Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

"Interés General" para la modernización del sector arrocero del Guadalquivir

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía considera esta medida imprescindible

FERAGUA - Andalucía

Esta Declaración es imprescindible para que pueda ser incluido en la Estrategia Nacional de Modernización Sostenible del Regadío, documento que sustituirá al actual Plan Nacional de Regadíos y que, en su redacción actual, no contempla este proyecto.

Representantes de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), encabezados por su presidenta, Margarita Bustamante y el presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Julián Borja, mantendrán mañana un encuentro con la consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera. En la agenda de la reunión, entre otros temas, un asunto crucial para el regadío andaluz y particularmente para su sector arrocero: el proyecto de modernización del sector arrocero de las Marismas del Guadalquivir, cuya redacción está siendo ultimada en estos días por la consultora Ayesa, y que, sin embargo, está a punto de quedarse sin financiación estatal y por ende sin posibilidad de ejecutarse, debido a que de momento no aparece contemplado en la Estrategia Nacional de Modernización Sostenible del Regadío, documento que sustituirá al actual Plan Nacional de Regadíos y cuyo horizonte temporal se extenderá hasta 2015.

Arrozal en Villafranca del Guadalquivir

Arrozal en Villafranca del Guadalquivir

15-01-2010Archivo

Las Marismas del Guadalquivir producen el 40% del total de la producción arrocera en España. Los pueblos que integran esta región son Isla Mayor, Los Palacios y Villafranca, Puebla del Río, Utrera, Lebrija, Aznalcázar y Villamanrique de la Condesa. Entre estos pueblos se reparten 40.000 hectáreas de cultivo de arroz, que se traducen en más de 300.000 toneladas anuales de producción.

Para que esta ausencia pueda "solucionarse", entre otros pasos, el proyecto debe obtener la Declaración de Interés General, algo que tampoco ha ocurrido, a pesar de la insistencia de Feragua y la Federación de Arroceros en este sentido. Corresponde a la Junta de Andalucía solicitar esta Declaración y al Gobierno concederla, y los regantes no tienen noticia de que la solicitud haya sido cursada siquiera. De ahí que la presidenta de Feragua, Margarita Bustamante, urgirá a la consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, a que esta petición sea presentada por el Ejecutivo andaluz, y haga la correspondiente presión para que sea atendida por el Estado.

Bustamante explicará a Aguilera que se trata de un proyecto que permitirá un ahorro de agua de más 100 hectómetros cúbicos anuales y que dejarlo sin financiación estatal sería una verdadera incoherencia política, pues carece de todo sentido que el Gobierno haya pagado la redacción del proyecto para ahora dejarlo sin ejecutar, e igualmente resultaría absurdo que el proyecto de ahorro de agua más importante planteado en nuestro país se quedara fuera de una estrategia nacional para la sostenibilidad del regadío.

Asimismo, la presidenta de Feragua explicará a la consejera de Agricultura que el proyecto es vital para la zona arrocera de las Marismas del Guadalquivir, y que no ejecutarlo sería catastrófico para su futuro, dada la complicadísima situación que atraviesa el sector, como consecuencia de las modificaciones que se han producido en el estuario del Guadalquivir, donde la salinidad alcanza en algunos puntos los siete gramos de sal por litro, una concentración cuatro veces superior a la admitida para la siembra del arroz.

La obras de modernización que están planteadas pasan por hacer una captación única, aguas arriba del Guadalquivir, evitando la influencia mareal del Atlántico, y canalizarla hacia el sector en una única estación de bombeo hacia la margen derecha e izquierda del Guadalquivir donde se siembra las 36.000 hectáreas de arroz. Con ella se evitaría la influencia del tapón salino y la pérdida de agua para luchar contra la salinidad, uno de los principales problemas que padece el cultivo. Al mismo tiempo, supondría un ahorro de energía, cuantificada en más del 30%, y del agua desembalsada de la regulación general con el objetivo de luchar contra la influencia mareal del Atlántico (tapón salino). En concreto, se ahorrarían más de 100 hectómetros cúbicos/año. A esto hay que añadir, la ventaja tanto para los arroceros como los regantes de la cuenca del Guadalquivir en general, que podrían regar con un agua dulce o no salinizada.