"Resulta todavía más grave que el 81% de esos abandonos se dé en la fracción de mujeres titulares de menos de 25 años y sólo el 37% en mayores de 65 años"
Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas
A pesar de la mayor profesionalización del trabajo de las mujeres en las explotaciones agrarias y ganaderas durante los últimos años resulta preocupante que en la última década hayan abandonado la actividad cerca del 44% de mujeres titulares de explotación, según se desprende de una comparativa de los censos agrarios de 1999 y 2009. II encuentro de la Unión de Mujeres Agricultora y Ganaderas
Precisamente para solicitar medidas que permitan un cambio en esa situación la Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas ha celebrado en Valencia su II Encuentro estatal bajo el lema "Mujer y oportunidades de empleo en el medio rural", donde han participado más de 100 agricultoras y ganaderas de todas las comunidades autónomas. La Directora General de Familia y Mujer de la Generalitat, Celia Ortega, ha inaugurado esta mañana este II Encuentro.
La resistencia de mujeres y hombres en seguir activos en el sector agrario, a pesar de haber superado los 65 años, sólo se puede entender por la necesidad de seguir trabajando ante unas pensiones inferiores a las del Régimen General, puesto que sólo le queda 587 € de paga (Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2012), y por la falta de un relevo generacional digno y viable.
El sector agrario tiene grandes retos por delante como son la Política Agraria Común, la competencia de los mercados, el clima, el acceso a la formación continua ante una apatía política que continuamente desoye las necesidades sectoriales y el mundo rural. Ante todo este contexto de dificultades la falta de mujeres jóvenes en el sector se traduce también en su escasa participación en las estructuras sociales agrarias, ya sean organizaciones agrarias, cooperativas o bien asociaciones. Las razones socioculturales parecen que no han cambiado a lo largo de los años. Existe un umbral de corresponsabilidad en la vida cotidiana que no se ha superado; mientras que la disponibilidad de los hombres para los asuntos sociales, sindicales y políticos es incuestionable, las mujeres conservan un rol que va ligado a la gestión y la coordinación de todos las necesidades familiares: cuidar los hijos, atención a los mayores, redes de solidaridad etc., Con todos estos inputs adicionales ser agricultora o ganadera se convierte en una tarea más dura y compleja, y no por el carácter específico del trabajo en el campo, dado que la tecnología ha ayudado a superar muchos de sus hándicaps, sino al hecho adicional de hacer frente siempre, a solas, a todas las responsabilidades domésticas.
Por lo tanto, después del trabajo en la explotación y tener la familia bien organizada queda poco margen de tiempo para hacer sindicalismo, cooperativismo, política o cualquier actividad social. Esto provoca que muchas mujeres, durante algunos años de su vida, sean invisibles en las actividades sociales y pblicas relacionadas con el sector agrario, una asignatura pendiente para todas como se ha puesto de manifiesto en este II Encuentro.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, los programas de Formación y Fomento de Empleo Femenino se reducen en un 63,5% en el Proyecto de Ley de Presupuestos para 2013 respecto a los de 2012. También se prevé un drástico recorte del 65% de la Red Básica de los Servicios Sociales, acompañado por un nuevo recorte al apoyo a la Dependencia, hasta sumar un descenso de más de un 30% en los últimos años, lo que supone el desmantelamiento y colapso del propio sistema de dependencia teniendo en cuenta que las cuidadoras suelen ser mujeres. Tampoco aparecen en el plan personalizado de asistencia a las víctimas de violencia de género y las campañas de prevención contra esta lacra social.
En este II Encuentro de la Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas se han tratado temas como la problemática de la igualdad en el medio rural , las oportunidades de empleo o la importancia de las mujeres como motor de cambio. Carolina Punset, concejala del Ayuntamiento de Altea o Macu Gimeno, del área de la mujer de la Intersindical, han sido algunas de las ponentes; junto a la intervención de las mujeres de la Unión que han expuesto sus experiencias como empresarias y emprendedoras en el medio rural
La Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas considera más necesario que nunca este II Encuentro en el momento actual de crisis general y recortes sociales que existe, pues además el colectivo de las mujeres que está y trabaja en el medio rural es quien más sufre los recortes durante los últimos meses. Sin embargo, la Unión de Mujeres Agricultoras piensa que las mujeres son el pilar más importantes para que la agricultura siga siendo un motor de la actividad económica de nuestros municipios, vital para que no se despueblen y parte imprescindible de la vida activa de los mismos.
En España, según datos del Ministerio de Agricultura, viven casi seis millones de mujeres rurales que representan la tercera parte de la sociedad española femenina. Según esas cifras oficiales uno de cada cuatro profesionales del campo es mujer, lo que representa el 26% de los trabajadores del sector agrario. Sin embargo esos datos no incluyen a más de 700.000 mujeres que realizarían labores agrícolas en calidad de ayuda o colaboración familiar. Según un reciente estudio del Instituto Andaluz de la Mujer, ocho de cada diez mujeres que realizan tareas agrícolas en explotaciones o negocios familiares vienen haciéndolo en calidad de cónyuges e hijas, sin consolidar derechos, mientras que un 71% de los titulares de las explotaciones agrarias son hombres, algo que puede ser extrapolable al resto de comunidades autónomas.
Todos esos datos ponen de manifiesto la necesidad de adoptar medidas para avanzar en la igualdad y en la visibilidad. La Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas reclama a las diferentes Administraciones Públicas que realicen un esfuerzo máximo para apostar por la Ley de Titularidad Compartida porque se trata de una herramienta muy importante para las mujeres rurales. Las mujeres rurales son el motor para que la agricultura siga siendo un motor de la actividad económica de nuestros municipios, vital para que no se despueblen y parte imprescindible de la vida activa de los mismos.