley que se convierta en el documento base para dibujar el futuro del olivar (de Jaén, del resto de Andalucía e, incluso de España) donde las ayudas directas al cultivo que quiera y pueda mecanizarse, reestructurarse o modernizarse más lo pueda hacer, con dotaciones de agua y subvenciones propias que garanticen la competitividad del olivar.

La ley de ASAJA está también en manos de los parlamentarios nacionales responsables de agricultura y no se descarta una iniciativa popular con la recogida de 75.000 firmas para que el Parlamento Andaluz (que sigue haciendo oídos sordos) no tenga más remedio que llevarla a Cámara.

Inclemencias meteorológicas sin la previsión adecuada y sin respuestas contundentes

En un año, la provincia se ha visto asolada por dos periodos de lluvias torrenciales continuadas y temporal de viento (a principios y a finales de 2010) y granizo que han hecho mella en cultivos, pero principalmente en infraestructuras agrarias y en caminos rurales. Luchar contra la climatología es algo que aún no está en manos humanas. Sí lo está, en cambio, la previsión administrativa para mitigar los efectos de dicha climatología y/o solucionar sus perjuicios. En los dos temporales que ha habido en el año que nos deja, dicha previsión ha sido nula: desembalses imprevistos por falta de un sistema de almacenamiento de agua suficiente (los pantanos están hechos para que no llueva), caudales de ríos sucios que han hecho más fáciles los desbordamientos), caminos rurales sin arreglar que han incomunicado fincas enteras en cuanto ha llovido… Tampoco las ayudas administrativas para solucionar los desperfectos causados por el agua, la nieve o el granizo han sido suficientes ni han llegado a tiempo.

El agricultor en la calle y las negociaciones en los despachos

El año 2010 ha sido también un periodo de fuertes protestas en las calles, así como de importantes negociaciones en los despachos ministeriales o de la Adminstración autonómica en pro del campo (otra cosa es que finalmente los políticos hayan trabajado por las demandas de los ciudadanos dedicados a la agricultura y a la ganadería). Destacan, entre otros, las reuniones de trabajo con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; con la Ministra de Medio Rural y Marino, Elena Espinosa; con el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, tras su toma de posesión; con la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Clara Aguilera (para temas como el almacenamiento privado, la Ley del Olivar…), Roque Lara, delegado de Agricultura de la Junta de Andalucía en Jaén, entre otros.

En el ámbito sindical, caben resaltar la concentración frente a la Delegación Provincial de Agricultura para exigir la condonación de los préstamos por las heladas de 2005, los paros agrarios de finales del año pasado, las dos manifestaciones en Madrid contra la crisis del campo o la manifestación en Mérida frente a la reunión de los ministros europeos con motivo de la presidencia de España de la UE y bajo el lema "El campo se arruina, exigimos soluciones".

El engaño de las ayudas

Ayudas convocadas sin presupuesto, con requisitos tan elevados que sólo han estado disponibles para una elite, con plazos irrisorios y sin información… El engaño de las ayudas ha sido una constante a lo largo de todo el año.

Con respecto a la PAC, donde ASAJA tramita el mayor número de expedientes en la provincia, todavía hay pendientes asignaciones de derechos iniciales, así como los traspasos de Derechos o la asignación de dichos derechos en la Reserva Nacional. Además, siguen sin resolverse expedientes correspondientes a 2009 en el caso de las ayudas destinadas a la Mejora de las explotaciones e incorporación de Jóvenes Agricultores o no se han convocado las Ayudas para la promoción de nuevas tecnologías en maquinaria y equipos agrarios o el Plan Renove de tractores y maquinaria agrícola.-

En el caso de las ayudas a Explotaciones Prioritarias, se han tramitado a través de ASAJA-Jaén más de medio millar, siendo una de las normativas de mayor aceptación en el sector por los importantes beneficios fiscales que otorga a la hora de tributar por conceptos como compras, herencias, cesiones, permutas, etc., de fincas rústicas.

Los robos

La crisis económica ha agravado aún más los robos en el campo. Maquinaria, dinero, aperos agrarios, cobre… Todo es poco para los ladrones, que se atreven a campar a sus anchas por las explotaciones para ojearlas y, al caer la noche, desvalijarlas. Gracias a las protestas continuas de ASAJA-Jaén durante todo el año, la Guardia Civil ha incrementado su número de efectivos, así como la vigilancia y se ha logrado detener a un gran número de ‘cacos’ especialistas en el campo. Se ha avanzado mucho, pero también se perdió una oportunidad de oro: la de endurecer las penas una vez que se afrontó la reforma del Código Penal.

Sector agroganadero

La crisis no deja a nadie aparte y la ganadería, que ya venía de una situación mala, se agrava por la situación actual de precios. No hay consumo y lo que se pagan a los ganaderos por su producto es irrisorio. La única solución que pone sobre la mesa la Administración es pagar algunas líneas de ayudas que más tarde desconvoca por falta de presupuesto. No se afronta la situación debidamente y, por poner el ejemplo del sector lácteo, ahora se intenta fomentar la creación de contratos obligatorios, cuando el verdadero problema es la crisis de precios que hubiese necesitado una intervención directa

En ovino caprino abundan las explotaciones en venta ante la imposibilidad de sacarle rentabilidad. Otros tantos ganaderos agotan su tiempo mientras esperan que la situación mejore. Por otro lado, los trámites burocráticos son cada vez menos llevaderos e impiden mantener las explotaciones con la gran cantidad administrativa que requiere. El productor debe dedicar más tiempo a la tramitación de ‘papeles’ que a la crianza de sus cabezas de ganado.

ASAJA JAÉN