Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

El año hidrológico 2009-2010, muy húmedo

Análisis del AEMET sobre el año hidrológico que concluyó este pasado mes de septiembre

AEMET

El año hidrológico 2009-2010 presenta una precipitación media sobre España que ha superado en más del 25% su valor normal y ha producido un superávit medio de unos 180 mm. Los totales acumulados superan en más de un 50% en áreas como la mayor parte de Andalucía, zonas del sur de Castilla-La Mancha y oeste de Castilla y León y en las islas occidentales del archipiélago canario.

El año hidrológico, del 1 de octubre de 2009 al 30 de septiembre de 2010, ha resultado en conjunto muy húmedo, de forma que el valor medio de la precipitación sobre España ha superado en más de un 25% al valor normal, con un superávit medio de precipitaciones sobre el territorio nacional de unos 180 mm. Este superávit ha sido especialmente importante en el tercio sur peninsular mientras que, por el contrario, en amplias zonas de las regiones mediterráneas y de la vertiente cantábrica el año ha sido algo más seco de lo normal.

Si se considera con más detalle la distribución geográfica de las precipitaciones en el conjunto del año, se observa que éste resultó muy húmedo, con totales acumulados que superan sus valores normales en más de un 50 %, en la mayor parte de Andalucía, algunas zonas del sur de Castilla-La Mancha y oeste de Castilla y León y en las islas más occidentales del archipiélago canario, en tanto que en el resto de las zonas de la vertiente atlántica, así como en La Rioja, sur de Navarra, este de Castilla-La Mancha, Murcia, áreas del norte y sur de Aragón y parte de Cataluña, las precipitaciones del conjunto de estos 12 meses alcanzaron valores que se situaron en general entre un 10% y un 40% por encima de sus valores medios.

Por el contrario, en la mayor parte de las regiones cantábricas, norte y oeste de Galicia, extremos norte y sur de Cataluña, zona central de Aragón, parte del archipiélago canario y algunas zonas del sur de Castilla y León, norte de Madrid y norte de Castilla-La Mancha las precipitaciones quedaron por debajo de sus valores medios, habiendo sido el déficit de precipitaciones más acusado, por encima del 25% del valor medio, en el norte de Valencia, extremo oeste de Galicia e isla de Fuerteventura.

Respecto a la distribución de las precipitaciones a lo largo del año, cabe destacar que los meses otoñales de octubre y noviembre resultaron secos en la mayor parte de España, con precipitaciones cuyo valor acumulado quedó, en promedio, un 30% por debajo del normal. Este período resultó especialmente deficitario en lluvias, con precipitaciones que no llegaron a la mitad de los valores normales, en la mitad suroriental peninsular y en ambos archipiélagos. Hacia mediados del mes de diciembre la situación meteorológica predominante cambio de forma radical, iniciándose un período de precipitaciones abundantes, que afectó de forma más acusada a las regiones del tercio sur peninsular.

Esta situación, marcada por el claro predominio de los vientos de poniente y el paso de sucesivas borrascas de origen atlántico, se mantuvo a lo largo de los meses de enero, febrero y marzo, de forma que el valor de la precipitación media en España acumulada sobre el cuatrimestre diciembre-marzo superó los 500 mm., duplicando al correspondiente valor medio del período.

A lo largo de los meses de abril, mayo y junio, las precipitaciones se situaron, en conjunto, en torno a sus valores medios, de forma que el importante superávit de precipitaciones generado en los meses invernales se mantuvo a lo largo de la primavera, siendo en promedio del orden de unos 220 mm. a finales de junio. Los meses veraniegos de julio y agosto fueron más secos de lo normal, especialmente julio, en el que las precipitaciones apenas supusieron el 50% de su valor medio. En el mes de septiembre las precipitaciones se distribuyeron de forma muy irregular y su valor medio se situó en torno a un 25% por debajo de la media, por lo que a lo largo del trimestre veraniego se redujo gradualmente, si bien de forma ligera, el importante superávit de precipitaciones que se había acumulado en el invierno.