Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

Ganaderos de Andalucía, Asturias, Galicia, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León Cataluña, Extremadura, Madrid y Valencia han manifestado su indignación con la situación de los precios de la leche y el aumento de costes que les está llevando a la ruina. Se han realizado concentraciones en Asturias, -USAGA-; Castilla y León -UCCL-; -Cataluña -Unió de Pagesos- y en Galicia –OPL- y en todas se ha entregado un documento de reivindicaciones y propuestas. El documento entregado a los Subdelegados del Gobierno (ver abajo) contiene propuestas para hacer posible la rentabilidad de las explotaciones lecheras y para que sea trasladado al Ejecutivo. Las Organizaciones reclaman que el sector disponga de unos precios justos considerando el incremento de los costes de producción de los últimos meses.

Unión de Uniones pide que se apliquen las medidas necesarias para garantizar que en los contratos del sector lechero no se impongan condiciones abusivas. En este sentido, insiste en que se pueda modificar el Real Decreto que regula los contratos lácteos. La Organización Profesional Agraria también exige que la administración haga cumplir la normativa, y por tanto la leche deje de ser un producto reclamo por parte de las grandes cadenas de distribución, y que se investiguen las presuntas prácticas ilegales como la venta a pérdidas o el dumping (competencia desleal). Para la Unión de Uniones, otra de las cuestiones prioritarias para la rentabilidad de las explotaciones es la necesidad de que conste el origen de la leche con la que se elaboran todos los productos lácteos que se venden, así como la de la transparencia en la formación de precios y la distribución de márgenes dentro de la cadena láctea. La Organización pide, además, el establecimiento de mecanismos que eviten la volatilidad del precio de las materias primas básicas para la alimentación animal.

Reivindicaciones de los ganaderos de leche

Desde hace varias anualidades, los ganaderos de vacuno de leche se encuentran inmersos en una situación de profunda crisis, debido a la falta de rentabilidad de sus explotaciones ganaderas, motivada por el desplome de los precios que en origen están percibiendo por la producción de leche y el aumento de los costes de las materias primas necesarias para la alimentación animal (este factor tiene un peso aproximado en el coste total de la producción de un 70%).

Lo indicado con anterioridad, se demuestra fácilmente, es suficiente comparar el precio medio aproximado que las industrias lácteas, de forma unilateral (los ganaderos, en muchos casos, entregan su producción láctea desconociendo el precio de la misma), abonan en la actualidad, a mes vencido, a los productores por la leche de vaca originaria de sus granjas, 0,30 €/l (precio que se corresponde con uno de los más bajos de la UE) con el coste de producción que, en estos momentos, está en torno a 0,41 €/l, y con una clara tendencia al alza, debido a la espiral de incremento del precio de las materias primas básicas para la alimentación animal.

En cuanto a la fijación del precio que deber percibir los ganaderos por la producción láctea de sus explotaciones, podría corregirse si, realmente, existiese un marco estable de relaciones contractuales entre la producción y la transformación, siempre que ambas partes actuasen en igualdad de condiciones, lo que no ocurre en la actualidad, y que mucho nos tememos tampoco se consiga con la aplicación del Real Decreto1363/2012 que desarrolla las medidas del denominado "paquete lácteo" y que establece a partir del 3/octubre/2012, la obligatoriedad del contrato lácteo. El contenido de este Real Decreto, puede considerarse como un instrumento válido para el sector, pero siempre que se cumplan las premisas apuntadas y, más concretamente la existencia real de un equilibrio entre las partes actuantes, pues de lo contrario podría suponer el "enquistamiento" de la situación actual, tan perjudicial para la parte productora.

Tomando como referencia lo expuesto en los párrafos precedentes, el cierre y consiguiente cese de actividad en las explotaciones ganaderas, es una realidad, para justificar lo anterior, basta indicar los siguientes datos: las entregas registradas en el mes de marzo/2008 (último mes del período 2007/2008), fueron, 25.065; las entregas registradas en el mes de marzo/2009 (último mes del período 2008/2009), fueron, 22.756; las entregas registradas en el mes de agosto/2010 (período 2009/2010), fueron, 22.263; las entregas registradas en el mes de agosto/2011 (período 2010/2011), fueron, 19.995; las entregas registradas en el mes de agosto/2012 (período 2011/2012), fueron, 19.001, de la información anterior, se extrae como conclusión que, de marzo/2008 a agosto/2012, se han cerrado 6.064 explotaciones, lo que equivale a una reducción del 24,20% de explotaciones.

A todo lo anterior, hay que sumar la política que están desarrollando las potentes empresas de la distribución, participadas, principalmente, por capital francés y alemán, basada, por un lado, en abonar precios razonables a los ganaderos originarios de tales países y por otro, en desplazar la producción láctea excedentaria de los referidos países, al mercado español, a un precio inferior al coste de su producción, con el consiguiente hundimiento del precio en origen de la producción láctea española, mediante una práctica comercial no permitida y que consiste en la utilización de la producción excedentaria foránea como producto "reclamo", lo que se conoce como "venta a pérdida".

Como continuación del párrafo anterior, cabe indicar que el objetivo final de la distribución, podría ser la eliminación del sector lácteo en España y pasar a controlar, de forma íntegra, el mercado de la leche en nuestro País. Ante ello, las distintas Administraciones deben adoptar cuantas decisiones políticas e institucionales resulten necesarias, para evitar que esto no pueda producirse. Estas prácticas comerciales de la distribución, también están contribuyendo, en parte, al cierre diario de explotaciones ganaderas.

Sobre lo expuesto del comportamiento de las grandes cadenas de distribución de capital foráneo, al menos, una parte importante del sector productor no alberga grandes esperanzas sobre la aplicación de las buenas intenciones que figura en el "Protocolo de colaboración para la mejora de la eficiencia de las cadenas de valor y comercialización de la leche y productos lácteos", firmado el día 28 de septiembre de 2012, en la sede del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), y suscrito por el propio Ministro y los representantes de los sectores de la producción, de la industria láctea y de las grandes empresas de la distribución.

De tolo lo expuesto, cabe resaltar que el abuso y la especulación, tanto de la industria láctea como la distribución, están poniendo en "jaque mate" al sector vacuno de leche, cuando los ganaderos han realizado un importante esfuerzo, al objeto de conseguir un alto grado de profesionalización.

Después de la amplia exposición de la situación del sector vacuno de leche, a continuación se indican una serie de medidas que pueden ser adoptadas, entre otras, cabe relacionar las siguientes:

1. Propiciar el equilibrio e igualdad de los distintos eslabones que actúan en la Cadena Alimentaría, con la finalidad de corregir la actual situación de debilidad de la parte productora y la situación de dominio que vienen practicando los eslabones finales de la Cadena Alimentaría, en definitiva, corregir el fuerte desequilibrio en el poder de negociación de los productores a favor de otros eslabones de la cadena láctea.
2. Conseguido lo del punto anterior, establecer un precio rentable para la leche de vaca, que puede ser revisable en función de los costes reales de la producción en cada momento, a la vez que, al resto de los eslabones de la Cadena, se le podría otorgar su margen comercial correspondiente, al objeto de poner el producto final en los lineales a un precio asumible por los consumidores.
3. Exigir al Ministro de Agricultura el cumplimiento del compromiso adquirido, en el transcurso del acto de la firma del Acuerdo de Colaboración (antes referido), consistente en la puesta en marcha de ayudas directas para el sector productor, en cantidades muy superiores a las concedidas durante el año 2009.
4. Estudiar la puesta en marcha de medidas que permitan disponer, de forma inmediata, de liquidez a las explotaciones ganaderas; Ajustar la fiscalidad del sector lácteo a la rentabilidad real del mismo; Condonación de gastos sociales e impuestos (cuotas Seguridad Social, IBI, etc.); Incrementar el IVA compensatorio, al menos, al establecido para actividades agrícolas, 12.5%.
5. Perseguir y sancionar las prácticas comerciales que no valorizan la producción láctea, como utilizar la leche y/o los productos lácteos como "reclamo" o poner en los lineales "venta de leche a pérdidas".
6. Estudiar la posibilidad de establecer un período transitorio razonable para la aplicación de la obligatoriedad del contrato lácteo, es decir, que la misma no sea aplicable, según el Real Decreto, a partir del día 3 de octubre de 2012.
7. En sintonía con lo indicado en el punto anterior, analizar la posibilidad de modificar el Art. 60º, 2. d) del Real Decreto 202/2012, de 23 de enero, sobre aplicación a partir de 2012 de los pagos directos a la agricultura y ganadería, que vincula la percepción de las ayudas específicas (Art. 68º) a tener suscrito y en vigor para el año correspondiente un contrato de suministro de leche de vaca.
8. Establecimiento de mecanismos que, al menos, intenten evitar la volatilidad del precio de las materias primas básicas para la alimentación animal.
9. Apostar, de forma decidida, en el proceso negociador de la Reforma de la PAC más allá de 2013, por el mantenimiento del sistema de cuotas lácteas, como instrumento de control de la producción.
10. Exigir en la Reforma de la Política Agrícola Común (PAC), que se contemple, de forma específica, el sector ganadero, a efectos de ser asignatarios de derechos de ayudas, a través del régimen de pago básico.
11. La facturación tiene que ser emitida por la propia explotación, es decir por el propio productor, y no por la industria de recogida.