Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Desde ASAJA señalan a la Junta como la principal responsable de las inundaciones en Andalucía

Se lamentan especialmente por ser el segundo año consecutivo en que el Guadalquivir se desborda

ASAJA

Desde la organización agraria ASAJA se piden responsabilidades por lo sucedido, con buena parte de Andalucía aún bajo las secuelas de las últimas inundaciones. Critican falta de previsión y la ausencia de planificación hidrológica del Gobierno andaluz y de la Agencia Andaluza del Agua y la necesidad de un Plan de Infraestructuras Hidráulicas que establezca interconexiones entre cuencas.

Jaén

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"Por segundo año consecutivo la política de no más presas y no más embalses ha mostrado su lado más duro: el de los desembalses de última hora ante la falta de un sistema de almacenaje de agua suficiente y las correspondientes inundaciones en fincas, pueblos, naves y cortijos". Luis Carlos Valero, gerente y portavoz de ASAJA-Jaén, resume de este modo las consecuencias de un temporal que vuelve a retrasar la recogida de la aceituna y que ha hecho mella en muchos municipios jienenses.

ASAJA-Jaén lamenta que, por segundo año consecutivo, la falta de previsión de la Agencia Andaluza del Agua sea la causa de graves inundaciones en numerosas fincas de la provincia con sus correspondientes daños a cultivos e infraestructuras agrarias. Los desembalses de última hora ante las intensas lluvias han anegado fincas, arrasado caminos, destrozado infraestructuras de riego, naves, cortijos… Y, de nuevo, han retrasado la recolección de la aceituna. "Muchos agricultores tardarán días en volver a sus fincas, ya que los caminos están cubiertos de barro y lodo", explica Luis Carlos Valero, gerente y portavoz de ASAJA-Jaén.

Para el portavoz de la organización, la falta de una red de embalses adaptada a las circunstancias actuales es el principal motivo de estos desembalses imprevistos con la consecuente subida desmedida del caudal de los ríos, que han inundado los campos situados en sus vegas. "Con esa política de no más presas ni pantanos lo único que se consigue es que, a poco que llueva algo más de la media, la provincia entera sea un caos", indica Valero.

Por municipios, los más afectados en Jaén son Linares, Torreblascopedro, Jabalquinto, Campillo del Río, Mengíbar, Villanueva de la Reina, Andújar o Marmolejo, donde se han inundado fincas y destrozado infraestructuras. En Jaén y alrededores, el granizo también ha dañado el cultivo. En la gran mayoría de la provincia se encuentran ahora, además, con el problema de los caminos. "Están cubiertos de barro y lodo y aíslan a fincas en los que no se podrá recoger aceituna en días", dice Luis Carlos Valero, quien echa en falta los arreglos que debían haberse hecho en estos caminos y para los que la Junta de Andalucía destinó suculentas partidas económicas destinadas a los ayuntamientos tras las lluvias del pasado invierno.

La organización valora junto a sus afectados los daños causados por el temporal. Con los primeros datos, afirma que las principales pérdidas se encuentran en las infraestructuras agrarias y las menos en las cosechas. ASAJA-Jaén facilita a sus socios modelos de comunicación de daños que deben presentar en los ayuntamientos, Agencia Andaluza del Agua y Delegación y Subdelegación del Gobierno.

Córdoba

Asaja Córdoba afirma que si ya es difícil entender que ocurran estas inundaciones en pleno siglo XXI, resulta absolutamente inadmisible que ocurran, además, durante dos años consecutivos. Si hubiera habido una gestión profesional y sería en los desembalses por parte de la Junta de Andalucía, ahora no se tendría que lamentar tal desastre en la provincia.

Además, Asaja critica que la falta de previsión al no limpiar los cauces de los ríos, así como la escasa inversión en infraestructuras agrarias y el rechazo a la construcción de nuevos embalses han tenido gran culpa de que un temporal previsible, nada extraordinario y relativamente normal, en vez de producir daños menores, haya convertido en zona catastrófica muchos lugares de la provincia de Córdoba por los desembalses obligatorios.

ASAJA Córdoba lamenta que, por segundo año consecutivo, la falta de previsión de la Junta de Andalucía sea la causa de graves inundaciones en numerosas explotaciones de la provincia con sus correspondientes daños a cultivos e infraestructuras agrarias. Los desembalses de última hora ante las lluvias han anegado fincas, arrasado caminos, destrozado infraestructuras de riego, naves, cortijos… Y, de nuevo, han retrasado la recolección de la aceituna y los cítricos.

Asaja Córdoba considera que una pésima gestión y planificación de los desembalses, unido a la falta de una red de embalses adaptada a las circunstancias actuales es el principal motivo de estos desembalses imprevistos con la consecuente subida desmedida del caudal de los ríos, que han inundado los campos situados en sus vegas. La Patronal Agraria afirma que con esa política de no más presas ni pantanos lo único que se consigue es que, a poco que llueva algo más de la media, la provincia entera sea un caos, por lo menos desde que la Junta de Andalucía se ha hecho con la gestión de los Embalses.

Asaja recuerda que los pantanos de regulación tienen la misión fundamental de controlar los ríos y laminar las avenidas, y son esenciales para evitar los daños en regiones mediterráneas de elevada variabilidad climática, por lo que su construcción, su mantenimiento, su limpieza y su puesta al día son fundamentales en regiones como Andalucía para evitar daños materiales y humanos.

La Organización está valorando junto a sus afectados los daños causados por el temporal. Con los primeros datos, afirma que las principales pérdidas se encuentran en las infraestructuras agrarias, en cultivos como ajos, cebollas y espárragos y en el retraso en la recolección de aceituna y cítricos. ASAJA Córdoba insiste a los afectados que informen de sus perjuicios y presenten declaraciones de daños en los modelos que Asaja dispone en los Ayuntamientos, Diputación Provincial, Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía y Subdelegación del Gobierno de España, con el fin de, por un lado, contar con los datos más exactos sobre los daños del temporal y, por otro, presionar a la Junta de Andalucía y al Gobierno de España para que arbitren las tan necesarias ayudas económicas y para la urgente reparación de las infraestructuras que se han dañado.

Sevilla

El temporal ha puesto una vez más de manifiesto la falta de planificación hidrológica del Gobierno andaluz y de la Agencia Andaluza del Agua y la necesidad de un Plan de Infraestructuras Hidráulicas que establezca interconexiones entre cuencas, invierta en el recrecimiento de las presas y potencie las balsas y microembalses en las propias explotaciones .

La presa de San Calixto, en el río Genil, en las provincias de Córdoba y Sevilla, lleva años en construcción, pese a ser una prioridad absoluta para evitar las frecuentes crecidas de este río. Con una capacidad de 90 hm3, si el embalse hubiera estado terminado, se habrían evitado gran parte de los daños causados por el desbordamiento del río Genil en Écija.

Tal como figura en el propio pliego del proyecto, la presa de San Calixto, al igual que ocurre con otras como la de Eliche, en Jaén, tiene como destino la laminación de avenidas, pero a fecha de hoy ambas siguen sin entrar en funcionamiento. El embalse de Siles, en Jaén, con una capacidad de 30,5 hm3 es otro de los proyectos hidráulicos que siguen aún pendientes en Andalucía, y cuya finalización hubiera evitado igualmente muchos de los cuantiosos daños que las avenidas descontroladas y los desbordamientos de ríos y arroyos provocan en explotaciones, infraestructuras y viviendas a lo largo de todo el cauce del Guadalquivir y de sus principales afluentes.

La fuertes precipitaciones registradas en los últimos días en Andalucía, sumadas a los tardíos desembalses llevados a cabo en la cuenca, han causado estragos en los cultivos y el arbolado de la vega del Guadalquivir (frutales, cítricos,…), y daños por escorrentías en las campiñas de cereal y en las infraestructuras, caminos y sistemas de riego, así como retrasos en las siembras o en la recolección de la naranja y la aceituna de molino.

A esto hay que sumar el nuevo despilfarro de agua en la cuenca de Guadalquivir, que en los últimos siete días ha lanzando al mar más de 415 Hm3, el equivalente a la mitad de una campaña de riego. Diecisiete embalses se encuentran hoy al cien por ciento de su capacidad en la Cuenca del Guadalquivir, y por tanto, continúan desaguando toda el excedente que ha caído en los últimos días, mientras que otros catorce embalses se encuentran a más del 90% y otros ocho a más del 80%. En la cuenca del Guadalquivir hay 7.987 Hm3 embalsados, el 83,39% de su capacidad.

Con este panorama se vuelve a hacer patente la necesidad de dar un giro a la actual política de la Agencia Andaluza del Agua -basada exclusivamente en el ahorro- y a su extremado carácter conservador a la hora de aprobar las dotaciones de riego, que les llevó a autorizar en la campaña de riego de 2010 una dotación inferior en más de un 20% a la dotación habitual en una campaña normal, obligando a los agricultores a ajustarse a 805 Hm3, cuando sólo en los últimos siete días se ha tirado al mar 415 Hm3.

Desde ASAJA-Sevilla exigimos que el Gobierno andaluz y la Agencia Andaluza del Agua apuesten por un nuevo Plan de Infraestructuras Hidráulicas que establezca interconexiones entre cuencas, que invierta en el recrecimiento de nuestras presas allí donde sea posible, tal y como se ha hecho con el embalse de la Breña, y que potencien las balsas y microembalses en las propias explotaciones y en pequeñas comunidades de regantes. Se trata de medidas fundamentales para evitar, o al menos para minimizar, los daños en periodos de temporales y para garantizar el agua para los regadíos, auténtica fuente de riqueza y empleo del campo andaluz.

Los embalses, bien gestionados, minimizan los daños de las riadas y aseguran un recurso escaso en el periodo estival, por lo que debe evitarse a toda costa que se produzca este despilfarro.