Andalucía cuenta con 1.813 operadores en el ámbito de la producción de carne ecológica
Según indican los datos actualizados de la Asociación Valor Ecológico, que recuerda que dos de cada tres explotaciones ganaderas ecológicas de España están en Andalucía
Andalucía cuenta con 1.813 operadores en el ámbito de la producción de carne ecológica, indican los datos actualizados de la Asociación Valor Ecológico. Recuerdan que, entre los requisitos para obtener su certificado de calidad Ecovalia, figura el bienestar animal, su alimentación completamente natural y la protección del medio ambiente.
Andalucía cuenta con 1.813 operadores en el ámbito de la producción de carne ecológica, según los datos actualizados de la Asociación Valor Ecológico. Estos productores se concentran básicamente en el ámbito del ganado ovino, con 326.000 cabezas, seguido del vacuno (57.800), el caprino (36.600), la gallina (21.200) y el pollo (7.550). Se suman las colmenas que cuentan con esta certificación (22.900) y el esturión ecológico, con unas 16.700 unidades.
Cuando el consumidor demanda carne ecológica debe saber tres cosas básicas: consume un animal que sólo se ha alimentado de manera natural, en su cría se ha garantizado el bienestar de la especie y ha sido una condición imprescindible la protección del entorno para su producción. Esto, a su vez, deriva en un alimento más sabroso que la carne convencional, gracias a la recuperación de todas sus propiedades organolépticas.
Pero no sólo es un producto más sabroso, sino también sano y que ha sido controlado durante su producción y elaboración, asegurando la trazabilidad y seguridad alimentaria. De hecho, no es cierta la creencia habitual de que los productos ecológicos son más caros. Esa diferencia de precio que podemos encontrar, también lo es de salud. Sirva como ejemplo que un producto convencional puede tener hasta un 50% menos de nutrientes que el ecológico, por lo que al final hay que pagarlo con otros elementos enriquecidos, suplementos vitamínicos o medicinas.
Tampoco son más caros tampoco si resaltamos los beneficios que generan para los consumidores, para el medioambiente y para las poblaciones rurales. Porque con su consumo también se reconoce el esfuerzo de los agricultores que con su profesionalidad y compromiso cuidan nuestra alimentación y nuestro patrimonio natural. Con su demanda, el consumidor también contribuye en la lucha contra el cambio climático, el agotamiento y la contaminación de los recursos naturales.
Para que el consumidor pueda distinguir en el mercado los productos ecológicos, todas las unidades envasadas, además de su propia marca y alguna de las menciones específicas, llevan el correspondiente distintivo europeo y del organismo de control que lo certifica (marca CAAE). La carne de ese ganado cumple los más estrictos requisitos, de forma que el consumidor tiene la plena garantía de su calidad, y por supuesto de su procedencia. El Reglamento (CE) 834/2007 regula la producción y el etiquetado de los productos ecológicos.
¿Cómo se garantiza el bienestar animal? Según dicho reglamento, la ganadería ecológica debe responder a las necesidades del comportamiento propias de cada especie, mientras que la atención veterinaria debe basarse en la prevención de enfermedades. En este sentido, debe prestarse atención especial a las condiciones de estabulamiento, las prácticas pecuarias y la carga ganadera.
¿Cómo se protege el medioambiente? Para evitar la contaminación, especialmente de recursos naturales como el suelo y el agua, la cría de este ganado debe asegurar en principio una estrecha relación con la tierra, adecuados sistemas plurianuales de rotación y la alimentación de los animales mediante productos ecológicos cosechados en la propia explotación o en otras vecinas. De hecho, esta ganadería es fundamental en la organización de la agricultura ecológica, ya que proporciona los nutrientes orgánicos necesarios para la tierra en cultivo y contribuye así a la mejora del suelo y al desarrollo de una producción sostenible.
¿Cómo es su alimentación? La ganadería ecológica no se alimenta de productos manipulados con aditivos químicos, sino de pastos naturales o piensos totalmente ecológicos. Este tipo de alimentación, además de ser más sana, tiene otras repercusiones positivas. Entre otras cosas, los animales al pastar actúan como un método natural de prevención de los incendios forestales.
Cifras del sector
La pujanza del sector se evidencia en que –según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente– en 2011 las hectáreas de producción ecológica aumentaron en España –en plena crisis– un 12%, y los operadores, el 18%. De los 1,84 millones de hectáreas de superficie ecológica española, el 52% se encuentra en Andalucía: 0,97 millones de hectáreas. Del mismo modo, Andalucía concentra 10.203 operadores (un tercio del total) y lidera el número de industrias ecológicas, con 967, siempre en 2011.
En ganadería ecológica, incluida la de producción lechera, el liderazgo aumenta, pues dos de cada tres explotaciones se hallan en Andalucía: 3.683 en total. Las más importantes son las de vacuno, con cerca de 1.900; seguidas por las de ovino, 1.148; caprino, 398; porcino, 64; y avicultura, 24. En actividades industriales esta comunidad autónoma también es líder, con 744. Respecto a operadores ecológicos, los 10.203 andaluces se concentran sobre todo en Almería, Granada y Córdoba. En total, la facturación en el sector alcanza los 400 millones de euros en Andalucía.
Asociación Valor Ecológico
Nacida en 1991, la Asociación Valor Ecológico, que con más de 13.000 socios lidera este sector en Europa, abarca desde hace años un ámbito de actuación más allá de las fronteras de Andalucía y comprende toda la producción ecológica, además del comercio y la restauración. Esta entidad sin ánimo de lucro, ha creado una estricta marca de garantía y excelencia, Ecovalia, con requisitos que van más allá de los fijados por la Unión Europea pues obligan, además, a compromisos en materia medioambiental y de responsabilidad social. Entre otras cosas, para obtener el sello Ecovalia, las empresas y productores deberán acreditar su responsabilidad medioambiental en aspectos como la gestión del agua y los residuos, el transporte y otros eslabones de toda la cadena de producción.